Segundo capítulo

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Wonwoo con 10 años

Habían pasado cinco años desde aquel día en que la madre de Wonwoo decidió abandonarlo. El muchacho solía escaparse en las tardes a el callejón en donde había sido abandonado, con esperanzas de que el arrepentimiento de su madre, por haberlo abandonado llegara de repente y ella de manera desesperada decidiese buscarlo justo donde lo abandono.
Sus esperanzas duraron más o menos un año, pero estas fueron desapareciendo a medida que pasaban los meses y su madre no se hacía presente, sus esperanzas se disiparon totalmente al final del año justo en el aniversario del día en que fue abandonado por su madre.

Ese día llego al lugar de siempre, y se sentó a meditar las memorias que había compartido con su madre.
La recordaba claramente, su cabello caía en los hombros, sus ojos eran pequeños rasgados centrados en una cara pequeña pero rectangular de pómulos levantados, su figura era esbelta refinada y por último la caracterizaba una personalidad altiva y elegante.
Recuerda haber visto llegar a su casa gran número de hombres en busca del amor de su madre, pero ella actuaba distante con ellos y los despachaba después de un tiempo. No sabía exactamente a que se dedicaba su madre, pero ella siempre lo considero una carga, algo que no debió haber pasado, un simple desliz. Él sabía todo eso, pero sospechaba que desconocía parcialmente a su madre.

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La vida cotidiana del orfanato estaba empezando a saberle a hogar. Las monjas que allí residían, la comida y una cama caliente eran todo lo que necesitaba un niño de diez años como él. Pero aún seguía sin amigos.

Caminando por uno de los largos pasillos del lugar Wonwoo llego rápidamente al jardín y sin pensarlo dos veces miro las flores. Rojas y vibrantes rosas bien cuidadas por sus ahora numerosas madres terminaban rodeando la monja más joven, la más hermosa y delicada.
Wonwoo solía contemplar a la chica que le rescato todas las mañanas mientras cortaba flores rojas que hacían juego con sus delicados labios.

Mina era suspicaz y siempre notaba presencia de Wonwoo y el corría al costado de uno de los pliegues de la larga falda de la joven y se escondía ahí acompañado de sus orejas rojas.
Wonwoo siempre fue un niño asustadizo y se rehusaba a hablar con cualquier persona que le sacase conversación por miedo a decir de mas, a que los demás lo conociesen demasiado y usaran sus más profundos secretos y debilidades para afectarlo y aprovecharse de él.
Su falta de confianza hacia los demás era un sistema de defensa que él había creado, pero Mina sabia luchar contra él desde el primer momento en que lo conociese gano su confianza y su cariño y esperaba no perderlo porque le había costado mucho tiempo ganárselo.

Había pasado una hora completa y las enciclopedias que sostenía sobre sus extendidos brazos estaban empezando a hacerlos ceder. Las gotas de sudor recorrían una a una su frente y levantaba los hombros lentamente en señal de completo cansancio.
La madre Jenn, la directora del orfanato ajusto sus lentes para observar la expresión de completa seriedad que residía en el rostro de Wonwoo y procedió con su discurso.

-Tus calificaciones deben ser perfectas si quieres seguir siendo educado fuera de este orfanato, un nueve en biología habla muy mal de ti, será mejor que seas diligente porque solo eres un simple becado. -Explico la madre Jenn.

-Madre Jenn trabajare más duro- Wonwoo asintió firmemente.

La vieja puerta de la oficina de la madre Jenn crujió y dejo ver a Mina con una sonrisa en la cara. Esta se fue borrando poco a poco cuando vio a Wonwoo siendo castigado.
Mina se cruzó de brazos frente a la madre Jenn y tomo el metro y le hizo señas a Wonwoo de que el castigo había terminado. Mina corrió a donde estaba el chico y retiro los libros de sus brazos con expresión de tristeza.

-Un nueve en biología no excusa para este castigo tan viejo-Dijo ella extendiendo su mano para masajear uno de los hombros de Wonwoo.

-No fue nada noona- Wonwoo bajo la cabeza, ya estaba acostumbrado a esos castigos, pero este había sido el más largo de todos.

-Ven, te ayudare a estudiar biología en la biblioteca- Mina le jalo el hombro olvidando que le dolía un poco y el chico hizo una mueca de dolor.

-Noona, me duele. -Wonwoo hizo puchero mirándola a los ojos.

-Perdona, perdona, lo siento. -Ella tomo su mano y la beso causando que Wonwoo se sonrojase, pero ella no lo ignoro pensando que era por el calor de la oficina.

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Wonwoo se encontraba en el club SINNERS trabajando como dealer por una noche. Era dinero fácil y estaba haciendo esto por su amigo. Ajusto su sudadera y mascara de cara color negro. Sus manos sudaban por la cantidad de ropa que ocupaba y el ambiente del lugar era sofocante. Se lamentó por su amigo Lee Chan que había sido concebido para ser un dealer desde que tenía cinco años.
Tenía mutismo selectivo o como lo llamaban en las calles ley del silencio. Su padre lo mantenía amenazado y él no podía hacer mucho al respecto. Incluso un día le confeso a Wonwoo como lo habían sobornado con dulces cuando era niño y como amenazaban con matarlo ya siendo un adolecente.
Pasaba sus noches y madrugadas en la calle prefiriendo dormir en clase porque en casa no se sentía seguro. Su cabello era un desastre de decoloración y los intentos de sus padres por hacerlo ver mayor solo eran fallidos, pero sin duda fueron inteligentes al darse cuenta de que su inocencia les serviría para manipular la ley.

Wonwoo se apuró a terminar sus entregas cuando vio algo que llamo su atención. Un chico había tropezado y había terminado regando su trago sobre otro chico y este había respondido quebrando su botella y acercándola al cuello del contrario.

De pronto Wonwoo sintió el impulso de ayudarlo y lo siguió inmediatamente tomando al agresor y golpeándolo en la cara haciendo que este cállese al piso. Jalo inmediatamente al chico al que había defendido y este ejerció fuerza durante todo el trayecto hacia la salida del club hasta llegar a la parte trasera donde se encontraban los basureros.
Lo tiro contra la pared y por primera vez vio sus ojos. Su pecho subía y bajaba por la salida repentina club y miraba directamente a los ojos de su defensor.

- ¿Por qué me defendiste? – Wonwoo escucho su voz con un coreano provincial y un poco de asombro.

-Me recordaste a alguien- Y le había recordado a el mismo la primera vez que perdió el bus de regreso a casa. Al tomarlo ese día le toco regresar a obscuras a el orfanato y en la obscuridad de la noche fue intersectado por unos vagabundos con claras intenciones de abusar de él y lo abrían hecho si no fuese porque Seungcheol y Hansol aparecieron ese día en la vida de Wonwoo.
Golpearon a los vagabundos y terminaron ahuyentándolos. Seungcheol y Hansol son gigolos desde que tenían 15 años y trabajan en un PUB de la localidad llamado Dandelion.
Seungcheol y Hansol son hermanastros y sus padres los echaron de la casa cuando tenían trece por dar de baja en la mitad de las asignaturas. Después de eso ellos tuvieron que vivir como vagabundos hasta que una mujer los saco de dormir en el parque a trabajar de gigolos. La vida había sido dura para los hermanos, pero ellos parecían estar cegados por la fortuna repentina que estaba llegando a sus vidas

-Está bien ya que me salvaste debería invitarte a tomar algo- Dijo el chico moreno en un tono sofisticado.

-No, estoy bien así. – Wonwoo dio la media vuelta, pero él le tomo del brazo y le lanzo una mirada de ruego y entonces Wonwoo sintió que debía ceder.

Esa noche Mingyu y Wonwoo hablaron mecánicamente y llenaron la conversación a punta de mentiras blancas, intercambiamos números y Mingyu se ofreció a llevarlo a casa.
En el momento en que él se ofreció bajo la mirada hacia su regazo y el silencio volvió a reinar había una energía un poco incomoda y sofocante entre ellos.

Cuando levanto la mirada se da cuenta de que Mingyu se encontraba observando sus ojos y lentamente bajo su mirada hasta sus labios, en ese momento Wonwoo decidió que debía irse de ese lugar.

-Creo que debo irme... a-adiós- Respondió de manera nerviosa.

-No espera, crees que podamos vernos otra vez.

-Llega a el orfanato de la calle 13 al lado del sanatorio de Seul.

   Disculpen los errores. 

Placer Vacío - MeanieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora