CAPITULO 94

98 12 0
                                    

COMO ACABARA? VOTAD Y COMENTAD Y SUBO RÁPIDO, BESOS

NO OS OLVIDEIS DE VOTAR!

—Bueno, supongo que con esto ya está. Tienes que escribir las notas a pie de página, porque yo ahora no estoy para eso.
—¿Seguro? —_________ mira con ansiedad la pantalla del ordenador—. Sigo pensando que deberíamos incluir aquello de lo irónico que es que la granada, lo que la mantiene retenida en el inframundo, sea un símbolo de...
—Mira, no te interesa que el trabajo sea demasiado bueno, ¿no? —Josh le echa una
mirada—. O sea, no quieres que todo el mundo sepa que tu hermano hizo la mayoría
del trabajo, ¿verdad?
—¡Pero eso se me ha ocurrido a mí, y no a ti!
—Pues mira por dónde —separa la silla del escritorio y estira los brazos por encima de la cabeza, luego mira al suelo donde ella está sentada—, yo ya estoy. No me había quedado toda la noche escribiendo un trabajo desde la facultad, y la verdad es que podía vivir tranquilamente sin esa experiencia. No es broma, _________. Me dijiste que el trabajo este te lo mandaron hace tres semanas, si necesitabas ayuda con él, ¿no me lo podrías haber dicho antes de las dos de la madrugada del día de la entrega?
—Bueno, supongo. Quiero decir, sí —dice _________ entre bostezos. Ni siquiera se puede creer que se lo haya pedido a esas horas.
Después de habérselo encontrado llorando, después de la impresionante declaración
que la ha emocionado hasta un punto que ella creía imposible, se han sentado en la
mesa de la cocina a hablar. Sin embargo, no han hablado de nada especialmente
significativo como ella hubiera esperado.
Lo cierto es que, después de esa muestra desnuda de emociones, a Josh le ha
resultado imposible continuar actuando de un modo frío y reservado y su actitud hacia ella se ha suavizado considerablemente. Y a pesar de ello, el contenido de su conversación, para la profunda decepción de _________, se ha mantenido en el plano más superficial. Y así es como _________ se ha visto a sí misma hablando no de lo mucho que añora a sus padres, de lo extrañas que son ahora las circunstancias, sino hablando, finalmente, del examen de francés y de los problemas que estaba teniendo para escribir el trabajo. Josh le ha propuesto escribirlo con ella, para ella, en realidad, tal y como han ido evolucionando las cosas. Seguramente esto es algo que no hubiera ocurrido hace unas semanas. Al menos no con esta facilidad y comodidad, y, aun así, sentada en el suelo con la espalda apoyada en el escritorio, _________ se siente vacía.
Sigue habiendo algo —todo— por resolver entre ellos y aunque hablar así con él es
mucho mejor que no hablar en absoluto, todavía desea más.
—De todos modos —continúa mientras cambia de posición las piernas, que se le han
dormido de tenerlas quietas tanto rato. Son casi las seis y media de la mañana y han
estado en su habitación durante las últimas cuatro horas—. Gracias, no lo habría
conseguido acabar sin tu ayuda.
—Sí, claro, por supuesto —responde Josh, pero _________ se da cuenta de que no le está prestando atención, que está mirando la copia del Bulfinch de su padre que sigue sobre el escritorio y de la que, sorprendentemente, ella se había olvidado.
—¿Has...? —Josh no acaba la frase, coge el libro frunciendo el ceño y lo hojea—. Esto
es... es... de... de... de casa, ¿no?
—Aja —asiente _________. Se da cuenta de lo difícil que le resulta a su hermano
pronunciar esa palabra—. Yo... mmm... Lo cogí aquella vez que... fui a buscar mi ropa.
Sabía que lo iba a necesitar...
—¿En serio? —pregunta él, mirando al suelo, donde está la mochila de _________.
—Sí —asiente _________ —. Claro.
—¿De verdad? —Josh la mira confundido—. Pero yo no paro de verte por todas
partes con aquella edición barata de bolsillo. Además, recuerdo ese día. Alice te dio
una charla porque la bolsa que cogiste no era lo suficientemente grande... —Frunce el ceño y se agacha para coger la mochila que está en el suelo.
—¡No! —dice _________. Pero es demasiado tarde. Por suerte, su material está en un bolsillo con cremallera y está segura de que él no va a abrirlo, pero esta vez lleva otro tipo de contrabando que le preocupa.
Josh mira dentro de la mochila. A lo mejor solamente está mirando lo grande que es,
pero eso no evita que saque la copia de Tristes trópicos.
—Yo... yo... espero que no te importe —balbucea _________—. Pero quiero... Voy a
dárselo a Niall.
¡Tonta! ¡Por qué has dicho esa tontería!
Bien, es posible que no haya podido parar de pensar en Niall en toda la noche, que
estuviera intentando desviar la atención de Josh sobre si realmente trajo el Bulfinch
aquel día...
¡Pero ha sido una tontería decir eso!
—Es imposible que tuvieras estos dos libros todo el tiempo que has estado viviendo
aquí —dice lentamente—. Has vuelto a la casa.
—No, yo...
—_________. —Josh la mira asustado—. Por favor, dime, y dime la verdad, que no has ido en coche hasta allí tú sola, ¿verdad?
_________ sabe que cualquier intento de ocultárselo es inútil, que lleva la verdad escrita en la frente y que cualquiera se daría cuenta. Y no es solamente eso, sino que le resulta obvio que la principal preocupación de su hermano no es si ha ido allí o no, sino cómo ha llegado. Es evidente que la idea de que ella conduzca un coche a solas le aterroriza y ella quiere ahorrarle esa ansiedad.
—No, no he ido sola, ni he sido yo la que conducía.
—Es todo un detalle que alguien te haya llevado hasta allí para que pudieras recoger
un libro. Perdón —mira la copia de Tristes trópicos—, dos libros. Y también es un
detalle que tú le quieras dar esto a Niall. Me hago una idea de lo que significa el libro
para ti. —Hace una pausa y la mira un momento, absorto en sus pensamientos—.
_________ , no me puedes decir que fuiste a casa a por esto.
_________ mira a su hermano con asombro. Cómo puede decirle lo que ella misma no sabe. Que su odisea tenía un propósito más profundo, que su deseo de ir allí a buscar el Bulfinch no había sido nada más que... Y entonces se da cuenta de que Josh tiene la mente en otra parte, piensa que ella fue a casa con Niall—porque él sabe que fue con Niall— para poder tener privacidad y...
—_________ —dice Josh de repente—. Estás roja como un tomate, pero como un
tomate. Mírate al espejo.
Pero _________ no necesita un espejo para saber que tiene el rostro ardiendo.
—Oh, Dios mío. Oh, Dios mío. —Josh se echa a reír—.No estoy preparado para enfrentarme a esto, simplemente aún no estoy preparado para enfrentarme a una cosa de estas.
Tal vez sea por la hora que es, o tal vez sea porque ha estado llorando de aquel modo pero, por la razón que sea, Josh parece estar haciéndose más cordial. La está
mirando, mirándola de verdad, como no lo había hecho en meses. Por fin él está
conectando con ella, se burla de ella como solía hacer...
Bien, ella quería que su hermano se relajara con ella, que le hablara como antes...
¿Pero tenía que ser de esto?
—No puede ser que te pongas así por una simple excursión.
—Perfecto. Cállate ya, ¿ok?
—Claro. Mira, supongo que tenía que pasar tarde o temprano, y creo que has escogido a la persona adecuada porque...
—¡¡Devuélveme mis cosas!! —_________ le quita de las manos los libros y la bolsa.
—Sin problemas. Únicamente que..., mira, ...¿hay algo que quieras contarme?
—No.
—Bueno, y ¿hay algo que yo tenga que decirte, o mejor dicho, explicarte de cómo...?
—¡No! —le corta _________.
—En fin, entonces, ¿hay algo de lo que quieras hablar con Alice tal vez? Quiero
asegurarme de que tú...
—¡No! —_________ no se puede creer que esté teniendo una conversación de este tipo con su hermano, o mejor dicho, intentando por todos los medios evadir esta
conversación con su hermano.
—Además, ¿qué es lo que te parece tan divertido? —le pregunta beligerante después
de un momento. Está convencida de que su hermano no se ríe de la situación, sino de ella.
—Oh, es que estaba pensando que, cuando Nicole tenga diecisiete años, voy a tener que encerrarla bajo llave.
—¡Puedes parar! —_________ le da un golpe en el brazo.
—Bueno, bueno. —Josh vuelve a ponerse serio—. Pero _________, no estoy bromeando. Si tienes que explicarme algo, si necesitas que hable contigo...
—¡Sí que necesito que hables conmigo! ¡Necesito que hables conmigo! ¡Necesito que
hables conmigo! —_________ se sorprende a ella y a su hermano con su arrebato. A
diferencia de lo ocurrido antes con Niall, enseguida se da cuenta de que está llorando—. Necesito que hables conmigo —repite una vez más escondiendo la cara entre las manos.
—¡_________! —Josh se levanta de la silla y se sienta junto a ella, le coge de la barbilla y le levanta la cabeza—. ¿Qué pasa? ¿Qué ha ocurrido? ¿Es que tú...? ¿O él...?
—Necesito que hables conmigo, y no sobre esas cosas... Estoy informada de todo ese
asunto desde que estaba en quinto... Necesitas... necesitas... Tú... —Apenas puede
pronunciar las palabras de lo mucho que está hiperventilando.
—Bueno, oye, coge aire. —Josh se acerca hasta estar sentado junto a ella, rodeándola con el brazo. Intenta parecer calmado pero _________ se percata de que, de hecho, está muy preocupado por este arranque de llanto que le ha dado, y no tiene ni idea de lo que puede significar. Ella está, apenas, un poco menos sorprendida y se pregunta si es que las cosas van a ser siempre así de ahora en adelante. Que quizá su catalizador del dolor, tanto tiempo congelado, ahora puede despertarse en cualquier momento y, en caso de que sea así, si va a ser algo que ella pueda tolerar...

The girl with the broken Smile (Niall Horan & tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora