Capítulo XXII: La luz al final del camino

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En un momento repentino, mientras nos algrabamos por haber encontrado algo capaz de destruir a los Guardianes, se escucharon unos fuertes golpes en la muralla. Nadie mas prestaba atención a estos golpes, pero decidí acercarme a la muralla donde se escuchaban, siendo que noté como caía polvo y de la nada se abrió por completo, cayendo piedras por todos lados, decidí apartarme y echarme a un lado para evitar las rocas, pero tras echarme me caí por un desnivel y luego quedé atrapado en un hoyo. Quedé completamente inconciente tras un fuerte golpe en la cabeza al caer.

Desperté y todo el lugar estaba en ruinas, mi cabeza sangraba y no había nadie a mi alrededor. Estaba completamente solo, en un lugar vacío, sin nada. Se llevaron las armas y las armaduras, nuestra última esperanza para acabar con ellos. Caminaba debilmente por el lugar, intentando ver si algo no fue saqueado por aquellos caballeros, siendo que solo veía escombros y mas escombros, hasta que de la nada vi a lo lejos algo que brillaba levemente, siendo un brillo tenue. Caminé apresuradamente hacia el brillo, para luego quitarle los escombros de encima y detallarle por completo, siendo que descubrí que era una bella daga dorada con un par de gemas blancas y un mango de madera. Decidí prepararme y caminar por el mismo lugar donde esos caballeros entraron, para así seguirlos e intentar liberar a Lain, Levria, Agatha, Honteo, y a Elene...

Tras ir por el túnel en el cual ellos usaron para salir, yo no lograba ver absolutamente nada, siendo que me guiaba al tocar las paredes. Mientras continuaba, solo pensaba en que cosas les podrían estar haciendo, esperando lo peor. Al andar, me sentía mareado debido al golpe y la sangre, siendo que caminaba en zig zag. Mientras andaba, escuché una pisada atrás de mi, siendo que vi la espada en llamas de un Guardian elevarse para luego realizar un corte vertical hacia mi, el cual pude esquivar por suerte. Preparé mi espada e intenté hacer un corte con todas mis fuerzas, pero el Guardian cortó mi espada con la suya como si fuese de papel, siendo que perdí el equilibrio y caí al suelo. Saqué la daga de mi bolsillo, y la puse frente a mi para intentar aunquesea detener su ataque con la espada. Tras sacar la daga, noté como realizó un fuerte resplandor, el cual hizo retroceder al Guardian, para yo instantaneamente levantarme y abalanzarme para darle un corte por el nivel donde debería de estar el estomago (O almenos eso suponía), siendo que la daga de repente se extendió, formando una gran espada la cual logré usar para cortar al Guardian en dos, y así liquidarlo para luego ver como caía sin vida en el suelo. Tras esto, solo continué mi camino en dirección al final del túnel. 

Logré llegar a la salida del túnel, la cual llevaba a una casa en medio de la ciudad alrededor del castillo, siendo que salí de la casa y noté como era de noche y estaba todo completamente oscuro, siendo que había un cielo nublado. Caminaba con cuidado por las calles, mientras seguía goteando la sangre de mi rostro (Aunque era cada vez mas leve, sentía gran agotamiento). Escuché dos pisadas atrás de mi, siendo que me voltié y avisté a dos Guardianes, los cuales preparaban sus espadas y corrían hacia mi, mientras yo solo esperaba teniendo de frente a mi daga (La cual es ahora una espada). Levanté esta daga-espada para así bloquear el ataque directo de los Guardianes, siendo que al hacerlo caí al suelo, pero aproveché ese instante para cortar la pierna de uno y hacerlo caer. Me levanté y abalancé sobre el otro, siendo que el realizó una estocada la cual pude bloquear, para luego cortarle uno de sus cuatro brazos. El Guardian me dio una patada, siendo que caí sobre un banco, para luego notar como este se abalanzaba hacia mi mientras elevaba su espada, y por suerte logré esquivar el ataque, me levanté y clavé mi espada en su pecho, asesinando al Guardian.

Iba adolorido por el camino, siendo que me hizo mucho daño la patada de aquel Guardian, cuando de la nada, siento como algo me golpea por la espalda, y luego noto como mi sangre cae en cantidad al suelo, para a su vez ver como una espada de Guardian está atravesando en lado derecho de mi caja toraxica. Voltié mi mirada como pude, para notar como era el otro Guardian, el cual regeneró su pierna y logró levantarse. Sentía como cerraba los ojos, luego sentí gran dolor cuando el sacó la espada, pero decidí darme la vuelta y clavar la mía directo en su pecho, atravesandolo y desgarrandolo. El Guardian cae muerto, y yo continaba por mi camino, mientras sangraba en magnitud y veía todo borroso, a su vez notaba como cerraba lo ojos poco a poco, pero logré apreciar algo al final de la calle, algo de majestuoso y brillante, una hermosa luz, la cual fue la última cosa que vi antes de caer.

Levria Victoria y el bosque negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora