Capítulo XVIII: Alma de dragón

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Tras entrar por fin en el campamento, vimos como personas preparaban armas que estaban algo oxidadas, y se colocaban armaduras antiguas, siendo que se preparaban para luchar con los caballeros. Fui corriendo en busca de Levria, siendo que duré horas y horas buscandola, hasta que encontré a Lain. Le pregunté si sabía a donde había ido, y el me respondió que fue en mi busqueda junto a otras personas, mientras se dirijían al norte del castillo; me apresuré instantaneamente y fui en su busqueda mientras mantenía resguardado el libro en mi bolsillo (Aún me sorprende que no se haya mojado en aquel suceso). Tras correr por varios pasillos, escuché unos fuertes golpes en la pared, siendo que aprecié como se agrietaba levemente. Preparé mi espada y me puse en posición, siendo que noté como la pared cayó y de afuera entraron una decena de soldados, siendo que yo corrí instantaneamente al ver la clara desventaja.

Al cabo de unos minutos, encontré un rastro de pisadas que llevaban a la zona superior de una muralla del castillo, siendo que subí por esta para intentar ver mejor mis alrededores. Tras subir, noté como estaban Levria, Agatha y unas cuantas personas del campamento, los cuales tenían arco y disparaban al exterior de la muralla, intentando evitar la entrada de los caballeros. Corrí instantaneamente hacia ellas, mientras sacaba el libro.

- ¡Adler! ¡Estás vivo! -Decía Agatha sorprendida-

- Adler, que bueno que estás aquí, te necesitamos para evitar la avanzada de las tropas -Decía Levria con gran seriedad-

- Si, si, pero primero tengo que -Mientras decía esto con gran rapidez, el ataque con una roca a la muralla hizo que interrumpiera lo que decía-

Veíamos como aquel ser que reconstruyó la ciudad, nos lanzaba rocas de forma constante , siendo que causaban un derrumbe por la muralla. Ese ser al cual llamaban "Lord Eryus", lanzaba las rocas con un movimiento gallardo de su mano, siendo que causaba gran caos. Al cabo de multiples oleadas, una impactó y derrumbó la muralla, haciendonos caer unos pisos mas abajo del castillo. Tras la caida, Levria, Agatha, y yo quedamos en un gran salón con inmensos ventanales.

- Levria, Levria -Decía desesperado mientras me levantaba-

- ¿Que sucede? -Preguntó ella con duda-

- El libro, el libro -Decía mientras intentaba sacar el libro, el cual para mi sorpresa, ya no estaba en mi bolsillo-

- ¿Cual libro? -Ella decía mientras seguía confundida-

- Perdí el libro, perdí el libro... -Decía mientras me sentaba nervioso en el suelo-

Me senté en una esquina mientras me maldecía a mi mismo por haber perdido el libro, siendo que solo esperaba que sucediera algo a nuestro favor, que almenos sea algo pequeño. Al cabo de un rato, escuchamos como caballeros llegaban por un pasillo, venían en cantidad, siendo que huimos a un túnel que no estaba muy lejos, para intentar perderlos. Corrimos por un extenso camino iluminado por lamparas de gas, curiosamente se me hacían conocidas. Tras un rato huyendo, llegamos a un puente subterráneo que permanecía sobre un extenso lago subterráneo, el cual reconocí instantaneamente, pero teníamos que seguir para evitar que nos alcanzaran. Luego de un largo trayecto, nos encontramos con una gran sorpresa, la cual fue saber que no había otra salida tras pasar el puente, siendo que veíamos como los caballeros marchaban en nuestra dirección mientras preparaban sus lanzas y espadas. 

Esperabamos nuestro destino, mientras yo preparaba mi espada y Agatha les lanzaba flechas, las cuales eran desviadas por la gran habilidad con la espada de ellos. Los caballeros ya estaban por aproximarse, cuando de la nada apreciamos como una luz nos cegó a todos, y una silueta salió de la nada, mientras conjuraba magia. Este alguien, era Lain, mientras creaba un gran escudo mágico a nuestro alrededor, mientras el mostraba una leve sonrisa. Este solo dio un silbido, y se apreció como el puente se derrumbaba desde el centro, y los caballeros corrían para evitar caer por el puente, un par de caballeros cayeron, mientras que el resto miraban impactados. Se apreció como del agua, apareció una inmensa criatura, la misma que me había atacado, la serpiente de las profundidades. La serpiente destrozó el puente con mayor rapidez, siendo que hacía caer a los caballeros mientras los devoraba. Un caballero logró llegar a nosotros e intentar atacarnos, pero el escudo no lo permitió, siendo que fue devorado por la serpiente. 

Lain eliminó el escudo, y le lanzó un pedazo de carne a la serpiente, la cual comió con mucho gusto (Aunque ese pedezo de carne no se compara a la cantidad de personas que acababa de devorar. Lain se voltió hacia mi, y me dio el libro que había perdido. Siendo que instantaneamente se lo pasé a Levria.

- Cuando te fuiste, se te había caido el libro -Decía Lain-

- ¿Por qué me lo das a mi? -Decía Levria mientras me veía confundida-

- Solo abrelo y leelo -Dije entusiasmado-

Levria empezó a leer el libro mientras pasaba las páginas, se notaba como ella no se quemaba al pasar las hojas del libro. Ella leía, mientras se sentaba apoyandose de la pared mientras leía. Lain y yo empezamos a hablar con respecto a aquella serpiente.

- Mientras intentaba encontrarte, llegué a esta caverna y me le encontré, así que le llamé Fish -Decía el mientras realizaba una carcajada-

- Que nombre mas original... Y por cierto... ¿Como le domaste? -Preguntaba con gran duda-

- Eso es una historia para otro día, amigo mío -Decía el mientras sonreía-

Yo solo me senté en el borde del puente roto, mientras veía la silueta de Fish, y yo apreciaba los alrededores mientras esperaba a que Levria terminara su lectura de aquel libro, y nos informaba de la información que obtuvo.

Levria Victoria y el bosque negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora