CUATRO

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Termino de releer el último párrafo escrito en la computadora, mientras me estiró en la silla de el escritorio que hay en la sala del estudio. Dirijo la mirada a el reloj que estaba en el aparato, y veo que marcan las 2:46 am. Ya es demasiado tarde para quedarme acá.
Agarro mis cosas y me voy hacia la puerta de salida, cuando abro la puerta veo que hay alguien acostado en el piso y no hace falta verle la cara para darme cuenta quién es.
Me agachó por la curiosidad de ver que había aca, y noto que está muy profundamente dormido.

- Tomás -Lo llamo mientras lo sacudo un poco- ¿Que estás haciendo acá?

El solo largo un gruñido y sigue durmiendo.

- Tomás vení, te llevo a dormir en el sillón.

No sé por qué razón se despertó, y cuando me vio se asustó a tal punto, que se paró tan rápido como pudo y casi perdiendo el equilibrio.
Yo lo agarre del brazo para evitar el golpe, pero lo que sucedió es que me caí arriba de el. El me miró con esos ojos fríos que tiene, y yo sin decir nada me pare lo mas pronto posible para no poner más incómoda la situación.

-Perdon Lapicera -Dijo con una voz ronca.

El olor a porro me adentro en mis fosas nasales. Yo sin embargo, me acerque más a el.

-¿Qué haces acá Tomás?

- Nada que te interese Lucia.

El se paró, y se tambaleó un poco, hasta que entró a la habitación del estudio. Fue directamente a la parte en donde estaban todos los instrumentos, y se sento en un banco en frente del micrófono. Yo lo observé en todo momento, hasta que el prendió el micrófono y empezó a cantar. No me había puesto a escuchar su voz, pero solo puedo decir que así me reciben en el paraíso.

- Yo se bien que te falle 
pero que no quiero estar sin ti de nuevo ya es tarde, cerca de las 6 
y yo conformándome con acariciar su pelo. Ave maría contra ella no puedo 
pasan los días y yo sigo acá en cero 
aunque diga que no estoy sintiendo celos pienso en ti, pero si toca mi caramelo

Yo al escuchar su voz, me dirigí al órgano que había en la sala y lo prendí. El se quedó callado mientras me observaba todos mis pasos y movimientos.

- Vos seguí cantando, como si no estuviera.

Tomás frunció el ceño, pero sin embargo siguió cantando esa canción, y yo a través de su voz fui tocando las teclas. Tenía mi habilidad desde chica, de aprender a tocar el piano solo por oido. Este instrumento me sacaba de la realidad, y creo que está combinación de la voz de Tomás, era mucho mejor que mis veces anteriores.

Tomás finalizó la canción, y me sonrió por primera vez desde que lo conocí.

- ¿Así que sabes de música?

-¿Así que cantas bien?

- Yo solo preguntaba con buenas intenciones nena -Dijo el cambiando su cara a serio.

- Y yo solo preguntaba con la misma intención.

El no me contestó, solo largo un suspiro y se paró para irse a la otra habitación. Yo me pare y fui hasta la mesa que había en esa sala, y vi las partituras arriba de la mesa. Había cinco canciones escritas, y solo una estaba completa. Yo agarre la que decía "Mi caramelo" y solo con leer el título me di cuenta que era la que estaba cantando hace un rato.
Fui de nuevo al órgano, y me puse a tocarlo, aunque no estaba tan alejado de cómo lo toque yo anteriormente. Modifique un par de cosas, ya que a mí me gustaba jugar así con las canciones, hasta que en un momento la empecé a cantar.
Al terminar, apagó el instrumento, pero creyendo que estaba sola, alguien habla.

-¿Que fue eso lo que hiciste? -Pregunto Tomás, agarrando las partituras viendo que no las haya escrito.

- No hice nada Tomás.

- Si, le hiciste algo, antes no sonaba bien como recién.

- Tomás, no hice nada.

- Ah bueno, lo que faltaba... -iba a decir algo pero se calló.

-¿Que cosa faltaba?

- Que mi empleada no me quiera decir que hizo en mi canción.

- Disculpa ¿Que te pasa? No sé por qué me estás tratando así.

El iba a decir algo, pero se volvió a callar. Respiro hondo y largo todo el aire que había acumulado. Me miró con la típica mirada de el, esa mirada fría que había ponerme nerviosa.

- Perdóname, estoy con quilombos.

El saco de su bolsillo un porro y lo prendió, aspiro y largo el humo. Yo al oler eso me mareé, no soy fan de el cigarrillo.

-¿Sabes lo que pasa Lucía? Me tienen podridos todos. Esta mujer que me tiene loco, le escribo una canción hermosa expresando mis sentimientos y me boludea -Vuelve a aspirar el cigarrillo de flores y larga el humo, pero esta vez llega a mí y toso- Mariano que no se qué mierda quiere, pero seguramente para romperme los huevos, y vos qué no se qué cosa haces para que la canción suene mejor que mi versión.

Yo no sabía que decir, con las palabras no era muy buena, así que solo hice lo que podía llegar a aliviar todo esto.

- Está nota no está muy buena si voz la cantas, tu voz tiene un sobre bajo y creo que no va si la cantas con una octava más arriba.

El me miró, y me hizo una mirada de que no entendía nada. Yo solo me reí por ese gesto, a tal punto que no podía parar de tentarme.

- Lucía para -Dijo Tomás mientras se ponía al lado mio- Mostrame como lo hiciste.

Y yo prendí el órgano.

Holaaa!!! Subo este capítulo por qué realmente ando media estresada con la facultad, pero bueno.
La única características que la Bic va a tener de mí es el amor al piano❤️ No hay nada más lindo que tocar ese instrumento o solo escuchar como lo tocan.
Que tengan buena semana.

Empleada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora