❣ El Doctor y El Científico ❣ IronStrange ❣

"10. Un Nuevo Amigo"

Stark alzó una ceja con incredulidad, sorprendido por la repentino comentario hecho por el mago, se acomodó de manera adecuada en su silla y miró con atención al hombre frente a él.

-Claro, dime-exclamó con curiosidad y nervios mirando al mago con atención en espera de una respuesta-

-En unos días habrá un congreso de medicina en mi honor, Adele va a asistir pero, no me siento muy cómodo-explicó con calma y detenimiento jugando con la invitación en sus manos, doblando delicadamente sus esquinas mientras casi tras cada palabra miraba de reojo el pedazo de papel-

-Felicitaciones, Stephen, te lo mereces-respondió Stark mirando la invitación entre las manos de Strange, notando claramente sus nervios y evitando a toda costa el sarcasmo-

-Gracias pero, como decía, no me siento cómodo y quería saber si tú-su voz se detuvo y su vista calló al suelo, se aclaró la garganta un par de veces antes de decir aquello, nuevamente un doloroso suspiro salió de sus labios y con valor repentino miró al genio-quería saber si tú podrías acompañarme.

La mirada de Stark cambió repentinamente de curiosidad a sorpresa, ¿en realidad Strange lo estaba invitando al congreso? ¿Stephen?, el genio lo miró, Strange estaba atento esperando una respuesta del menor, mientras este trataba de pensar.

-Claro, sí, no hay problema pero...-el genio titubeo un momento, se sentía lleno de nervios por la invitación del mayor, miró al suelo rezando porque Stephen supiera a lo que Stark trataba de referirse-

-Sí, ya sé que eres fugitivo pero, ya pensaremos en algo qué hacer, sólo quiero que vayas-respondió el hechicero tratando de sonar firme mientras miraba al azabache sentado, aún jugando con la invitación tratando de calmar sus molestos nervios-

-No creas que no quiero asistir, sólo ¿por qué yo?-preguntó con curiosidad ya más tranquilo alzando su vista  para encontrarse con el par de hermosos zafiros del mayor que lo miraban con un toque de incomodidad-

-Tú has ido a varios eventos, sabes cómo es esto y siendo sinceros, me sentiría más cómodo contigo ahí-explicó dudoso el mago, con aires de inseguridad y molestia combinados, sus manos habían dejado de jugar con la pobre invitación y se había relajado un poco pero, seguía incómodo-¿puedes?

-Claro, que sí, Stephen iré.

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La noche era fría, y las calles estaban vacías, caminaba con miedo pero firme la joven Strange, con las manos metidas en los bolsos de su chaqueta mientras miraba al suelo mirando las rayas en el. Ya había atendido a su amiga con su pequeño problema, estaba de camino a un lugar que no era el santuario, con ciertos nervios.

Se detuvo a las afueras de un enorme edificio, la puerta era de cristal y por ella se podían ver varias personas caminando de un lado a otro con una infinidad de papeles en su manos con el ya normal estrés de una oficina promedio, en la recepción estaba apoyado un hombre que hablaba con total calma con la que parecía ser la recepcionista, vestido con un traje gris y de cabellos rubios casi blancos. La más joven dio un paso al frente y comenzó a caminar con firmeza y seriedad hasta la puerta del lugar pero, a menos de unos metros su caminar se detuvo en seco. Se quedó un momento mirando al hombre, para después darle un vistazo rápido a su reloj, fruncio el ceño al ver la hora y regresó su mano a su cálido lugar, con resignación se dio la vuelta y con asumida vergüenza prosiguió a continuar su camino por la misma acera por la que había llegado.

Un extraño sonido a sus espaldas detuvo nuevamente su caminar, se giró para encontrarse con la cosa causante del ruido y sólo pudo divisar una especie de cosa que pasaba de un techo a otro. Miro con molestia la cosa y camino con rapidez hasta algún callejón donde se quitó la chaqueta, seguido a esto se quedó un momento estática, de sus rosados labios salió un pesado supiro y cerró sus ojos, sus manos brillaron y su ropa se cambió por su clásico traje morado y dorado.
Una vez hecho el inusual cambió de quedó pensativa una última vez "escondete" fueron las palabras que pasaron por su mente pero, como una persona a su enemigo, esta ignoró aquello.