#TWENTY TWO#

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Cada palabra que releo por quinta vez se me clava como un puñal. No puede ser. Me voy de Londres gracias a publicaciones que hacían de mí, y ahora, ¿vuelve a pasar? Al recordar todo lo suceso el último año se me humedecen los ojos. No quiero volver a pasar por eso. No puedo. Estos meses me he construido una armadura para que las cosas no me afectaran tanto y para no volver a pasar por malas situaciones, solo me falta que esta se derrumbe nada más empezar el instituto. 

-¿Y bueno?- Las palabras de Veronica me quitan de mis pensamientos y la miro con furia.- No me mires así, yo no he sido...- Se hace la ofendida mientras levanta las manos.

-¿Y quién ha sido?- Pienso arruinarle la vida al que lo haya hecho. Lo tengo claro.

-Los del club de periodismo. Son muchos estudiantes del instituto, dudo que puedas cargarte la vida de todos al mismo tiempo.- Dice leyéndome la mente. ¿Como que muchos?

Sin mediar palabra, camino hacia conserjería para hablar con el director. ¿El instituto puede publicar cosas sobre los alumnos? Pienso averiguarlo. No quiero que fotos mías vayan por ahí sin que yo me de cuenta. Entro en la pequeña sala y me pongo delante del mostrador.

-Hola querida, ¿qué puedo hacer por ti?- Me pregunta amablemente la misma señora que me atendió en mi primer día. 

-Hola.- Respondo cortante.- Quisiera ver al director, por favor.- No quiero andarme con rodeos. Quiero ser franca. 

-Si, claro. Espera que le anuncio que le estás esperando.- Yo asiento y la señora se hecha a andar hasta una puerta que está más allá del pasillo dónde los profesores entran y salen. Allí debe estar la sala de profesores y el despacho del director. Finalmente, la señora sale de la puerta del final del pasillo y me mira.- Entra querida.

Entro en el despacho y me encuentro a un señor de hombros anchos, pelo marrón con canas y ojos azul grisáceo. Un escalofrío recorre todo mi cuerpo. El hombre me indica con la cabeza que me siente delante de su escritorio. Hago lo que me indica.

-Buenos días...- Inquiere mi nombre.

-Vanessa Beberly.- Respondo completando mi nombre.

-...Vanessa. Dime, ¿que te trae por aquí, en mi despacho?

-Es sobre el diario, señor.- Intento ser lo más amable que puedo. De verdad que lo intento. Y espero que el hombre que tengo en frente me pueda servir de ayuda.- Han subido un articulo mío, incluyendo una fotografía mía. 

-No veo dónde está el problema, Vanessa.- Dice con tono indiferente, frunciendo el ceño. ¿Como que no le ve el problema? La paciencia se me está empezando a agotar. Tranquila Van, tranquila. Es tu director, tiene demasiado poder como para que le metas un puñetazo en la cara, por mucho que se lo merezca. Respiro hondo.

-No se pueden subir fotografías de los alumnos sin su consentimiento, señor.- Intento ser educada.

-Si lo recuerdo bien, los padres firmaron en un papel que decía que sus hijos saldrían en fotografías del instituto.- Me dice amablemente. Me quedo exhausta. ¿Como? No me lo creo, ¿mi madre firmando para que le hagan fotos a su hija sin que ella lo sepa? Pues, pensándolo bien, es posible. Ella no sabe absolutamente nada de lo de Daniel. Me quedo en blanco. Me tranquilizo y me sonrojo. He quedado fatal delante del mismísimo director de mi nuevo instituto. 

-Lo siento por las molestias...- Digo levantándome de la silla. El hace lo mismo en la suya.

-Tranquila, Vanessa, ¿eres nueva, no?- Yo asiento.- Es normal que estés un poco perdida con lo del diario del instituto. A todos les ha pasado.- Me dedica una sonrisa amable y yo le hago lo mismo. Este señor, para ser un director, parece amable. Me gusta.- Por eso, te voy a pedir que si te pasa algo; acudas a mí.- Busca algo en el bolsillo interno de su americana y me ofrece una tarjeta con su número de teléfono. La cojo y me aguardo en un bolsillo de mis shorts- Si no estoy en la oficina, por favor, llámame. En el centro nos tomamos muy enserio la integración de todo estudiante. también puedes acudir a tu tutor, pero su es algo fuerte o que te molesta mucho, de aconsejo que acudas a mí. ¿Sí? 

-Sí, muchas gracias.- Asiento con la cabeza y salgo del despacho. 

¿Ahora que voy a hacer con el diario y mu publicación? Solo salir de conserjería, habiendo intercambiado sonrisas amables con la señora del mostrador, me encuentro a Alex. Un escalofrío recorre todo mi cuerpo. ¿Pero qué...? Me recompongo para poder hablarle sin que note que su presencia hace que me encuentre nerviosa. No entiendo qué es lo que me pasa.

-¿Que hacías en conserjería?- Me pregunta confuso.- te estaba buscando.

-¿Has visto lo del diario?- Asiente.

-Mira, lo siento de verdad... Se lo que pasó con...

-Daniel.

-... Daniel y que no te gusta que publiquen sobre ti. Pero, en este instituto lo hacen, y tienes que acostumbrarte...- Aunque sus palabras son un poco duras, noto preocupación en el tono en que lo dice. Ale se preocupa por mí, lo sé, y lo aprecio por eso. 

-Lo entiendo.- Asiento. No puedo hacer que el instituto se acostumbre a mí, debo acostumbrarme yo a él. Y debo dejar de preocuparme por lo que digan los demás de mí. No me debe importar en absoluto.

-¿Vamos a la clase? Falta poco para que empiece...- Dice mirando el reloj que hay en la pared que tenemos en frente nuestro. Los pasillos están cubiertos de relojes.

-Si, claro.- Le sonrío y nos encaminamos hacia nuestra siguiente clase.


Las clases pasan rápidas e intento evitar a Cameron a toda costa. Ahora mismo no estoy dispuesta a hablar con él. Si lo hacemos, nuestra amistad puede ir definitivamente a pique. De momento no quiero arreglar nada con él, necesito unos días sin Cameron. salgo por la puerta principal del edificio y me encuentro el coche de mi madre estacionado al lado de la acera. Hoy salía de su trabajo más temprano. Entro en el coche y me siento en el asiento del copiloto. Reviso en mis bolsillos del short si llevo el móvil y me encuentro con la tarjeta del director. La saco y la miro. De repente se me corta el aire. No puedo respirar. El pulso se me acelera y soy incapaz de reaccionar. Encima del número de teléfono hay su nombre escrito.

Matthew Rowling.


Más cosas

¡Hola a todos! Estoy muy emocionada de que la historia haya conseguido tantos votos y visitas en tan poco tiempo. Para algunas no deben ser muchas, pero para mí es lo más. Enserio. ¡Espero que la historia os guste! ¡Votad y comentad!


I Have A Dream: Y En Él Estás TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora