La magia de la deducción (Parte 5) (Sherlock Holmes y tú)

Dolor

Narras tú

Ambos magos comenzaron a luchar entre ellos en una encarnizada batalla con la cual la pérfida mujer aprovechó para escapar y yo me escondí.
Era una escena asombrosa al mismo tiempo que aterradora en la cual yo me posicionaba junto a la directora.
De pronto, Voldemort gritó haciendo que los cristales de la sala estallasen en mil pedazos e intentó atacarnos pero la directora fue más rápida.

Sin esperarlo, este se desvaneció y yo noté un fuerte dolor en mi pecho que apenas me dejaba respirar.
Mi cuerpo cayó al suelo pero yo intentaba incorporarme con todas mis fuerzas.

Narra McGonagall

Por un momento, pude ver la maldad en los ojos de la pequeña Potter, pero sabía perfectamente que no era ella quién me estaba hablando.
-Has perdido vieja amiga- dijo con una silbante voz.

La chiquilla comenzó a retorcerse de dolor, pues el señor oscuro estaba controlando su mente con muchísima destreza.

Me acerqué a ella y la miré a los ojos.
-(T/N)_______- hablé mirando a la niña con dulzura -no se trata de vuestras semejanzas, sino de vuestras diferencias-

Unos pasos rápidos entraron en la sala, volví mi vista unos segundos y vi como sus amigos, su padrino y su abuelo habían llegado.

La chica les miró y algo cambió en ella.

Narras tú

Al ver a mis amigos entrar en aquella sala, los cuales me miraban asustados, recobré una fuerza instantánea.
-Tú eres el débil- hablé dirigiéndome a Voldemort -y nunca sabrás lo que es el amor o la amistad. Y siento lástima por ti-
-Eres una necia (T/N)______ Potter- dijo Voldemort que había salido de mi cuerpo causandome un gran dolor -y lo perderás todo-

Las chimeneas comenzaron a desprender llamas verdes y de ellas salieron mi tía Hermione y algunos miembros del ministerio.

Cuando la ministra vió a Voldemort, su rostro empalideció.
El cansancio finalmente me derrotó e hizo que me desmallase en manos de la anciana.

Cuando empecé a despertarme, la luz me cegaba y el olor a medicinas inundaba mi nariz.
-¡Que se despierta!- escuché a Watson emocionado -¡Sherlock, vuelve!-
-¿Qué ha pasado?- pregunté confusa mientras unos zapatos golpeaban apresuradamente el suelo -¿Dónde estoy?-
-En la enfermería de la escuela- sonrió el Slytherin -nos diste un buen susto-
-¿Estáis todos bien?- dije frotándome los ojos -¿Y los demás?-
-En clase- Respondió John -los profesores nos han dado permiso para cuidarte a turnos. Aunque Holmes no se ha despegado de tu lado-
-John...- Contestó Sherlock a regañadientes.
-Gracias- dije estrujándoles a ambos -no sabéis cómo os agradezco todo lo que habéis hecho-
-Me estás asfixiando- respondió el muchacho de cabello rubio para que lo soltase -os dejaré solos para que charléis... de eso-
-¿Qué?- hablé extrañada.
-No le hagas caso- dijo con una risa nerviosa -es John-
-Sherlock...- dije incorporándome -creo que a estas alturas, no debería haber secretos entre nosotros-
-No los hay- dijo sonrojado.
-Sé que escondes algo Holmes- dije apartando un rizo de su cara.

Las puertas de la enfermería se abrieron de par en par.

Una anciana de túnica verde se asomó con una sonrisa.
-Lo siento- habló Minerva -no pretendía interrumpir-
-Me voy a clase- dijo Sherlock levantándose como un rayo -¡Adiós!-
-¡Sherlock!- chillé -¡Me lo tienes que contar!-
-¡Otro día!- respondió mientras corría por el pasillo.
-Que prisas tiene este muchacho- rió la directora -¿Cómo te encuentras?-
-Mejor- sonreí -pero siento que es culpa mía lo que ocurrió-
-Para nada Potter. Fue culpa mía- suspiró -creí que alejándome de ti Voldemort no penetraría en tu mente tan rápido. Pero has salvado a tu padrino y al mundo de un atroz destino-
-Es cierto- dije con rabia al recordar como Delphi logró escapar -debí terminar con ella-
-No- respondió la mujer -eso era lo que él quería pero ambos sois diferentes-
-¿Y si no la capturan?- respondí.
-Tranquila- sonrió -estoy segura de que lo harán-

Las campanas comenzaron a sonar indicando el fin de las clases y la hora de la cena.

Me levanté de la camilla y la señora Pomfrey me ayudó a vestirme para ir al comedor.
Cuando entré, todos los alumnos aplaudian y coreaban mi nombre. A pesar del bochorno que aquello me causaba, me sentía feliz de haberles salvado una vez más.

Los miembros del ejército, corrieron a estrujarme y me levantaron sobre sus cabezas mientras reían. Sinceramente, me hacía muy feliz el ver que tenía tan buenos amigos como ellos.
-Eres una gran profesora (T/N)_____- habló Longbottom.
-Y un imán para los problemas- respondió George.
-Pero siempre sales exitosa de ellos- rió Fred.
-Primero, no ha sido para tanto- reí -y segundo soy una Potter por lo cuál es normal-
-Sin tu ayuda no hubiesemos aprendido nada este año- sonrió Mary -te debemos mucho-
-Y mucho menos hubiesemos sobrevivido a los mortífagos- añadió John.
-Vosotros también sois los héroes ahora- les estrujé -sin vosotros seguramente nada de esto sería posible. La cara de cerdo seguiría aquí y no hubiesemos preparado ese plan maestro en su contra-
-Nunca olvidaré su cara de pánico- rieron los gemelos.
-Ni sus chillidos de Cerdo asustado- rió Holmes.

Una sonrisa iluminó mi rostro de oreja a oreja antes de abrazar a mis compañeros una última vez antes de unirnos al delicioso festín.

A la mañana siguiente todos nos subimos en el tren para volver a nuestros hogares.
En el camino no pude evitar pensar en lo que había sucedido en el ministerio, y la rabia me consumía al recordar que aquella malvada bruja había logrado escapar.

Una mano se posó en mi hombro con suavidad.
-Ya hemos llegado- sonrió Holmes -¿Otra vez pensando en lo mismo verdad?-
-Si- suspiré mientras abandonábamos el vagón -ojalá pudiese haber hecho algo-
-Y lo hiciste- dijo el Slytherin con una dulce sonrisa mientras un precioso perro negro venía nuestro encuentro -salvaste la vida de tu padrino y la de todos nosotros. Sólo por eso deberías sentirte orgullosa-
-Es cierto- reí mientras Scorpius lamía mi mejilla con efusividad -¿Nos veremos este verano?-
-Ya sabes que si- dijo para abrazarme con fuerza -te quiero-
-Y yo a ti Sherlock- dije con una sonrisa y mejillas sonrojadas antes de besar su mejilla para irme con mi padrino a casa.

¡Y hasta aquí esta quinta parte de la historia!

Siento mucho la espera pero los exámenes no me dejaban respirar., pero ahora ya puedo volver a escribir.
La sexta parte la publicaré cuando la portada esté lista. Podéis estar pendientes de mi perfil porque lo publicaré en el tablón o os avisaré por comentarios si así lo deseáis.

¡Espero que os gustase esta parte !

Os amo

Paraiso94