13. "¿Qué pasó aquí?"

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Eran más o menos las seis de la mañana, la oscuridad aún reinaba sobre New York, por ende aún reinaba en la olvidada Torre de los Vengadores. Como era costumbre en la torre, sin importar que tan tarde fuera en aquel imponente edificio jamás se dormía del todo y por eso tumbado en el sofá más grande de la lujosa sala se encontraba el genio más prestigioso de la ciudad, atormentado por un insoportable dolor agudo que atacaba su cabeza. Sentía el cuerpo débil y sus sed no paraba. Dios, hace tiempo que no bebía así, con ese desinterés, esa poca fe en todo, el increíblemente poco amor propio y esa enfermiza sensación de derrota que tanto le molestaba. Sí, sin duda estaba un poco destrozado.

Pero lo que más le molestaba era el tan dichoso "Congreso de Medicina", demonios, tenía que ir y no sólo porque Strange se lo hubiera pedido, sino también porque debía ir sí o sí, ya que él estaba en la lista de invitados de honor, bueno eso es lo que pasa cuando se es uno de los empresarios más importantes del país y quizá del mundo.

Maldijo con normalidad y siguió sufriendo en silencio. Tendría que ver a Stephen Strange a la cara de nuevo, ¿cómo podía? Después del rechazo, sería extraño, incómodo, algo obvio pues aquella amistad perfecta se habia quebrado y ahora sólo serían como dos amigos lejanos, que tal vez sólo se hablen para desearle un buen día al otro, en Navidad o esas cosas. Como aquellos que sólo te llaman en tu cumple años y cuando necesitan algo o te ven por la calle. Bueno, debió imaginarlo ¿no? El ex neurocirujano tan complicado y reservado como era, obviamente no iba a ceder ante los "encantos tan vagos" de Stark. Al menos lo intento.

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Los primeros rayos de luz le dieron en el rostro y por ello abrió sus ojos. Con pereza se levantó tras un rápido bostezo, giró la vista al reloj que colgaba en la pared y maldijo. Camino medio dormido hasta el baño donde se quitó la ropa y se dio una rápida ducha. Después salió con la toalla enrollada en su cintura y busco algo para ponerse. Eligió una túnica roja y negra como la que usaba en Kamar-Taj y tras peinarse y terminar su aseo personal salió de su cuarto con rumbo a la biblioteca pues, no tenía hambre.

Subió las escaleras algo extrañdo, ya que su inseparable compañía no estaba con él, decidió no darle mucha importancia y siguió subiendo. Llegó a la biblioteca y vio a su buen amigo junto a su reliquia.

-Buenos días, Beyoncé-saludó con cordialidad y aquel tono serio típico en él-

-Buenos días, Strange-respondió igual de amable Wong, la capa voló de su lado hasta salir de la habitación una vez Stephen llegó, este último sólo notó el rápido vuelo de la reliquia y fruncío en ceño-

-¿Sabes qué tiene?-preguntó el hechicero caminando hasta su amigo que se levantó de su asiento y alzó los hombros-

-Strange me llamó anoche ¿todo está bien?-evitó sutilmente la pregunta formulada y camino hasta una de las estanterías para observarla-

-¿Adele? ¿te llamó?-preguntó de vuelta el genio y al no obtener respuesta guardó su compostura y se colocó a un lado de su amigo para también observar los libros-sí, todo está bien.

-Me alegro-contestó muy débil Wong y continuó con la vista en los libros-¿dónde está Stark? Me había acostumbrado a tenerlo aquí.

-Regresó a su torre, las cosas se calmaron-suspiró Strange y giró la vista al hombre a su lado-¿por qué?

-Me preguntaba-respondió a secas el asiático-

-No, ¿por qué te llamó Adele? ¿pasó algo?-interrogó Stephen y se cruzó de brazos mirando de manera amenazante a su compañero-

-No, Strange, ella está bien, sólo quería hablar conmigo sobre unas cosas-replicó el más bajo ante la mirada del contrario y se alejó lentamente-no se te olvide tu "evento" hoy-estaba por bajar las escaleras-

❣ El Doctor y El Científico ❣ IronStrange ❣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora