VEINTIUNO

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Tomás y yo estábamos yendo al estudio, en mi auto, porque según él hoy no pudimos trabajar.

- No sé si me estás tomando el pelo o es un chiste de mal gusto -Dije mientras ponía las balizas para estacionar.

-¿Porque lo decís? -Cuestiono mientras prendía un porro, y se ponía a fumarlo en mi auto.

Yo largué un suspiro. Estaba realmente cansada hoy para venir a trabajar, porque a pesar de querer ir al comedor ese, lleva bastante energía y tenés que estar con todas las pilas.

- El venir a trabajar ahora, es una broma ¿verdad? -Dije con una voz cansada- Estuve todo el día haciendo...

- Lu bombón -Me interrumpió Tomás- Tu trabajo es estar acá, cumplir un horario y listo. Mañana te doy permiso para que entres a las nueve.

- Tomás, yo entro a las diez siempre. -Dije con voz obvia, aunque dudo que él sepa eso si cae a la hora que sea.

- Nueve y cuarto, cerramos con ese horario. Te doy quince minutos más.

Me bajo del auto rápido para no escuchar más la voz de Tomás, o bueno, por unos segundos.

Entramos al estudio, y cuando quiero buscar las llaves de nuestra sala de música me doy cuenta que no las tengo.

- Tomás hay que volvernos a casa, me olvidé las llaves -Dije mientras me daba vuelta para verlo y volver por donde entramos.

- Tranqui, yo sé dónde hay una copia.

Él empezó a caminar y yo lo seguí, no me había dado cuenta antes pero él llevaba un carpeta en la mano, y por lo que se veía tenía hojas con dibujos.

Frenamos en una habitación en donde están todas las cosas de limpieza, y él entró prendiendo la luz de ese cuartito.

- Lucia vení -Dijo mientras me agarraba la mano y me tiraba dentro de el cuarto. Cerró la puerta- Está ahí arriba, agarrala.

Si yo les digo que estaba encima de la puerta es literal, ya que se encontraba colgada en un clavito.
Yo suspiré y agarré un tacho que había ahí para subirme, pero mi mala altura no me dejó.

- No llegó -Dije mientras me bajaba.

Tomás trató de subirse al tacho, pero apenas lo hizo, lo rompió.

- Esto será descontado de tu sueldo -Dijo el mientras escondía el tacho roto.

Yo me reí, porque es increíble que a esta altura de la noche tenga ganas de pelear.

- Luci, a ver si se te ocurre algo para abrir alcanzarlas, en vez de estar riéndote.

- Poneme las manitos, así me trepó y las agarro.

El junto las manos y se agachó, yo me agarré se fue cuello. Cuando me subió pise la perilla de la puerta, y agarré las llaves pero me termine cayendo al piso.

Tomás se empezo a reír a todo lo que da, y yo tirada en el piso toda adolorida. Le tiré las llaves en la cara y cuando lo golpeó, la que se empezó a reír fui yo.

- Te fuiste al pasto Lucía -Dijo él medio molesto.- Bueno ahora vamos a ...

Se quedó callado, parado en frente de la puerta. Yo me pare y me acomode la remera ya que me quedo toda desacomoda.

- Lucía tenemos un problema.

- Ay Tomás, ¿que puede ser peor que estar una noche con vos?

Él de agachó y levantó la manija de la puerta que estaba en el piso.

- Creo que quedarse una noche encerrados en este lugar.

Si mi noche estaba mal, podía ser peor.

- No puedo creer la mala suerte que tengo -Dije arrebatando la manija de la mano de Tomás y intentando ponerla en la puerta.

- Luci, la manija está rota.

- Ah me muero, vos no solo sos cantante sino que también cerrajeros.

- Tampoco hay que saber para darte cuenta que le falta un pedazo a la manija.

Largué un grito de furia, y en cualquier momento entraba en un colapsó mental. Estaba demasiado cansada, y tenía mucho sueño para estar acá encerrada. Y Tomás no era la persona con la que quería estar encerrada.

- Luci -Dijo Tomás con una voz miedosa- Mañana si podés entrar a las diez y cuarto.

No podía creer lo que me estaba diciendo.














Saludos a la ppl. Quiero decirles algo importante: no voy a continuar esta historia.
Eso era lo que pensaba ayer ah, pero volviendo a la realidad de que amo muchísimo esto y que es la forma que veo al amor ahre, la voy a seguir.

Gracias por su amor siempre, que es lo que me hace sentirme bien. Amo un montón todo lo que me escriben o preguntan por esto, no tengo palabras para decirles que las amo.

att: Ruthi

Empleada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora