9.

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Camina hacia mí con calma.
Esta vez no le tengo miedo. Me alegra que haya venido a visitarme.
- Que bueno que vienes, creí que no vendrías. Me preocupaba que te hubiera pasado algo.-
Me gruñe como respuesta y yo río sorprendida por su inteligencia.
- ¿Entiendes lo que estoy diciendo? -
Se acerca lo suficiente para poder frotarse en el pliegue de mi short de mezclilla y yo poder acariciarle de las orejas hasta el hocico. Es tan alto que su cabeza está a la altura de mi abdomen.
Ambos caminamos por el sendero hasta la banca cerca de mi puerta trasera. Yo me siento en la banca y él se sienta junto a mi para recargar su pesada cabeza en mi regazo.
El lobo es más dócil y cariñoso de lo que esperaba. Sabe que ninguno de los dos nos haremos daño.
Acaricio y sigo la forma de su cráneo con mis dedos mientras tarareo una canción inventada por mí.
- ¿Sabes? Me recuerdas a alguien que acabo de conocer. Eres todo un don Juan y te impones desde qué llegas hasta que te vas. Debes ser todo un galán en tu manada. -
En todo momento que hable, él me observó y puso atención a mis palabras. Tal vez entienda lo que digo pero no pueda contestar.
De un momento a otro se levanta de mí y camina al matorral de flores más cercano. Arranca algunas de un mordisco y las trae a mí.
- ¡Eras tú! Tú eres quien dejó esas rosas el otro día. -
Suelta lo que recolectó junto a mis pies y se da la vuelta para irse.
Le pierdo la vista tras los árboles y regreso a casa.
Las flores ahora toman un significado para mí. No son cualquier detalle. Son un regalo de mi querido guardián que se tomó la molestia de darme.

Bajo los Ojos de la Luna  •|ℋarry Styles|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora