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Ya faltaba media hora de vuelo para poder irnos a casa de mis primos en California. Viviríamos con ellos hasta que consiguiéramos una estadía permanentemente en una casa o departamento.

Había dormido todo el vuelo, no tenía sueño y mi madre estaba dormida. Me estaba aburriendo.

Así que decidí que ya era hora de leer un poco. Saqué mi teléfono de mi chaqueta de jean y posterior a eso lo desbloqueé con mi huella dactilar.

Me metí en una de mis aplicaciones favoritas para leer. Wattpad, era lo mejor del mundo, enserio señores.

Me metí en mi biblioteca, sin activar mis datos e inicie mi lectura, vaya que necesitaba leer.

Al cabo de unos minutos ya me había terminado lo que había de actualización.

Coño vale, actualiza carajita. Pensé.

Empecé a observar la ventana, se contemplaba una hermosa vista desde las alturas del avión, debo de admitir que me podría gustar el cambio. Tal vez podría hacerme un cambio de look, como un nuevo comienzo.

Sentí una mirada sobre mi, giré para ver quién era y resultó ser una señora.

-¿Necesita algo?- Le pregunté.

-La verdad es que no mi niña.

Asentí y seguí mirando por la ventana, mi madre se empezó a revolver en su asiento, estaba despertando.

Terminó de abrir sus ojos, mientras sus párpados revoloteaban levemente.

—¿Que hora es?

Busqué mi teléfono y presioné el botón de inicio para ver la pantalla encendida y revisar la hora.

—Ya son casi las diez y media, supongo que ya vamos a llegar.

Ella asintió —Hija, eres mi pequeña valiente. Estoy muy orgullosa de tí. Gracias por ser siempre tan comprensiva.

—Gracias mamá, tranquila, es mi deber ser comprensiva contigo. Además tengo diecinueve años, tengo responsabilidades y una de ellas es mi futuro y aunque...no haya oportunidades en Venezuela debo buscar la manera.

Acarició mi cabello —¿Que hice para merecer una hija tan comprensiva?

—No lo sé, tal vez hiciste algo muy bueno en tu vida pasada.

Reímos levemente y esperamos a que el vuelo terminara.

Ya en el aeropuerto buscamos nuestras maletas y esperamos que nos vinieran a recoger nuestros primos, o bueno mis primos, los sobrinos de mi madre.

Llegaron después de unos minutos de espera y subimos a su camioneta.

Mi madre fue en el asiento del copiloto mientras yo iba atrás con mis dos primos. Y su padre al volante.

Mi primo José, era mayor que yo por un año, es decir tiene veinte. Mientras su hermano tenía 10, pobres se tienen que aguantar el uno al otro y esas diferencias de edad son un gran problemas entre hermanos debido a la diferencia de edad.

Tenía mi cabeza pegada a la ventana, estaba cansada del viaje. Ya eran aproximadamente las once de la noche. Entre el ajetreo de maletas y la espera se nos hizo tarde.

Yo solamente quería dormir pero al parecer mis primos tenían un plan completamente distinto.

—¿Cómo te fue en el viaje?— Preguntó José con un acento inglés americano algo pronunciado.

Lo observé sorprendido —¿Pana que pasa con pronunciación? Osea háblame claro. — Le dije y me acomode en mi asiento dándole la espalda a la ventana.

She [SM] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora