Con la sonrisa más grande y cínica, Terry miraba a Albert; y éste, por alguna razón se pasaba la mano por su rubio cabello. Entonces...
— ¿Te sucede algo, hermano? — preguntó el menor de ellos.
Torciendo la boca y emitiendo de una ella un pujido, el mayor fue a sentarse frente a su gemelo el cual oiría:
— ¿Qué has pensado de lo hablado anoche?
Alguien fingiría olvido al indagarse:
— ¿Sobre qué?
— El trabajo para tu amiga.
— Oh, no — el pizzero, en su asiento, echó la espalda hacia atrás; y conforme colocaba sus manos detrás de la nunca enteraba: — Ya lo ha conseguido por su propia cuenta
— ¿En serio? — tanto el rostro de Albert como su voz se escucharon desalentadas; en cambio la de Terry no ocultó el gran peso quitado de sus hombros al reafirmar:
— Sí.
— Entonces, eso quiere decir...
— ... que de antemano te agradezco por tu... 'buena intención'
— Terry... — Albert inclinó el torso hacia el frente; y en lo que apoyaba sus codos sobre sus mulos decía: — en verdad te necesito.
— ¿Por qué? —, el gesto de un hermano hizo que se inquiriera: — ¿te ha dado malas noticias el doctor?
— No, no; hasta eso, tanto Sandra como el bebé están muy bien
— Menos mal.
— Pero quiero estar presente cuando mi hijo nazca
— ¿Y quién te ha dicho todo lo contrario?
— Tú; porque no quieres tomar mi lugar
— Albert, tú te preparaste para ello
— Tú podrías empezar hacerlo
— No, y no sabes cuánto agradezco haber pasado ya por esa etapa estudiantil; así que... busca y encuentra a alguien que ya tenga y pueda cubrir todos tus requisitos.
Frustrado, Albert respondía:
— La abuela no quiere
— Y yo tampoco. Además —, Terry imitaría la pose de su hermano, — anoche fue muy clara al restregarme, en este caso, en el oído que la empresa es suya. Que nada se mueve si ella no lo autoriza
— Sabes que lo dijo de dientes para afuera
— Y yo de dientes para adentro puedo decirte que me gritó muy molesta el hecho de no haberle realizado el sueño de verme casado con Karen y haberla hecha bisabuela
— Pero estás de acuerdo en que tuvo razón
— ¿Sobre qué?
— Por diez años la hiciste perder el tiempo
— No — dijo Terry, — no, no, no. Karen también estuvo de acuerdo porque... de los dieciocho a los veintidós ella y yo fuimos los responsables de elevar las ventas de los condones
— Eres un...
— De los veintitrés a los veintiocho el que impidió que se embarazara fue su puesto en la oficina.
— ¿Y qué querías? Ella fue más responsable y optó por quedarse al frente de la compañía de su familia.
— Entonces no me culpen del todo; ni tampoco porque no corrí detrás de ella cuando el día que yo finalmente había conseguido algo, se largó, demostrándome así 'su supuesto amor' por mí. ¿O no son para eso las parejas? ¿para apoyarse mutuamente?
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¡Al fin libre! y te encontré
Short StoryESTA HISTORIA, COMO LAS ENCONTRADAS EN MI PERFIL, SON MI TOTAL AUTORÍA. NO DE DOMINIO PÚBLICO. Además de su nombre, él es un hombre encantador y guapo, pero bastante despreocupado. La vida le ha dado todo; y eso incluye la más linda de las perezas...