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Todo por un maldito gobierno, un maldito gobierno que por mala administración y por promesas sin cumplir lograron corromper toda una economía, sin mencionar las consecuencias de segundo plano como lo son la inseguridad, la falta de medicamentos, la falta de profesionalismo entre otras cosas.

Después de pasar diecinueve años viviendo en mi tierra en mi país tan bello, solo me quedaba irme a buscar un futuro mejor, ya que, no les voy a mentir. Aquí por lo más doloroso que suene no hay forma de conseguir un futuro.

Era doloroso tener que despedirme de mis amigos, familiares. Tener que abandonar mi casa donde viví la mayoría de mi vida.

Desde que tengo 15 pasé mis vacaciones despidiendo nuevos y viejos amigos, llevándolos al aeropuerto, despedidas, últimas pijamas, últimos abrazos y noches llorando a causa de la nostalgia que sentía.

También pasé algunas semanas de clases acostándose tarde, solo para hablar con ellos por la diferencia de hora, y los fines de semana levantándome temprano por la misma razón.

Con los últimos días con lo del apagón que pasamos más de noventa horas sin luz, mi madre tomó la decisión de irnos estaba cansada de esta situación. Con un gran pesar recogimos nuestras cosas y nos mudariamos a Estados Unidos, según dicen el país de las oportunidades, pero yo no quería ir allá.

Me dolía irme dejando a mis abuelos, aunque no tan mayores, no podremos venir a ver si están bien si algo les pasa, si se llega a ir la luz otra vez no sabría decir si podríamos comunicarnos con ellos.

Mi madre tomó la decisión de irnos a Estados Unidos ya que teníamos familia allá, siempre fuimos mi madre, mis abuelos y yo. A mi padre nunca le importé y de verdad agradezco que no me hizo falta debido a que mi madre es una gran mujer que me crío sola, solo con ayuda de mis abuelos.

Sabía lo que era mejor para mí y por eso acepté la opción de Estados Unidos.

Mierda, ya era la hora, estábamos en el estacionamiento del aeropuerto. Enserio no puedo creer que me vaya a ir, siempre pensé que sería la que se quedaría y pasaría sus tardes escribiéndole a sus amigos en el extranjero lo gafos que son por no hablar bien el venezolano.

Pero no, cuando toca, toca.

Salí del auto con mis pertenencias en mano tales como, mi celular, audífonos y mi pequeño bolso de mano.

Cerré la puerta sonoramente haciendo que mi madre me observara con una mueca.

-Lo siento es que se me fue la mano- Dije tomando lugar a su lado, se encontraba en la parte trasera de la camioneta.

-Ayúdame con las maletas, y guarda ese celular si no quieres que te lo roben.

Me percaté de mi torpeza y lo guardé en el pequeño bolso negro que traía conmigo.

Me acerqué a ella y la ayudé con la maleta más grande que era la mía, y luego la de ella.

Mis abuelos venían con nosotras para despedirnos y llevarse la camioneta, dejamos demasiadas cosas, casa, la camioneta y hasta ropa.

Posicionamos las maletas en el suelo, tomé el asa de la mía y esperé a que mi madre hablará algo con mis abuelos.

-Bien, entremos que debemos hacer todo el proceso y esperar el vuelo.

Asentí algo triste, Dios enserio me estaba llendo, en cuestión de horas mi vida va a revolucionar por completo, tengo miedo de no adaptarme de que por los nervios termine cagándola con el inglés.

-Hija- Dijo mi madre haciendo que nos detuviéramos. -Quiero que sepas que esto es la mejor decisión, podrás hablar con tus amigos aunque sea por videollamadas.

-Es que...- Se me quebró la voz -no será lo mismo, no las tendré conmigo.

-Ven aquí- Me abrazó. -Te prometo que harás nuevas amistades y que te adaptarás muy rápido, créeme.

Sorbí mi nariz y asentí siguiendo a mi madre quien me guiaba para llegar rápido a hacer nuestros registros del vuelo.

Todo transcurrió con tranquilidad, en media hora subiría al avión y daría rumbo a mi nuevo destino.

Estaba revisando mi teléfono, varias amigas me enviaban mensajes disculpándose por no estar aquí conmigo, a lo que yo sonreí irónica.

Estaba aburrida, leería algo pero mis libros están en la maleta y los digitales en mi tablet y teléfono, solo que no quería gastar batería de ambos.

Mi madre había ido hace rato a la cafetería para comer algo con mis abuelos, pero era posible que se había encadenado a hablar con ellos. Conociéndola.

En eso veo que una gran masa de gente se acerca lentamente, al principio pensé que eran solo pasajeros pero al detallar de mejor forma me di cuenta que eran mis amigos y mi madre.

Ay no, estos maricos me quieren ver llorar.

-¿Creíste que dejaríamos que te fueras y ya?- Me dijo Betty, una de mis mejores amigas.

-Te trajimos un obsequio en conjunto- Dijo Fernando mi único mejor amigo.

Me les acerqué rápidamente mientras sentía como unas pequeñas lágrimas salían, di un pequeño brinco mientras abrazaba a la mayor cantidad de personas que mis brazos lograron abarcar.

Mi grupo de amistades era alrededor de diez personas, y cada una estaba aquí, solo para despedirme. Un domingo casi a las siete de la noche, tengo el mejor grupo de amigos y lo peor es que los debo dejar ir.

-Mano, les dije que no me dieran regalos que no me caben en la maleta- Dije sonriente deshaciendo el abrazo y limpiando las pequeñas lágrimas que salían de mis ojos. Mi madre simplemente grababa la conmovedora escena que luego me haría llorar mientras la reproduciría en un futuro próximo.

-Bueno no te damos nada por gafa.- Comentó Betty.

-Ay no seas tan burda de pasada, a ver ¿qué trajeron?

Fernando saco de una bolsa algo que parecía una bandera, era la de Venezuela si, ¿pero que tenía de especial?

-Que linda bandera- Dije un poco decepcionada, tengo que admitir que esperaba una carta o no sé, pero ¿Una bandera?

-Mano revísala por dentro- Me exigió Sofía, otra de mis amigas.

Abrí la bandera y por dentro tenían mensajes para mi cosas como "te extrañaré" "burda de enchufada vale" "la gringa ahora"

Mientras observaba la bandera y leía los mensajes más lágrimas brotaban, era tan bello este regalo.

-Bro, Maduro los va a meter presos por rayar un símbolo nacional- Dije entre carcajadas.

-Espero que todo te salga genial amiga, recuerda que cualquier cosa nos escribes. NO DUDES en escribirnos ¿Okay?

-Si, gracias Betty, gracias a todos. Créanme que los voy a extrañar.- Mi voz se volvió a quebrar.

-¡No llores! Me harás llorar- Dijo Sofía agitando sus manos para evitar llorar.

-Ok, okey.- Me sequé las mejillas con el dorso de mis manos sonriendo levemente.

-El vuelo veinticinco ha sido requerido, por favor pasajeros ingresen al avión.

-Ya es hora- Respiré profundo y reprimí mis ganas de llorar, lo que menos necesitaba ahora era que me vieran llorar.

Les dí un último abrazo y en compañía de mi madre subí al avión.

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Espero les guste mucho este primer capítulo :) estoy muy contenta de poder hacer esta novela enserio.

Por si preguntan, aunque ya deberían saber por el famoso MADURO COÑUETUMADREEE.

Maduro es el presidente actual de Venezuela, y gracias a él el país está en miseria.

She [SM] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora