Capítulo 13

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Las melodías que tocaban los faunas eran realmente alegres y festivas provocando que todos bailaran al compás en el gran salón, algunos bailaban, otros cantaban, algunos bebían felizmente y los demás platicaban con entusiasmo pues el sentimiento era mutuo.

- Te ves hermosa.- susurró Edmund en el oido de Ana (que miraba con alegría a todos) provocando que su piel se pusiera en pelos de punta.

- Tu te ves hermoso.- soltó una carcajada al ver la cara Ed. Él la tomó de la cintura, la acercó a él y se acercó a besarla, cosa que Ana detuvo poniendo una mano entre los dos.

- Invítame a bailar primero.- el sonrió estiró su mano y se hinco un poco.- ¿Le gustaría bailar esta pieza conmigo Madame?.

- Jajaja.- empezó a reír, le tomo la mano asintiendo y lo jalo a las pista de baile. Los dos bailaban felizmente sin importarles si lo hacían bien o mal, en ese momento solo eran ellos dos, todos miraban, algunos con melancolía por verlos juntos de nuevo.

Los faunos al notarlo les dedicaron una canción solo para ellos dos, el ritmo fue más lento y algunos con sus parejas se unieron en el centro de la pista. Edmund la tomó de nuevo por la cintura, Ana pasó sus brazos por su cuello y reposó su cabeza en su pecho. Bailaban tranquilamente, uno oliendo su cabello a frutas muy cómodamente y ella escuchando los latidos de su corazón, era un momento suyo que querían disfrutar al máximo.

- Ana, yo te quiero.- dijo Edmund con una sonrisa.

- Ed... aún lo recuerdas.- habló Ana mirándolo a los ojos con un brillo especial.

- Oye ese no era el diálogo, se supone que debías decir que...- pero Ana lo interrumpió besándolo en los labios, despacio y con dulzura para después sentir como Edmund le continuaba con el beso de igual manera, para algunos solo era un beso común pero para ellos era más que eso, no había palabras que describieran lo que ellos sentían en ese momento, alegría, euforia y muchas cosas más. Ana notó que las mariposas seguían ahí despues de tanto tiempo. Se separó un poco de él y respondió.- Yo también te quiero. .- Edmund la beso rápidamente en los labios y la abrazó fuertemente.

Lastima que el momento tuvo que terminar pues Ana pudo observar como Aslan salía del salón con su hermana detrás.

- Edmund.- se apartó de él.- Tengo que irme un momento, vuelvo en un rato.

Salió rápidamente detrás de ellos y sin hacer mucho ruido se metió en el siguiente salón con ellos, solo que escondiendose detras de una armadura.

- Aslan lo que me pides, está mal.- hablaba Eleonor frente a el león.

- En este momento lo es pero es necesario, ella lo entendera.

- Es feliz, la acabas de ver, el la hace feliz, ¿porque no dejar que se vaya?... No puedo hacerlo...jamás me lo perdonaría...no le voy a decir.

- ¿Decirme qué?.- se armó de valor y salió de su escondite enfrentando a ambos.

- Ana, no debes de estar aquí.- habló Eleonor.

- Deja que se quede, ambos sabemos que es mejor que lo sepa ahora, los secretos no son parte de esta familia.

- ¿Comó estás tan seguro de eso?.

- Todo empezó un 4 de julio...- empezó a relatar Eleonor

- No hace falta empezar por ahí... mejor dime ¿porque yo?.

- Hay cosas que no tienen explicación hija mía, Un día lluvioso un hombro pasaba por aquel solitario puente, cuando escuchó el llanto de un bebé al que después adoptaría, el tiempo pasaría y su nombre sería Ana a la cual le podría transmitirle no sólo sus conocimientos sino también sus historias. Diggory cuido de ti tanto como pudo, cuando encontraste a los Pevensie y viniste a este mundo todo eso se hizo tuyo, la inocencia de una niña que ni siquiera estaba en el destino de Narnia fue motivo de esperanza.

El Más Inocente Amor (Edmund Pevensie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora