Capítulo V: Huida al bosque

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  Es extraño el ver como corro hacia el peligro mientras que todos huyen al bosque, me siento diferente al ser el valiente, por lo general no es así, pero lo hago por ayudar a mi mejor amigo de la infancia. Mientras corría veía como los dragones destrozaban todo con inmensa facilidad, los soldados que estaban junto a estos solo obervaban  y apreciaban el caos.

 Tras un largo rato de correr para intentar encontrar a Lain, me encontré con su hermano menor mientras caminaba solo entre la multitud, siendo que corrí hacia el y lo lleve a un lugar seguro para hablar con el, este no paraba de llorar.

- ¿Estás bien? - Le preguntaba-

- Solo llora y llora-

- Calma Calvin, soy yo, Adler, solo dime, ¿Te hicieron algo? - El paró de llorar y me habló-

- Estoy bien, pero mis padres, están atrapados con mis hermanos en la casa

- Tranquilo, los sacaremos, por ahora ve con Agata, ella está en el bosque -Tras decirle esto, el afirmó con un leve movimiento de cabeza-

  Le di a una persona que huía al bosque a Calvin, para que lo llevara a un lugar seguro, siendo que continué con mi busqueda. Tras un largo trayecto de estar protegiendome del caos continuo, decidí tomar un descanso al lado de una casa. No podía mas, estaba muy cansado y tomaba muchos desvíos a causa de los dragones, pero que tal si..... que tal si escalaba y volvía a ir sobre los techos, siendo que hice esto y empecé a correr sobre los techos de las casas. Saltaba y saltaba, pasaba por todo tipo de techos y calles, por suerte los dragones no se percataban de mi sola presencia. Empezaba a avistar la casa de Lain, hasta que caí sobre un techo hecho de vidrio, siendo que caí en una iglesia de gran tamaño. 

 Me levantaba con un gran dolor, pero escuchaba cerca unos pasos fuertes, siendo que me oculté tras un pilar de esta, vi como uno de esos dragones empezó a caminar en medio de esta, el observaba a todos lados y analizaba el lugar. Intentaba buscar una posible salida y aguantar la respiración, sentí como este acercó su cabeza al pilar donde me ubicaba, siendo que exhaló sobre mi, yo resistí mis ganas de gritar, este prosiguió a quitar la cabeza y ver a otros lados, siendo que aproveché de correr y pasar por un agujero el cual había avistado antes. Por mala suerte mía, el dragón se dio cuenta de esto, siendo que realizó una carga contra mi, había pasado la pared y dejé al dragón atrás.

- Bien, un problema menos, queda otro por resolver - No pude decir estas palabras tranqulamente-

  Tras decir estas palabras, vi como el dragón salió volando por el techo de la iglesia y empezo a destrozar ese lugar, mientras se aproximaba a mi dirección, yo corría cada vez mas rápido y pasaba dentro de las casas para así evitarlo. Vi una herrería y decidí entrar para intentar perder al dragón, luego avisté un armario de armas y decidí entrar, por suerte este estaba casi vacío. Escuché como el dragón llegó y rompió el techo del lugar, este bajó y aterrizó dentro de la herrería, le veía por una grieta que había en el armario, el terror que sentía era brutal. El dragón mientras caminaba, golpeó y destrozo una mesa para ver si estaba debajo, por suerte no fue así, luego lanzó llamas a una cama, por suerte tampoco estaba debajo de esta; por ahora solo temo por mi vida. El dragón empezo a caminar y se acercó al armario donde estaba, este dio un cabezaso con fuerza contra el armario, este cargaba y realizaba un cabezaso de forma continua. Tras un largo rato, sentía como el armario se iba a quebrar, siendo que tomé una espada que estaba dentro del armario, y esperé a otra carga del dragón, tras realizar la carga yo saque la espada y el dragón atacó, el mismo se incrustó la espada en la frente, yo con furia empecé a empujar la espada de forma mas profunda. El dragón retrocedía y aproveché de escapar, le daba por muerto, hasta que...... El dragón se levantó y empezó a destrozar todo el lugar, creyendo que yo estaba ahí. Por ahora mi objetivo sigue siendo encontrar la casa de Lain.

   Tras continuar, vi la casa de Lain, pero con el cadáver de un Basarios frente a la puerta, veía como ellos buscaban la forma de salir, pero no podían.

- ¡Señor y señora Dumont! -Grité para intentar hacer que me escucharan-

- ¡Adler! -Respondieron-

- ¡Calma! ¡los sacaré de ahí! -Tras decir esto, empecé a buscar una posible salida-

  Era inutil, su casa era muy segura, no tenía alguna salida posible, aunque pensé en algo por un momento, recordé la potente e inflamable glandula que poseen los Basarios, siendo que avisé a los Dumont.

- ¡Alejense de la puerta! O mejor les digo que vayan al sotano........

- ¡Vayan al tercer piso! Ahí creo que estarán mejor

  Por suerte estos obedecieron y fueron, yo empecé a buscar una antorcha por todos lados, por mala suerte no encuntraba en ningún lugar alguna encendida, pero vi una apagada y una carroza en llamas, siendo que tomé la antorcha apagada y la acerqué a las llamas, la antorcha se encendió. Decidí proseguir a acercarme a la boca del Basarios y abrirla, luego metí la antorcha dentro de su garganta y me alejé a gran velocidad.

- No tomé un factor en cuenta, ¡Las esporas!

  Tras decir estas palabras, el cuerpo del Basarios explotó en llamas y liberó una inmensa cantidad de esporas toxicas, a su vez despejó la puerta de la casa de los Dumont, o mejor dicho, despejó toda la parte frontal de la casa, por no decir la casa entera. Los Dumont empezaron a salir mientras tapaban sus caras para no respirar las esporas, todos ellos se acercaron y me dieron un gran abrazo.

- Muchas gracias, Adler -Decían el señor y la señora Dumont-

- Gracias amigo -Dijo Lain, siendo que proseguimos a darnos un abrazo-

- Gracias -Dijeron sus hermanas menores e imitaron su acción-

- Gracias, Adler -Dijo su hermana, siendo que me dio un beso como agradecmiento-

- Eh.... no hay de que -Dije de forma sonrojada-

- Por ahora debemos huir al bosque esmeralda, ahí los espera Calvin y Agata -Tras decir eso, escuche el aleteo de los dragones-

  Parece que la explosion atrajo a los dragones y a los caballeros, siendo que proseguimos a huir por otro camino, estos venían en linea recta, aunque esta vez logré detallar la apariencia de los caballeros, mostraba intimidación su mera apariencia. 

Estuvimos apunto de ser alcanzados, hasta que tuve una idea

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Estuvimos apunto de ser alcanzados, hasta que tuve una idea.

- ¡Debemos ir al bosque negro!

- ¡¿Qué?! -Dijeron de forma sorprendida el señor y la señora Dumont-

- Adler, sabes también como yo lo peligroso que es ese lugar

- No nos queda de otra -Aunque tenía miedo, era los que nos quedaba-

Corrimos y logramos llegar al bosque negro. En la entrada vi como una chica huía junto a un niño, por mala suerte esta se tropezó y quedó a merced de uno de los dragones, no soportaba el simple hecho de ver esa escena, siendo que proseguí a correr hacia ella para intentar ayudarle.

- ¡Adler! ¿¡Qué haces!?

- ¡Ni yo se! - Respondí de forma alterada-

 Me puse frente a la chica y frente al dragón, intentando detenerlo, aunque no se que intentaba hacer si solo era un chico sin fuerza contra un gran dragón. El dragón cargón contra mi, aunque chocó con algo antes de llegar al bosque, parece que había una barrera alrededor del bosque. Los caballeros bajaban de los dragones e intentaban pasar, mas no podían hacerlo, dragones cargaban y atacaban, mas la barrera no les permitía, ¿fue un golpe de suerte?, ¿o fue el simple destino?.

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Levria Victoria y el bosque negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora