Cuarto capítulo

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Wonwoo con 16 años

Wonwoo tenía dieciséis años y ya era un hecho. Los sentimientos que tenía por Mina y la manera en como ella no lo sospechaba siquiera estaba volviéndole insano.

Bajo la sombra de un viejo arce se encontraba Wonwoo y Mina. Wonwoo sostenía un libro del cual leía en un tono suave para que solo Mina que estaba cerca de él pudiese escucharlo. Ella escuchaba atentamente, pero mantenía su mirada hacia al frente imaginando la historia que Wonwoo leía para ella.
Suspiraba al escuchar cada frase y volteaba a ver el perfil de Wonwoo mientras este leía para ella.
Se tomó tiempo para apreciar su cara y con ello perdió parcialmente la línea de la historia. Wonwoo por su parte sintió la mirada de Mina sobre él y se voltio lentamente con expresión interrogante. El chico de cabello azabache la juzgo con la mirada y ella levanto una de sus cejas mientras se encogía de hombros divertida por las expresiones de Wonwoo.
Él se voltio con una sonrisa que poco a poco fue ocultando con su mano para luego seguir leyendo la historia.
Ella volvió a dirigir su vista hacia adelante y se concentró en la historia nuevamente. Wonwoo prosiguió con el nudo de la historia y aprovecho para desviar su mirada hacia Mina.
La contemplo hasta que termino de recitar la frase del libro que había memorizado hace unos segundos. Ella era aún más hermosa que el primer día en que la conoció y no se podía creer que fuese tan cobarde como para no confesarle sus sentimientos. Sus interacciones eran tan cómplices, estar junto a ella se sentía tan natural como respirar, pero aun así no era capaz de ser valiente.

Wonwoo había progresado consiguiendo amigos, pero había decaído escapándose con ellos a media noche.
Estas acciones iban a terminar alejándole completamente de Mina. Hablando de amigos, Mingyu era uno de ellos y talvez su amigo más cercano en todos los sentidos y escenarios.

A su corta edad había explotado ya afondo su personalidad lo suficientemente profundo como para rozar el pecado o eso era lo que decía Mingyu cada que ponía sus manos debajo de su playera respirando muy muy cerca de él mientras se arrepentía una y otra vez de experimentar otro beso.
Y es que si Wonwoo solo tenía ojos para Mina estos ojos solían estar más que abiertos al final del día contemplando la realidad de los diez años que los separaban y si bien ni la una ni la otra se encaminaba en lo que para la sociedad estaba bien al final ninguno de los dos estaba dispuesto a darle absolutamente nada.
Y que egoísta de su parte pensar que si quieres algo se te tiene que ser entregado en bandeja de plata.

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Tres disparos se escuchan desde lo más alto de una torre y en la parte baja un hombre común se encuentra muerto en el suelo. Nadie sabe quién fue ni por donde escapo.

Un campamento allanado en las afueras de Corea del Sur termina con todos sus integrantes encarcelados excepto por su joven aprendiz a el cual nunca se le encontraron cargos mayores. Se procedió a enviarlo a la correccional de menores por un año.

Mientras tanto el se dirigía con su charola a degustar la asquerosa, pero oportuna comida de la correccional cuando un chico de cabello negro y hombros anchos se paró frente a él y empujo su charola.

-No, no, no. Esto no va a ser como en las películas. No seas un idiota conmigo. - Wonwoo simplemente rodo sus ojos y apretó sus manos sobre su charola.

- ¡A quien le dices idiota! -El chico de cabello negro lo empuja agresivamente contra la pared apretando su uniforme de correccional.

El de pelo azabache examina la cara de su oponente y esboza una media sonrisa.

-Tienes una linda cara ya viene siendo hora que la acompañe una linda cicatriz- El de pelo azabache saca una navaja haciendo que el pelinegro lo suelte inmediatamente.

Placer Vacío - MeanieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora