#3

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¡A despertar, mi querido Shaka, ya que las aves ya han alzado su vuelo y el Sol se asomó solo para ti!  —Exclamaba Milo, mientras que se acostaba al lado del rubio, invadiendo de mas su espacio personal.

Pero no importaba, o quizás no temía a las represalias que conllevaba, y aun así, el escorpión se hallaba ahí solo por gusto, para salir este día, antes de que llegara el lunes e ir a la escuela.

Su motivo era ver a Shaka feliz.






—¿Milo?..Uhg ...¿Qué... quieres... ahora ... Bichejo ..? —Murmuró con ligero enfado,  pues seguía en aquel mundo de los sueños, deseando poder dormir un poco más y que no le permitía darse cuenta que él todavía estaba dentro de la cama.

¿Acaso es que no entendía que nadie e incluso él, por ningún motivo, podía perturbar sus únicos momentos de paz? —No, por supuesto que no.
Y luego pasa como Pedro por su casa, como si fuera alguien para llegar hasta su habitación y acostarse en su cama llegarle a tocar.





Te invito a salir conmigo a pasear por la belleza que es Grecia a comer un helado, y antes de que digas alguna excusa, tu padre, Shijima, ya me dio permiso para que salgas así que no aceptaré un no cómo respuesta.

Salio una espléndida sonrisa para Shaka.




Humm... Mejor unos... minutos más, y ya... vamos... —Seguía medio dormido.



—¡No Shaka, te levantar si o si! ¿O acaso es que quieres que te levante con un beso, mi querida Aurora?  —A eso se le llama estrategia.


Unos cuantos segundos, Shaka reaccionó, levantándose de golpe.
—¡No, Milo, ya me levanto, ya me levanto!
—¿Escuchan el crujido del corazón de Milo?



Ow, si bueno, que tonto, ja. —Su voz se notaba desilusionado.  —No me duele... me quema, me lastima.



Demasiado, incluso diría que... has actuado muy extraño últimamente...
—Shaka se había levantado pero apenas abría los ojos y cuando sucedió, Milo no creía lo hermoso que son.

El griego se le quedaba viendo, casi embobado, y ante eso, el rubio se le subía los tonos en la cara por la mirada tan profunda en su ser.
¿Ten- tengo algo en la cara?


Tus ojos...Sus ojos igual que gotas de agua, tan brillantes y llenos de vida. Tan lindos y preciosos.


No me espantes, ¿qué es lo que tengo, Milo? —Cambió su rostro por la preocupación de tener alguna anomalía.


»No, no, no... Sólo qué... Tan sólo abriste los ojos y el sol guardó su pincel, porque tú iluminas el paisaje mejor que él...Recitó Milo un poco sonrojado por lo dicho y desvío la mirada.
No debí decirlo, qué vergüenza. —Ya esperaba un comentario de desagrado o quizás un golpe por haberle alarmado.


Pero eso nunca sucedió.







Uh... Gracias, supongo... —Dijo con notable sonrojo y un suave tono igual manera desviando un poco su vista al lado contrario. —¿Acaso le acepto? 
Si este era un sueño, Milo nunca querrá despertarse.

Ahora vete del cuarto que necesito ir a cambiarme de ropa para irnos, ¿cierto? , y no quiero que me veas. Y solo iré contigo porqué tengo ganas de un helado de vainilla. — Y ese era el mismo Shaka de siempre, que ya estaba empujándolo fuera de la habitación.




¡Claro qué , iremos por ese helado de vainilla, lo prometo! —Sonreía tan animadamente mientras mejillas se teñían de un color rojizo. Le gustaba mucho.






Y después de un rato que Shaka terminara de arreglarse, ambos chicos salieron de la casa y se dispusieron a pasear por el más cercano parque, para primeramente, comprar helados y seguido a caminar y ver el estanque de los patos y gansos que estaban anunciando.

De un momento, Milo al ya haber visto el estanque, tomo de la mano de Shaka para llevarle corriendo, deseaba verlo todo y también que lo conociera su amigo. 


No hay nada de malo ¿verdad?.. Sólo es una salida de amigos, nada más. Antes también salíamos... Entonces ¿por qué hoy se siente tan diferente? ¿Por qué me siento diferente?...
—Pero todo pensamiento fue alejado al ver una gran y radiante sonrisa que le regalaba su amigo, mientras éste se comía su helado pero este era de chocolate.

Verlo de esa manera tan brillante y tan calmado le hacía sentir feliz y otros sentimientos cálidos que no podía expresar. Sin que se diera cuenta, empezaba a brotar algo de lo más profundo de lo que consideraba de su pecho que le oprimía, pero se sentía bien.
Qué lindo es... —Tal vez nunca lo había visto de esa forma, pero era muy afortunado en notarlo.


El rubio se dispuso a disfrutar el helado y el rato con Milo, viendo a aquellos animalitos, sólo ellos dos, sin que nadie mas pueda interrumpir o molestar. Lo único que le importaba era que estuvieran juntos. Después de todo, algo le mantenía estar con él y eso es lo que averiguaría.
















Ya Shaka esta tomando un poco de participación y hasta quizá de unos coqueteos o piropos, JA. Pero es igual que Milo, la cagan de una forma.

Por muertas lo único que digo es ya casi termino de reescribir, poco a poco se nota la mejora, y me hacer sentir alegría que puedan disfrutar de esta pequeña historia.

✔ #3 Listo!

¿Piropos? || Milo x Shaka |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora