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Su pecho dolía, era la dura consecuencia de lo que sus ojos estaban observando casi por obligación. Quería alejarse, salir huyendo de allí, muy lejos de Kim Taehyung y de Yoongi. No deseaba siquiera mirarles a la cara, en su pecho acrecentándose la rabia ya ocasionada cada vez que lo hacía.


Se sentía excesivamente perdido, desorientado, cada uno de sus planes junto a su esposo comenzaron a caerse estrepitosamente delante de él sin cuidado. Por un momento lo pensó seriamente; ¿Era su culpa? ¿Había sido un mal esposo, había desatendido a Yoongi de alguna manera? No lo comprendía. Solía tomarse días libres para estar con él, nunca se quedaba de más en el trabajo y las muy pocas veces que lo hacía se lo recompensaba con cenas y momentos íntimos y amorosos entre ambos.Su hogar, la promesa de compartir un lazo, una marca, cachorros... todo de eso... no existiría más.


Cuando menos se dio cuenta había retrocedido hasta apoyarse contra la pared, su espalda dando de lleno contra la frialdad de esta y su mano cubriendo su boca. Sus ojos estaban llenos de lágrimas, todo de forma involuntaria. Sentía la presencia de Yoongi alejándose del otro alfa, su esencia acercándose cada vez más...


—No te acerques... No quiero... —logró articular, sintiendo cómo su respiración se aceleraba en intervalos incontrolables. Inhaló con fuerza, exhalando luego mientras dejaba caer su vista en el omega—. No puedo creerte, Yoongi. ¿Por qué?


La boca del hombre se abrió y cerró varias veces, incapaz de formular palabra alguna. Se relamió los labios, negando con la cabeza. —Jungkook...


—¿En algún momento hice algo para herirte? —ladeó la cabeza, el dolor palpable en su rasposa y quebradiza voz—. ¿Fui un mal esposo contigo, no estuve ahí para ti?... Habla, Yoongi.


—No le hables con voz de alfa, Jungkook, no seas cabrón —gruñó el otro alfa que hasta ese momento se había mantenido callada y hasta cabizbajo. Había caminado hasta donde se hallaba Yoongi, posicionándose delante de él en un gesto protector y territorial. Qué irónico.


—No tienes ninguna moral para hablar, grandísimo pedazo de mierda. ¿Cómo puedes meterte con un omega con pareja? O peor aún, ¿Cómo puedes ser capaz de ir a acostarte con mi omega cuando tienes uno triste que te ama esperándote en casa? —negó con la cabeza, casi escupiendo sus palabras—. Eres de lo peor, Taehyung.


Podía imaginárselo a la perfección, a Jimin sentado solo en una mesa con una cena fría mientras Taehyung se quedaba hasta tarde con su amante en una cena lujosa. Su amante... El esposo de Jungkook. Todo le parecía tan repulsivo y deprimente que ya no sabía por qué quería golpearlo, por tener algo con su pareja o por serle infiel a la propia. Jimin no se merecía eso, él mismo no se merecía eso.


—No metas a mi omega en esto.


—¿Te refieres al omega al que le fallas como si fuera tu propósito de vida, o al omega que tomaste aunque no fuese tuyo?


—No soy de nadie, Jungkook. Basta —Yoongi gruñó, y de no hallarse tan molesto y dolido lo habría encontrado tierno. Así era antes, cuando todo estaba bien entre ambos, lo cual no volvería. Pero ahí se lo cuestionaba, ¿En algún momento habían estado bien?—. No metas a su esposo en todo esto, es demasiado bajo.

HOUSE OF CARDS | kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora