Estábamos en Starbucks, por ahora estaba a dieta ya que creía que estaba gorda, asique no quería almorzar solo quería un café. Estábamos Cal Vane y yo sentados en la acera en frente de Starbucks con nuestros pies extendidos para que las personas no pudieran pasar eran más de las cinco de la tarde. Vanessa comía un helado de chocolate al igual que Calum, y yo pues mi café. Las personas que pasaban se quedaban mirando, extrañas o simplemente enojadas de interrumpir su paso, mientras nosotros reíamos a carcajadas, extrañaba hacer eso. Todo había vuelto a como estaba antes, me sentía feliz y libre.
Mi celular sonó, un mensaje de Martin… mierda Martin.
“Espero que no te hayas olvidado de mi”
no respondí
–Chicos quisiera quedarme con ustedes, pero tengo… ah creo que una cita.
–Ugh, ¿Martin? –Preguntó Vanessa asqueada, según ella algo no le traía buena espina sobre Él.
–Si Martin.
– ¿Quién mierda es Martin? –Calum.
–Es el encargado de los departamentos en los que estoy viviendo, a Vanessa no le cae nada bien, dice que es muy guapo como para estar saliendo conmigo. Aunque no somos nada por cierto.
–No te doy el permiso de que salgas con ese tal Martin. –Lamió un poco de su helado. –Tampoco me cae bien.
–No le conoces.
–Si Vanessa dijo lo que has dicho anteriormente, quiere decir que es verdad, sabes que ella nunca falla en eso de las malas vibras.
–Okay lo que digan, pero iré a cancelarle.
–Te acompañamos. –Habló Vanessa.
–No tranquilos espérenme aquí regreso en cuestión de segundos.
Algo que me molestaba y realmente me ponía de malas era que me ordenaran que hacer, pero eran mías mejores amigos, perdí a Calum una vez y no quiero volver a perderlo y mucho menos a Vanessa.
El taxi se aparcó en frente de los apartamentos a eso de las 7:10pm olvidé que mi bolso lo había dejado en el auto de Vanessa, bueno el de su hermano. Aun no entendía por que llevaba tanto tiempo con él. No necesitaría nada de ahí asique olvide el estúpido pensamiento, suspire y entre. Martin se encontraba hablando con una chica, alta y rubia de ojos claros, por un momento me sentí furiosa, ¿celos? En Nina Thompson, jamás. Decidí ser metiche e interrumpir en la conversación que al parecer iba muy bien, pensé al oír como reían a carcajadas los dos.
–Martin podemos hablar.
–Nina, claro ven. –Respondió lo más rápido que pudo. –Adiós Natasha Fue un gusto. –Se dirigió a la rubia. Ya sentados en el sillón negro que estaba en la sala de recepción hablé.
–No poder acompañarte.
– ¡¿Qué?! ¡¿Por qué?! ¿Ha sido por lo de Natasha? –Negué. –No me puedes cancelar, a mí nadie me cancela.
–Martin mira... no puedo... ¿sí?
–No, Nina. Iras y punto.
–No me mandas.
Que se cree, ni siquiera éramos “algo” como para obligarme a ir con él a Miami ósea y a Miami
–Nina no me vas a cancelar te iras conmigo y punto, no hay vuelta de hoja.
Maldición, no podía salir de ahí y tampoco podía llamar a alguien porque deje mi móvil.
Media hora esperando en el sótano del edificio de los apartamentos, era cierto Martin estaba loco debí hacerle caso a Calum y a Vanessa. No quería irme con él, necesitaba llamarlos de alguna manera.
***
–No puedo creer que Nina nos haya mentido, se fue con él, con Martin. .Hablo Vanessa a Calum, desesperada por su mejor amiga que aún no llegaba después de una hora.
–Tranquila, ella nunca nos mentiría. Debe estar llegando, respira. –Trato de calmarla, pero esto era imposible.
–No lo entiendes Calum, ese Martin no es nada bueno para ella. Ni para nadie.
***
Busque y busque pero no encontraba rastros de ningún móvil o teléfono. Me rendí. La puerta se abrió dejando ver detrás de ella a Martin.
–Es hora de irnos.
***
– ¿Sabes dónde quedan los apartamentos?
–Claro.
–Entonces que esperamos, vamos por ella.
Llegaron los dos en busca de su mejor amiga. Pero no estaban, ni ella ni Martin solo el conserje.
–Disculpe, soy mejor amigo de Nina Thompson. –Hablo Calum con su respiración agitada. El señor asintió, al parecer le conocía. -¿La ha visto salir con el encargado de la recepción?
–No disculpe pero el joven Martin ha salido temprano hoy y no iba acompañado. Tampoco he visto a la señorita Thompson en el día de hoy.
Era evidente que nunca había llegado al edificio, o eso era lo que ellos pensaban. A Vanessa solo se le ocurrió una cosa. Harry.
Pero ellos estaban confundidos por la desesperación.
Llamaron a Harry.
–Nina está desaparecida, dime por favor que está contigo. –Ya Vanessa estaba llorando, pensaba que era su culpa por no acompañarla.
– ¡QUE! No no está conmigo. Como la pudieron dejar sola, no saben que hay cabos sueltos de la otra banda. Dios Vanessa te mataré si algo le pasa a Nina.
Harry estaba enojado, Nina era el amor de su vida y si Nina no lo hubiera alejado no estuviera en esta situación.
***
Después de dos horas de camino en el auto de Martin llegamos a la playa, por fin. Él estaba tranquilo como si nada hubiera pasado. Cuando aparca el auto en una de las cabañas no dice nada, ni se mueve solo respira. Lo miro extraña. Buscando respuesta en su mirada fija hacia el mar.
Pero solo veo como coloca rápidamente una pañoleta negra en mis ojos y otra en mi boca.
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C H A N G E
Teen FictionNina Thompson, 17 años, alta, castaña, ojos café claros, bella, muy bella. Ruda y muy dolida, su vida iba sin rumbo, llena de drogas sexo y alcohol. Sus padres La odiaban al igual que su hermana. --- Aveces tomamos decisiones que no nos convienen pe...