CINCO

5K 307 47
                                    

Hace una semana que estoy trabajando para Tomas. Todos los días se me van agregando más cosas para hacer, y ni hablar de los llamados de bares y boliches que me dicen que quieren que el esté ahí. No estoy pudiendo dormir más de cinco horas, ya que me llama Mariano o Tomás. Cómo por ejemplo ahora, que son las tres de la mañana y yo hablando con Tomás.

- Lucía, te dije que no quiero hacer entrevista con nadie antes de sacar mis nuevos temas.

- Tomás ¿te diste cuenta de la hora? SON LAS TRES DE LA MAÑANA.

En eso se escucha una risa del otro lado de la línea, y escucho como alguien lo llama. El larga un suspiro y me vuelve a hablar.

- Está bien, te dejo ahora y mañana hablamos. Pero te aviso desde ahora que lo voy a hacer ninguna entrevista.

El corta y yo me vuelvo a recostar en mi cama. Mi cabeza da vueltas como una calesita. No me doy cuenta pero me quedo dormida.

Suena mi celular, es una llamada por la canción que lo identifica. Me quejo abriendo los ojos, ya que me molesta la luz de el sol que traspasa la ventana de mi habitación. Empiezo a palpar la mesita de luz que está al lado de mi cama, hasta que por fin agarro el celular.

- Hola -Contesto sin ver quién era, y con una voz adormilada.

Escucho una risa, pero no de gracia si no de burla.

- Te quiero decir que no se por qué motivo no estás acá, pero Mariano tiene una cara -Desde el otro lado de la línea reconozco la voz de Tomás y también que ahora su cara está con un sonrisa burlona.

Yo de un salto me paro de la cama y me dirijo a el placar en forma rápida, para localizar mi ropa. En cinco segundos me pongo el pantalón y agarro las zapatillas que me las pongo mucho más rápido que la anterior prenda.

- En diez estoy ahí, cubrime mientras tanto.

Escucho de nuevo su risa, pero en vez de seguir hablando le cortó por qué ya no quiero sentirme más irresponsable de lo que me siento en este momento.

Llegó al edificio, entro corriendo mientras voy peinandome, mientras subo las escaleras hasta el piso en donde está Tomás.
Al entrar a su estudio, veo que el está con el celular y no se percata que acabe de entrar. Busco con la mirada a Mariano, y al no verlo en la sala, largo un suspiro de alivio.

- Hola ¿Vos quién sos? -Me pregunta un chico, que creí haberlo visto antes.

Tomás que hasta ese momento no me vio, levanto su mirada del celular y al hacer contacto con mis ojos, puso una sonrisa pícara en su cara.

- Uh me parece que llegó alguien tarde.

- Yo lo puedo explicar.

- A mí no, a Mariano.

- ¿Así que ella es tu nueva manager? -Volvio a hablar el chico que desconocía.

Yo asiento con la cabeza, y me vuelvo a centrar en Tomás.

- Me quedé dormida por tu culpa.

- Aparte de quedarte dormida sos una maleducada con mi amigo. Alejo por favor disculpala, es una chica complica.

Es verdad, no había contestado ni saludado a este chico. Avergonzada baje la mirada, y me puse roja de la vergüenza. Pero fue para peor, ya que Tomás empezó a reírse muy fuertemente.

- Tranquila, no te preocupes, el hace para joder nomas -Dijo Alejo mientras me ponía un brazo sobre los hombros- ¿Como te llamas?

- Lucía

El me sonrió después de decirle mi nombre, y noté como subía y bajaba la mirada a mí ropa.

- Lucia, escucha -Dijo Tomás agarrandome del brazo, separandome de Alejo- Mariano está muy molesto, así que anda buscando alguna excusa para que por lo menos, se le pasé el mal humor. Yo mientras me voy afuera a fumar un pucho.

- Vos no te vas a ninguna lado -Lo agarre del brazo mientras el iba a salir de la habitación- Me vas a ayudar en cubrirme en esta que me metí.

- Ja ja ja ¿Yo? -Yo asentí- Ni a palo nena, hacelo sola.

El safo de mi agarre, y fue a buscar la caja de cigarrillos y el encendedor. Se puso la campera, y se dirigía hacia la puerta.

- Si vos no me ayudas... -Dije mientras él se paraba en su lugar- Yo voy y le digo a Mariano que no cancele la entrevista.

El se dio vuelta en su lugar, y me miró con una cara fría, que como siempre, me hacía poner nerviosa. El, en pasos firmes, se acercó a mí sin cambiar su mirada fría. Se acercó tanto a mí, que yo fui retrocediendo, mientras que el seguía avanzando. Cuando ya no tuve más escapatoria, y el me tenía arrinconada, hablo cerca de mi cara.

-¿Me estás cantajeando?

Yo en el lugar que estaba, me sudaban las manos, y con el miedo e nervios que tenía, solo negue ante su pregunta. El me sonrió, y me acomodo un mechón detras de la oreja.

- Igual te pienso ayudar -Dijo mientras se alejaba de mi- Me das tanta pena cuando pones esa mirada, y en esa situación de terror cada vez que te digo algo, que me conmoves.

Eso último que dijo, fue suficientemente humillante para mí, y no se de dónde salió está autoridad mia, al contestarle:

- Tranquilo, yo no necesito darte pena sabes -Dije poniéndome al frente de el, mientras me ataba el pelo con una coleta- Yo si puedo arreglarme sola.

Fui hasta el lado de la mesa, y agarre un par de contratos que me había dejado ayer, sin terminar de leer acerca de un show para Tomás. Y me fui para el lado en donde había una mesa. A todo esto, Tomás me seguía todos los pasos, mientras me miraba con una cara de sorpresa.

- A lo que si te tenés que preocupar, es que ropa vas a usar para la entrevista.

Al decir esto, le giñe un ojo y me senté a leer los contratos.

Holaa chiques!!! Les dejo este pedacito de esta novela tan piola. Sorry si me tardo en actualizar, estoy rindiendo en la facultad, y bueno... la responsabilidad (Cosa que Lucía no tiene)

Tengo que decirles que cada vez se va a poner más fuerte la relación entre Tomás y Lucía, pero que va a sacar sentimientos.
Gracias por los votos y comentarios, son re dulces ❤️

Empleada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora