Takeru

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Había intentado escribirle más de una vez un mensaje, pero siempre se arrepentía y acababa borrándolo. ¿Qué iba a decirle? Ni siquiera sabía si ella sentía lo mismo, estaba tan... distante.


Casi una semana había transcurrido desde la primera y última vez que se vieron en el año, aunque a Takeru le pareció una eternidad. Era normal que no frecuentaran el parque ni la casa de otro elegido porque el regreso a clases estaba cerca y todos tenían trabajos pendientes. Takeru, por su parte, había dejado de manera inconsciente todo para los últimos días, pues tenía algo más importante que ocupaba su mente y que no le permitía concentrarse.

—Oye, tienes un nuevo mensaje —dijo de pronto su hermano, arrojándole el móvil al tiempo que se acercaba a la puerta; debía ir a ensayar con su banda.

Sorprendido, Takeru se levantó del sofá en el que estaba mirando la televisión y abrió el aparato.

—Pero, ¿qué? —exclamó extrañado al encontrar la respuesta a un mensaje que él jamás había escrito y mucho menos enviado.

—De nada —respondió Yamato con sonrisa pícara, justo antes de cerrar la puerta.


«¿Podemos encontrarnos a las 14:00 en el parque?
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Enviado a KARI el 6/1/2006 a las 11:00»


«De acuerdo
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Recibido de KARI el 6/1/2006 a las 13:00»


—¡Voy a matarte, Yamato! —exclamó el menor de los rubios, metiéndose el teléfono en el bolsillo del pantalón y abalanzándose sobre los zapatos que descansaban en la entrada del departamento. Salió corriendo al parque sin cambiarse de ropa por miedo a que Kari llegara antes que él y se ofendiera, molestara o le ocurriera algo de lo que después se arrepintiera. Además, no estaba TAN mal vestido.

1 de Enero | TakariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora