Billy Denbrough, conocido como "Bill el Tartaja" por su tartamudez, faltó por mucho tiempo a la escuela, los brabucones dejaron de molestarlo por compasión de la terrible muerte de su hermano George. Bill se sentía culpable, sus padres lo ignoraban como si no existiera, eso lo afectó demasiado, pero cuando decidió regresar a clases, recordó que tenía buenos amigos.
Eddie Kaspbrak es el mejor amigo de Bill, un muchacho muy bajito para su edad, con un problema de asma. Richie Tozier, el más divertido del grupo, hace bromas e imitaciones de personajes graciosos, pero su problema es no saber cerrar la boca cuando debe hacerlo. Stanley Uris, conocido como "Stan el galán", aficionado a las aves, tanto, que tiene un pequeño libro con dibujos de ellas.
Los cuatro iban en sus bicicletas, Bill a la cabeza con su rápida Silver. Ya habían comenzado sus tan esperadas vacaciones.
- Fue genial la fogata de cuadernos, ¿no lo crees, gran Billy? – dijo Richie, muy emocionado, pedaleando su bicicleta.
- Pu-pu-pudo ser pe-peligroso. Pero sí, fu-fue genial.
- Lo más divertido fue cuando Richie orinó en ella.- habló Eddie.
- Es cierto. ¡Que empiecen las vacaciones!
Ellos habían planeado sus vacaciones: Iban a ir al lago, ir al cine tantas veces fuera posible, acampar fuera de la casa de Stan, entre tantas cosas; pero cuando llegaron a cierta calle, Bill apretó el freno de Silver, y el resto hizo lo mismo.
- ¿Qué pasa, Bill? – preguntó Stan mientras se acercaban a él.
- Yo n-n-no estaré con us-ustedes en las vacaciones.
Se quedaron en silencio, el sol iluminaba muy bien al pequeño pueblo de Derry, tanto como para ver al Gran Billy llorar.
- Tranquilo. No hay problema. Más galletas para nosotros. – Richie alzó la mano esperando que Stan la chocara, pero no era momento para bromas.
- Vas a buscar a Georgie. – dijo Eddie mirándolo preocupado.
- Él es-está vivo.
- ¡No, Bill! – gritó Stanley – Georgie no está vivo, ya hablamos de esto.
- ¡Cá-cállate!
- Sí, hazle caso al tartamudo Bi-Bi-Bill. – Era Henry Bowers.
El bravucón de la escuela y el más temido por todos los niños de Derry. Henry Bowers, hijo de un policía, apareció tras unos árboles, un chico de cabello largo hasta el final del cuello y pañoletas amarradas en las muñecas.
- Cá-cá-cállate,Stan- lo imitó de forma muy burlona.
Bowers tomó a Billy de su camisa roja, lo levantó a su altura y lo miró como si se tratara de lo que más odiaba.
- Se te acabó el tiempo, Denbrough, tu hermano ya está muerto, la policía ya deja de buscarlo; así que te guardé cada golpe del día.
- Ya déjalo, Henry- dijo Eddie, con cierto toque de miedo, pero se le complicó cuando de sorpresa alguien le sujetó por detrás del cuello.
- ¡AJÁ! El tonto Eddie.
Patrick Hockstetter, fiel cómplice de Henry, atrapó a Eddie con sus brazos, y parecía que no pensaba soltarlo. Era un muchacho alto y delgado, con una sonrisa que podía aterrar a cualquiera.
- Ja,ja,ja, creo que te vas a mear de miedo.
- Ya basta, Loquitos Adams. – Richie le pedaleó algo lejos de ellos junto con Stan, se podría ver como si fueran a huir del problema, pero no era así.
Se detuvieron a una distancia medida, Henry y Patrick estaban mirándolos desde lejos, pensando qué cosa harían, y ya lo sabrían.
- ¡Ahora! – gritó Richie y al igual que Stanley, pedalearon con mucha fuerza y rapidez directo a los bravucones.- ¡Les llegó la hora, imbéciles!
Patrick soltó a Eddie y corrió lejos de ellos, mientras tanto Henry huyó, no sin antes darle un duro golpe en la cara de Billy.
- ¡Ja-ja-ja! Miren cómo huye la maldad. – se escuchó decir a Richie imitando a un superhéroe.
- Rápido. E-E-Eddie. – dijo Billy con sangre en la nariz
Al muchacho bajito le faltaba la respiración, Stan sacó de su mochila un aparato curioso, lo puso en la boca de Eddie y presionó dos veces. Eddie tosió un poco, pero después mejoró.
- Rayos, Richie... ¿Qué hubiera pasado si Patrick no me hubiera soltado?
- Ya serías papilla, mi estimado amigo.
Así comenzaban las vacaciones, con un lío del que, por suerte, lograron salir vivos.
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IT (MHC)
УжасыCada 27 años en el pueblo de Derry despierta un ser con unas ansias de alimentarse, y su plato favorito son los miedos que nacen en nosotros. El Club de los Perdedores son quienes se van a encargar de acabar con Eso, pero para lograrlo deberán ser m...