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Caminando  por los callejones oscuros con mi mejor amiga Vanessa iba pensando en donde me quedaría esta noche después de la pelea con mi padre en la mañana no sabía a donde ir. Vanessa ha estado siempre para mí, incluso cuando fui arrestada en mi cumpleaños, por el simple hecho de encontrar droga en mi mochila, pero no podría contar ahora con ella porque sus padres son muy parecidos a los míos y ella dormirá en casa de su novio esta noche. Inhalé lo poco que quedaba de mi cigarro lo mantuvo dentro de mi boca por un rato y luego lo boté.

–Vane me quedare con Calum esta noche. –Escupí. Calum fue nuestro mejor amigo en tercero de secundaria  a Vanessa le caía muy bien pero después de que entramos a esto de las drogas y el alcohol y las fiestas, etc. no volvió a dirigirnos la palabra. Su cara sarcástica empezó a notarse, las calles cada vez se hacían más oscuras, tenía que decidir en donde me quedaría esta noche y solo sería esta noche no pienso ir al colegio mañana.

–porque eres Nina Thompson y eras su mejor amiga hace tres años atrás no quiere decir que Calum abra esa estúpida puerta y menos en media noche.

Vanessa tenía razón la idea de ir por ayuda a la casa de Calum es descartada. Luego recordé.

–¡¡Zayn!!. –Grité dando saltitos enfrente de Vanessa. –El obvio me recibirá y más a esta hora que está llegando de su asqueroso trabajo. –Zayn Malik, primo lejano de un amigo. De seguro el me recibirá, luego de esa noche inolvidable…

-Flashback-

–Hola Mucho gusto Nina. Tú debes ser Zayn, Lucas me ha hablado mucho de ti. -Lucas uno de mis primos de Londres.

–Y espero que cosas buenas. –Sonrió. Era guapo, moreno y unos lindos ojos color miel.

-Fin flashback-

–Nina estás loca! Solo porque te acostaste con él.

–Vanessa entonces nunca llegaremos a una conclusión a todos los conozco por un motivo y por todos estas en contra. –Bufé. Ya estábamos en la esquina de North East  la calle de Vanessa.

–Okay, respira perra. –reímos. –Tomaremos el auto de Spencer prestado y te llevo al casa de Malik. –Le agradecí con un beso.

–Eres la mejor ¿te lo había dicho?

–Muchas veces preciosa.

Minutos después estábamos en el carro camino a la casa de Zayn.  Cuando llegamos las luces estaban encendidas -¡SI! Gritó mi conciencia teníamos tan solo un mes de habernos conocido de seguro me recuerda. Me despido de Vanessa, la cual insiste que asista al colegio.

–En serio no quiero. –Dije firme.

–Por mi Nina.

–Okay. –Escupí. -¿Mañana va lo de Frank? Quiero invitar a Zayn.

–Sí, Calle West casa 510. –Asentí y baje del auto.

Toque el timbre cuando ya estaba frente a la puerta de madera de aquella casa. Estaba nerviosa, nunca lo estaba pero si estaban sus padres. Mierda. Dude en estar ahí, me di la vuelta después de darme cuenta de que nadie atendía al tocado pero al fi la abre.

–Nina. –Sonrió, como hace un mes atrás. Le devolví la sonrisa y oculte nerviosa el mechón que sobresalía de mi trenza. –Ven pasa. –Como sumisa obedecí y pasé, la casa por dentro era hermosa, acogedora no me la imaginaba así parecía que su dueño fuera una mujer por lo arreglada que se encontraba.

–Es linda. –Logré decir después de un silencio muy incómodo y miradas entre sí. -¿vives solo?

–Sí. Ehm –Aclaro su garganta y se acercó más a mí. Pero hoy no venía a esto, simplemente quería un lugar en donde dormir y drogarme con tranquilidad sin ningún padre y hermana gritándote. -¿A Qué has venido? –se acercó más, sus manos llegaron donde quería. Mi cintura. Y sus boca se acercaba a mi cuello.

–He venido a pedirte un favor. –Tartamudeé, estaba muy cerca.

–Hueles a cigarrillo, me encanta. –Y tú a alcohol, dijo mi conciencia. –Dime qué favor quieres, te daré lo que quieras. –Seguía seduciéndome con sus palabras roncas y sus manos apegándome a él desde mi cintura.

–¿Puedo quedarme esta noche? solo a dormir y drogarme un poquito, mis padres me han jodido hoy en la mañana –Su cara cambio: decepción.

–Puedes quedarte todo lo que quieras. –Se separó. –Mi casa es tu casa. Pero no puedes drogarte.

–¿Por qué no? –QUE MIERDA!

–No acepto drogas en mi vida, son dañinas.

–Tú también vendrás con lo mismo. –Bufé enojada.

–Nina, es cierto por favor escúchame. –Okay lo escucho padre 2. –Puedes beber, fumar, hacer fiestas, sexo lo que quieras menos eso. Por favor. Nina cambiemos eso de tu adicción por las drogas ¿si?

­–No tomaré mi dosis aquí pero lo haré en otra parte. –Miré a otro lado para evitar su mirada.

–Hey, Nina. –Tomo mis manos. Volví a mirarlo directamente a los ojos. Mientras el me imitaba. Seguía la mirada a mis labios y luego regresaba a mis ojos. –Tienes unos lindos ojos verdes ¿te lo había dicho?

–Si, esa ves…

–Continúa, termina la frase.

–Que tuvimos sexo.

–Si, son hermosos, y me gustan verlos así no rojos que quieren explotar como dinamitas. –reí. –Y quiero verte sonreír naturalmente no con efectos de droga, te quiero ayudar por favor acepta.

Me tomo con una mano por detrás de mi cabeza y la otra mano ahora estaba bajando por mi espalda y luego sus labios se movían a la par con los míos.

C H A N G EDonde viven las historias. Descúbrelo ahora