El arma secreta

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Narras tú

Algunos miembros del ejército se unieron a nosotros al verme en aquel estado.
-¿Qué pasa (T/N)_______?- preguntó Mary.
-¿Has tenido una visión?- preguntó John.
-Si- dije para sacar mi espejo y ver que mi padrino estaba bien -quiere que vaya hasta él-
-No puedes ir- protestó Sherlock.
-Lo haré- dije seria -no voy a dejar que obtenga ese objeto-
-Iremos contigo- habló Newt -no hemos estado entrenando para nada, es más te lo debemos-
-Será muy peligroso chicos- suspiré -no me lo perdonaría si os pasase algo-
-Los amigos están para protegerse- habló Longbottom con una sonrisa.
-Pero- dijo Mary -¿Cómo iremos al ministerio?-
-La chimenea de Cara de cerdo no está vigilada- dije corriendo -vamos rápido-

Rápidamente nos dirigimos al despacho de la directora y abrimos la puerta.

Encendí el fuego y arrojé los polvos haciendo que las llamas se tornasen verdes.
-Alertad a la Órden si podéis- hablé.
-Vamos a ir todos contigo- dijo Mary -estamos juntos en esto-
-¡Ya os tengo!- escuchamos la voz chillona de la cerda  para agarrar mi jersey y sentarme sobre una silla mientras Adler y sus secuaces rodeaban a los demás.
-Ibais a ver a McGonagall ¿Verdad?- habló la horrible mujer.
-¡No!- dije seria.
-¡Embustera!- dijo para abofetearme.
-¿Me... Buscaba directora?- habló Strauss sorprendido al encontrase aquella escena.
-Strauss, sí- respondió con una sonrisa mientras yo observaba al profesor en silencio con una mirada suplicante -necesito respuestas, tanto si ella quiere como si no. ¿Ha traído el Veritaserum?-
-Me temo que lo ha gastado todo interrogando a los alumnos. El último lo utilizó con la señorita Hopper- respondió el profesor con serenidad -a menos que quiera envenenarla y le aseguro que no me daría la menor lástima. Y si así fuera no puedo ayudarla-
-¡Está en el sitio donde la guardan!- dije impidiendo su salida -¡Tenemos que detenerle cuanto antes!-
-¿De que está hablando Steven?- preguntó la Kettelburn.
-Ni idea- dijo el profesor para lanzarme una mirada cómplice que indicaba que nos ayudaría.
-Muy bien, no me das otra opción Potter- masculló la cerda para tomar la varita de su mesa -la maldición Cruciatus te soltará la lengua-
-Eso es ilegal- protestó Sherlock.
-Si Hermione no se entera- dijo poniendo bocabajo la foto de mi tía -no pasará nada-
-¡Díselo (T/N)_______!- chilló Mary cuando apuntó su varita en mi dirección.
-¿Decirme qué?- respondió la mujer vestida de azul y aún cubierta de pólvora.
-Si tú no le dices dónde está- habló Mary -lo haré yo-
-¿Dónde está qué?- preguntó.
-El arma secreta de McGonagall- habló para ver como se dibujaba una malvada sonrisa en el rostro de la bruja.

Agarró a Mary, a John y salimos del despacho.

Recorrimos los pasillos y los patios hasta llegar al bosque, en el cual nos adentramos.
La mujer no dejaba de apuntarnos con su varita y nosotros caminábamos en grupo.
-¿Qué estás haciendo Mary?- susurró Watson.
-Improvisar- respondió la chica.
-Mierda- respondí al ver la cuerda de Group rota.
-¿Y bien?- preguntó ansiosa -¿Dónde está el arma? No existe ninguna ¿Verdad? Queríais engañarme. ¿Sabéis? en realidad, odio a los críos-

De pronto, una manada de centauros se presentó en el claro haciendo que la mujer retrocediese usándoos de escudo.

Por nuestra parte estábamos muy tranquilos, ya que la manada nos conocía.
-Tú no pintas nada aquí centauro- tartamudeó la mujer hablándole al líder -es asunto del ministerio-
-Genial...- susurré.
-¡Bajad las armas!- exigió -según la ley y como criaturas de inteligencia semi-humana...-
-¡Cuidado!- gritó John cuando dispararon un flecha.
-¡Protego!- Habló la cerda -¡Como os atreveis, asquerosos híbridos! ¡Incarcerous!

De pronto unas cuerdas muy gruesas atraparon al líder intentando asfixiarlo y haciéndole daño.

Ante el sufrimiento del animal, me arrodillé a su lado intentando ayudarlo pero las cuerdas eran demasiado gruesas y los centauros se volvieron agresivos.
-¡Pare!- grité -le está haciendo daño-
-¡Avada...!- pronunció la profesora apuntándome antes de que John la empujase y una enorme mano la levantase del suelo.
-¡No hacer daño a mis amigos!- gritó Group.
-¡Group!- dijo Mary tras liberar al centauro -dásela a ellos, sabrán que hacer con ella-

Group soltó a la mujer, la cual fue atrapada por los híbridos.

Una mirada de terror se mostraba en sus ojos mientras me observaba.
-Potter- suplicó -diles que no era mi intención y que no quería hacerles daño-
-Lo siento profesora- reí cruelmente -pero no debo decir mentiras-
-¡Soltadme!- gritó antes de que galopasen lejos.

Volvimos corriendo al castillo tras agradecerle a Group su ayuda.

Al llegar al puente vimos a Sherlock, Mycroft, Newt y Longbottom que habían acudido en nuestra búsqueda.
-¿Cómo habéis escapado?- dije atónita.
-Pastillas vomitivas- rió Newt -no muy agradable-
-Les dije que me apetecía algo dulce- dijo Sherlock -pero como Irene y sus amigas son unas golosas, me las quitaron y se las comieron ellas todas-
-¡Que astuto Sherlock!- sonreí.
-Eso no es novedad- dijo quitándose importancia.
-Fue una pasada- habló Thomas -Bueno ¿Cómo vamos a Londres?-
-Chicos- suspiré -no quiero meteros en más problemas de los que ya he causado-
-El ejécito se hizo para luchar contra quien tú sabes- habló Mycroft -¿O sólo era un juego para ti?-
-Tal vez no tengas que hacer esto sola (T/Mote)_____- respondió John.
-Está bien- hablé -pero ¿Cómo llegamos a Londres?-
-Volando, por supuesto- respondió Newt -seguidme-

Sin esperarlo, el hufflepuf comenzó a correr tan rápido como sus pies se lo permitían.

todos le seguimos hasta llegar a un enorme claro del bosque.
Allí se encontraba un grupo de Thestrals, los cuales estaban totalmente tranquilos.
-Sabía que podía confiar en ti Newt- sonreí para abrazarle.
-Pero... No hay nada- respondió Sherlock.
-Eso no es cierto- habló Newt -¿Se lo muestras (T/N)______?-
-Será un placer- sonreí para atraer a uno de ellos y acariciarle -dame la mano-
-Vale- respondió el muchacho tragando saliva.
-Tranquilo- dije posando su mano en el centro de la cabeza del animal que emitió un suave sonido mientras deslizaba su mano lentamente -¿Lo notas?-
-Si- sonrió para mirarme puesto que yo estaba a su espalda -¿Por qué eres tan...?-
-¿Rara?- reí -solo los que vimos morir a alguien los podemos ver. Mira aquí está el lomo y este es su cuello-
-No me refería a eso- dijo con un suave susurro en mi oído.
-¡Seguimos aquí tortolitos!- chilló Mycroft -y como no nos demos prisa el señor oscuro llegará al ministerio antes que nosotros-
-Perdón- dije subiendo sobre el lomo del líder de la manada -¡Agarraos bien!-

Di un suave golpeteo en el cuello del animal y pronto todos despegamos hacia el hermoso cielo bañado en un precioso color anaranjado.

La magia de la deducción (Parte 5) (Sherlock Holmes y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora