Me levanto, rodeada por la nada, solo arboles inmensos a los que no les encuentro fin, por alguna razón me detengo un segundo a mirarme, estoy totalmente vestida de blanco. Me desconcentra un movimiento entre unos arbustos, es una mujer, la distingo por su largo cabello castaño. La persigo durante unos pocos segundos y ella se detiene, al instante que me detengo yo, me mira muy fijamente con sus ojos azul profundo y me extiende las manos con una caja de madera, yo la miro desconcertada y la tomo. La voy abriendo lentamente, muy asustada...
- ¡Liv, hija, despierta! -Me grita mamá desde su baño.
Me he quedado dormida aquí, miro el reloj; 7:45 AM, y se hace muy tarde para irme a la academia.
- El desayuno está en la mesa, tu hermano ya salió, se fue con Kate. -Me grita mientras se alista para trabajar.
Entro rápidamente al baño y me ducho, luego salgo y me visto lo más rápido que puedo.
- Ya hablé con Maya, la vecina de al lado para que cuide a la abuela hasta que llegue de trabajar, desayuna y vete. Es muy tarde. -Me dice.
- No me da tiempo a desayunar mamá, me tengo que ir, Dastan seguro me espera. -Le digo mientras tomo la mochila.
Salgo corriendo y así me mantengo hasta que llego a la academia demasiado agitada, justo suena el timbre cuando llego a la puerta. Ahí está Dastan esperándome para entrar.
- ¿Estas bien? Estas muy agitada y llegas muy tarde. -Me dice cruzando los brazos.
Con voz entrecortada le respondo:
- Si, estoy bien, o quizás no. Tengo mucho que contarte, estoy pasándola mal y quien más que mi mejor amigo para escucharme. -Le digo.
- Justo eso te iba a decir, leíste mi mente. -Ambos reímos y entramos a la academia, cada quien se dirige a su respectiva clase.
En clase de química me pongo a pensar en ese raro sueño, lo he tenido dos veces, y no comprendo para nada de que se trata
La maestra interrumpe mis pensamientos.
-Señorita Martin, está enfocada en todo menos en la clase. -Dice la maestra Collins.
-Disculpe maestra, pero no es que me interese mucho de lo que está hablando. -Le digo con desagrado.
- ¿No crees que es interesante e importante la educación eruditamente completa para ti y tus compañeros? -Me dice mientras camina frente a la pantalla del salón.
-Solo nos quieren educar eruditamente para que seamos los peones científicos de los gobernadores. -Digo girando los ojos y moviendo mi pluma.
-Muy bien señorita Martin, cuando le interese mi clase, podrá volver a ella sin ningún problema, pero claro, con una disculpa de por medio. -Dice señalando la puerta del salón con un gesto.
Salgo y me siento en el pasillo a leer mi libro favorito. Hasta ahora me fijo lo frías que son las paredes de la academia, lo frio que son todos aquí. Todo es tan gris, tan monótono. Nos han lavado el cerebro todo este tiempo, ya nadie hace nada sin temor, o sin pensar en las tantas consecuencias que podría traer, incluso estudiar es obligatorio aquí, y estudiar lo que ellos quieren, no es justo.
Mientras leo me detiene un recuerdo de aquel sueño. Estaba en un bosque, pero aquí no hay bosque alguno, hace mucho que ya no hay árboles, y por lo que se tampoco en las demás ciudades. Y supongo la pregunta es; ¿Cómo respiramos? Bueno, respiramos debido a un gas que se esparce por la ciudad, específicamente por las tuberías y las ventanillas de ventilación, es lo que han mostrado en las pantallas de noticias puestas en los edificios de toda la ciudad.
Pero allí, donde estaba en mis sueños, había arboles inmensos, no alcanzaba a ver dónde terminaban, es cierto que aquel bosque estaba muy oscuro, pero aun así lo que se lograba ver era muy hermoso.
Estoy muy intrigada, no sé de qué se trata, y pasaría desapercibido si solo hubiese pasado una vez, me pregunto que será. ¿Quién era esa mujer? ¿Qué quería decirme al poner en mí su mirada tan profunda? ¿Por qué rayos me daba esa caja de madera? Y lo más importante, ¿Qué contenía dicha caja?
El timbre frena dicho pensamiento, es ahora del receso, todos salen como si estuviesen enjaulados, aunque si, tal vez si lo estemos, educándonos para manejarnos a su gusto, me parece vivir enjaulado. Son una multitud, saliendo de unas jaulas. Dastan pasa y rápidamente me ayuda a levantarme, caminamos hasta el patio y nos estamos en una de las bancas. Me siento y volcando mi cabeza en su hombro, doy un suspiro.
-Wow, eso fue un gran suspiro, muy profundo, además. -me dice.
-Si Das, la estoy pasando mal. -Le digo bajando la mirada.
-Lo comprendo, pero aquí me tienes, soy tu mejor amigo y siempre voy a estar para ti, lo sabes. Así que cuéntame que pasa, soy todo oídos. -Me dice mirándome fijamente.
-Vale. Pues en casa la estamos pasando muy duro, en especial mamá, la notaba muy triste desde que la abuela enfermó, y Matías y yo pensábamos que era un resfriado. Hasta que ayer la abuela vomito sangre y mamá se preocupó más aún. Me dijo que se sentía muy asustada y que podría ser el virus X. -No puedo evitarlo, y rompo el llanto. Un fuerte apretón invade mi corazón, se sitiera como si estuviesen arrancándomelo con las manos, unas muy frías.
-Dios mío Liv. Cuanto lo siento. -Dastan toma mi rostro cariñosamente y lo pone en su pecho.
-Aún no sabemos si lo es, mamá pasara a buscarme a la salida para ir con ella a la clínica del centro.
- ¿Te importaría si voy con ustedes? Quisiera estar ahí apoyándolas, sea cual sea el diagnóstico.
-No, no hay problema. Todo lo contrario, me encantaría que estuvieras, mi abuela te adora, y además eres mi soporte. -Sonrío ligeramente, y el en conjunto conmigo.
Luego de un largo día aquí, es hora de salir ya. Salgo lo más rápido que puedo, sé que hoy tengo que ir con mamá y la abuela a la clínica del centro de la ciudad, y Dastan debe estar fuera esperándome con mamá para acompañarnos como lo prometió. Voy caminando muy rápido y en un desliz, me tropiezo con los cordones de mis zapatos y caen todos mis libros al suelo. Me levanto, recojo mis libros y ato mis zapatos. Mientras recojo mis libros escucho hablar a Scott Peterson con su grupo de amigos, no lo soporto, es tan presumido solamente porque su padre es el científico mano derecha del gobernador de la ciudad, solo alardea sobre su padre y los beneficios que tienen él y su padre el títere, y que por supuesto nosotros no tenemos. Lo ignoro y continúo levantándome muy rápido para salir. Al levantarme, no puedo evitar escuchar de lo que está hablando. Es sobre el virus X. Me voy acercando para tratar de escuchar y si, hablan sobre eso. Lo escucho decir claramente: "Mi padre está trabajando en la cura de ese mortal virus, y por cómo va, será el primer científico en de todo el mundo en tener éxito y lograrlo". Estoy embobada escuchándolo cuando voltea y me ve con cara de desprecio:
- ¿Qué me ves marginal? – es un imbécil, siempre lo ha sido. Rápidamente quito mi mirada de él y camino hacia la salida. Afuera me esperan. Mamá, Dastan y la abuela Ainhoa, que luce muy pálida y enferma, el corazón me da una leve punzada. Luego sonrío para disimular.
- ¿Por qué tardaste tanto Liv? -Pregunta Dastan arqueando las cejas.
-Es que me tropecé en el pasillo y se cayeron mis libros y tuve que detenerme a levantarlos.
- ¿Estas bien? -Pregunta mamá.
-Si mamá, estoy bien, solo me tropecé. -Sonrío. -Vámonos ya, para no perder la cita, por cierto, mamá, hiciste la cita ¿No?
-Claro Liv, la hice esta mañana.
-Bueno, pues vámonos.
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2074
Fiksi UmumLa historia se sitúa en el futuro postapocalíptico de Olivia Martin, en la ciudad distópica de New York, donde luego de muchos años destruyendo nuestro planeta con la desforestación, la contaminación y esos factores que todos conocemos, finalmente L...