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No supo nada de Taehyung en todo el resto del día. Era lo mejor para ambos, presumió, porque desconocía qué tan sereno pudiese ser un encuentro entre ambos cuando estaba tan susceptible por obvias razones. No era por justificarse, pero la discusión tenida había sobrepasado limites en cortas palabras.

La mañana fue aprovechada en la posada que ahora poseía cierto rasgo emocional para Jimin, un recóndito lugar que representaba lo que tenía con Jungkook. ¿Qué tenían, justamente? Se lo había preguntado en diversas ocasiones en su interior, mientras Jungkook lo abrazaba devuelta en la cama y hablaban sobre nimiedades.

Fiel a la palabra, actuaron cómo si todo estuviese bien. Taehyung no existía, su matrimonio menos, y eran solo un omega y su alfa compartiendo un domingo por la mañana. Hablarían sobre el trabajo de Jungkook, sobre los casos en los que había ejercido, y Jimin le contaría sobre sus pasatiempos y sus sueños de poder trabajar.

—Puedes hacerlo —sonrió Jungkook, proporcionando suaves caricias en su hombro mientras Jimin se acurrucaba en su pecho desnudo—. Serías un gran profesor de danza, te veo con tu propia academia y todo. Tendrías a pequeños cachorros detrás de ti queriendo que les enseñes.

—Hace mucho que no bailo —se rió al negar con la cabeza—. Y tener una academia propia sería... No te lo niego, me encantaría, pero prefiero empezar desde abajo. No quiero ser un mantenido.

Jungkook le observaría con ojos tristes y una nueva mueca, besando su frente y acariciando luego su rostro con el propio. —No eres nada de eso, príncipe. No tienes idea de lo que lamento haberte juzgado de esa manera.

Y allí entre sus brazos, Jimin se desahogaría.

—Taehyung no me mantiene —Jungkook lo observó, confundido ante su afirmación repentina. Y Jimin continuó—: Él no me mantiene. Su familia... Mi papá me dijo que su familia no está en una buena posición actualmente. Sí, la casa dónde vivimos la costeó él, pero todo lo que gana es gracias a los préstamos y el apoyo de mi papá.

—¿O sea que...?

—Siempre fue un matrimonio a conveniencia. Nunca me lo confirmaron, no hasta ahora, pero tampoco me lo negaron. Y fui muy idiota al no comprenderlo —Jimin se rió, quizás para no terminar llorando. Últimamente detestaba hacerlo, odiaba fervientemente su sensibilidad—. Digo, siempre fui visto por nuestras familias como su omega. Él tuvo sus relaciones cortas en su adolescencia, pero yo siempre estuve guardándome y listo para Taehyung. Suena anticuado, pero para mí era tan romántico estar destinado para él.

El omega se encogió de hombros, recibiendo un beso en su sien. —Hasta que simplemente no lo estuve. Una pareja de destinados no se tratarían así. Cuando nos casamos todo era tan lindo, y cuando empezó a desgastarse me cubrí los ojos y fingí que todo estaba bien. Jamás se me ocurrió el daño que eso me haría.

—Sabes que... Independientemente de lo que pase con nosotros —Jungkook musitó cuidadosamente, queriendo escoger las palabras correctas. Su alfa le exigía proteger al omega, creando un sentido de pertenencia que no estaba seguro de que fuese acorde aún—, tienes que terminar esa relación... ese matrimonio. Estás sufriendo, Jimin.

—No puedo... Es difícil. A mi papá no le importa tanto, pero él siempre se deja llevar por mi madre y ella es del pensar que los matrimonios deben perdurar pase lo que pase. Y yo quedaría como un omega que no pudo mantener a su alfa a su lado, que ni siquiera pudo conseguir que lo marquen —negó con la cabeza, sintiendo cierta humedad agolpándose en las cuencas de sus ojos. Estaba derramando lágrimas sin siquiera darse cuenta, ahogándose cada una en la piel bronceada de Jungkook—... es tan vergonzoso.

—Ese es un pensar de mierda, Jimin. Las relaciones se acaban y nada de eso debe definir tu valor como persona —Jungkook frunció su ceño, jalando el mentón del omega hasta hace que lo mirase. Le generaba dolor verlo en ese estado, con sus pestañas humedecidas y sus ojos apagados y caídos—. Creo que es más que obvio que tu familia son un asco y te hicieron mucho daño lavándote la cabeza.

HOUSE OF CARDS | kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora