Capítulo XXI: El talón de aquiles de las sombras

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No pasó mucho tiempo desde que me fui a dormir. De la nada, sentí algo sobre mi, siendo que abrí los ojos y vi a Elene sentada sobre mi, mientras intentaba despertarme al tocarme mi rostro con su dedo. A los lados veía como Agatha veía con precisión el arco de Honteo, Alba creaba mas de una esfera de luz y Levria seguía leyendo el libro.

Tras despertarme (Aunque seguía muy cansado) decidimos continuar, siendo que bajamos las escaleras y fuimos por un pasillo que llevaba a un puente, el cual se dirigía directo al centro del castillo. Tras continuar, escuchamos como unos pasos se acercaban poco a poco, siendo que nos atemorizamos y preparamos nuestras armas (O en el caso de Lain y Levria, su magia) mientras que Elene se colocaba atrás de nosotros. Vimos como una puerta a lo lejos se abría, siendo que algo se acercaba lentamente, proseguimos a preparar nuestras armas, para atacar a quien quiera que apareciera, pero jamás no esperabamos que fuera algo no humano. Un Guardian apareció mientras elevaba su gran espada encendida en llamas, para luego caminar hacia nosotros mientras se retorcía de una forma bizarra. Lain lanzó sus esferas de luz y Agatha disparó sus flechas, siendo que ninguna de estas dos cosas lograron hacerle siquiera algo al Guardian. Decidimos huir a gran velocidad por el mismo camino por el que llegamos, siendo que llegamos instantaneamente de nuevo a la torre.

Corriamos desesperado, para luego llegar a la torre y tomar un desvío, siendo que Lain vio una cueva a un lado en la cual entramos, esta cueva se me hacía familiar, mas no recordaba en su momento. Tras entrar, Agatha, Elene y Lain decidieron leer una placa que había en un altar el cual estaba en el medio. Tras leer esa inscripción, decidieron intentar abrir un cofre el cual estaba sobre eso, siendo que recordé en ese momento que era esa cueva. 

- Si, eso era esta cueva -Dije yo decepcionado de mi mismo por no recordar-

- ¿Que cosa era esta cueva? -Preguntaron ellos con gran duda-

- Una trampa mortal -Dije mientras veíamos como las estatuas a los lados se empezaban a mover-

Nos alejamos contra una pared, mientras apreciabamos como las estatuas se acercaban, a su vez atrás de ellos entraba el macabro Guardian mientras traspasaba la puerta ya sellada. Al entrar, las estatuas atacaron instantaneamente al Guardian, las cuales dieron pelea, pero cayeron al cabo de un largo rato. El Guardian intentó ir a nosotros, pero ya habíamos escapado para cuando se había abierto la puerta. Al irnos, subimos por la torre para luego llegara a la cima e intentar pensar en algo, una idea no tan magistral ni inteligente. Tras subir, el guardian decidió escalar por el exterior, siendo que subía lentamente. Mientras iba subiendo, Lain y Agatha decidieron lanzar sus proyectiles para intentar detenerle, cosa que no era muy eficaz. Tras una gran rafaga constante de proyectiles dirigidos al Guardian, este se elevó y se acercó a nosotros, preparandose para su ataque, cuando de la nada una flecha dorada atravesó su pecho, dejandole un gran agujero, mientras que Levria pronunciaba las palabras Victoire éclatante y el Guardian prosiguió a encenderse en una gran luz para luego caer de la torre y chocarse con el suelo, siendo que se fragmentó y destrozó tras golpearse. 

Todos celebramos esto, aunque no sorprendió algo, la flecha que salió de la nada, siendo que vimos a lo lejos como se acercaba alguien con una gran capucha. Al acercarse, nosotros bajamos a gran velocidad para agradecerle por su ayuda contra el Guardian, para luego obtener una gran sorpresa, la cual fue saber que este desconocido era Honteo, el cazador legendario. 

- ¿¡Estás vivo!? -Decía yo impactado mientras le veía-

- ¿Vivo? -Preguntaban el resto-

- Se nota como les informaste de mi muerte -Decía Honteo mientras reía-

- ¿Muerto? -Seguían preguntando el resto confundidos-

- ¿Como sobreviviste? -Pregunté entusiasmado-

- Eso es una historia para otro día, pero primero les debo de mostrar algo -Decía Honteo mientras caminaba al puente de antes-

Al seguirle, llegamos a un lugar de gran tamaño con un techo en forma de cúpula hecha de vidrio. En el suelo había una estrella gigante con lozas amarillas y algunas rojas. Honteo se acercó al centro, para luego sacar un medallón y colocarlo en el centro de la estrella, para que luego se viera como la estrella giraba y se hundía, siendo que transportaba la habitación entera. Al bajar, se apreció una inmensa herrería con armaduras de color azúl con detalles blancos y decorados azules, también habían armas de todo tipo colgadas en la zona. Honteo veía todo el lugar maravillado mientras sonreía.

- ¿Y esto? -Preguntamos de forma unanime-

- El futuro de esta inminente guerra -Decía el-

- ¿Futuro? -Seguíamos confundidos-

- El único material capaz de hacerle daños a los Guardianes y el mismo material usado para vencer a Lord Eryus la primera vez -Decía mientras reía-

Veía todo el lugar fijamente, mientras apreciaba la zona, siendo que destacó para mi una bella daga blanca con detalles amarillos y un mango azúl, siendo que la tomé y guardé, para luego pensar de que manera podríamos aprovechar esta gran cantidad de armas y armaduras.

Levria Victoria y el bosque negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora