La Profecía

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Narras tú

Cuando llegamos al Ministerio, todo parecía estar en calma.
Rápidamente me dirigí a uno de los ascensores y marqué el piso donde me habían juzgado.
El pasillo estaba a oscuras y utilizando el hechizo Lumos nos aproximamos a una puerta que estaba a la izquierda.

Lentamente, abrí la puerta y nos encontramos con una sala repleta de estanterías llenas de bolas de cristal que descansaban sobre las mismas.
Un extraño escalofrío recorrió mi columna vertebral al poner un pie en aquella habitación, pues era la misma sala de mis sueños.
-¿Qué debemos buscar?- susurró Mary.
-Un objeto- respondí -pero no sé qué exactamente-
-(T/N)____- habló Thomas frente a una de las estanterías -esta lleva tu nombre en la etiqueta-

Me aproximé al muchacho y examiné el objeto.

Era una pequeña bola de cristal que descansaba sobre un soporte de metal con una especie de dragones esculpidos en el mismo.
Cuando la agarré, comenzó a desprender un intenso brillo azul y apareció en ella el rostro de una mujer.
-El señor tenebroso se acerca- habló -el señor oscuro la señalará como su igual pero ella tendrá un poder que él no conoce. Para que todo sea como tenía que haber sido, uno debe morir a manos del otro-

Aquella luz se apagó y escuchamos una estridente risa que inundó la sala.

Me reuní en el pasillo con mis compañeros y observamos como un Mortífago con máscara se acercaba a nosotros.
-Debes aprender a distinguir los sueños- dijo quitándosela -de la realidad-
-¿Quién dice que me lo haya creído señor Adler?- dije apretando la bola -como de un paso más la romperé-
-Sé buena y dámela- habló el hombre mientras una bruja totalmente vestida de negro aparecía tras él.
-La niña sabe como jugar- rió la bruja -la pequeña bebé Potter-
-Delphini Riddle- habló Thomas.
-La misma- rió ella -dadnos la profecía-
-¿Por qué Voldemort necesitaba que yo la agarrase?- dije molesta.
-Se atreve a decir su nombre- se sorprendió la bruja -¡Maldita mocosa!-
-Shhhh- habló Adler -solo tiene curiosidad. Las profecías solo las pueden coger las personas a las que están dirigidas, por lo que es una suerte para ti.¿Nunca te has preguntado por qué tienes esa conexión con el señor tenebroso? O ¿Por qué no pudo matarte aquella noche? La respuesta la tienes en tu mano y solo tienes que dármela-
-He esperado 14 años para esto- musité.
-Lo sé- dijo con una sonrisa.
-Puedo esperar un poco más- ¡Ahora chicos!-

Todos lanzamos un desmaius a los que nos habían rodeado.

Rápidamente nos dirigimos a una de las puertas evitando y atacando a nuestros perseguidores.
Gracias a Sherlock, el cuál usó un potente reducto, todas las profecías comenzaron a caer a modo de distracción.

Entramos en una sala dónde caímos al vacío pero nuestro cuerpo se quedó suspendido unos minutos antes de tocar el suelo.
En el centro de la misma,  había una piedra y un arco del cuál salían extrañas voces.
-¿Entendéis lo que dicen esas voces?- pregunté a mis compañeros.
-Yo no oigo nada- respondió Mary.
-Yo también las oigo- habló Newt.
-Es solo un arco antiguo (T/N)_____- respondió Sherlock mientras me giraba.
-¡Poneros detrás de mí!- exclamé apuntando mi varita hacia la puerta.

Los mortífagos comenzaron a sobrevolar sobre nosotros impidiéndonos ver nada.

De pronto, caí al suelo y aferré la pequeña bola de cristal con todas mis fuerzas.
Al levantarme, contemplé como cada uno de mis amigos se encontraba retenido por un mortífago.
-¿De verdad creíste que unos niños iban a lograr detenernos Potter?- habló Adler que se encontraba frente a mí -eres una ilusa. Ahora dame la profecía si no quieres ver a tus amigos morir-
-¡No se la des (T/N)______!- exclamó Longbottom mientras Delphi apretaba su varita contra su cuello.

Contemplé el pequeño objeto unos segundos dudosa, pero si mi intuición era correcta debía hacerlo.

Deposité el objeto en su mano y suspiré mientras lo alzaba.
Un destello brillante apareció tras Adler y una sonrisa iluminó mi rostro.
-¡Eh, Tú!- exclamó una voz masculina -¡Apartate de mi ahijada!-

De pronto, Scorpius golpeó a Adler en la mandibula con un fuerte puñetazo que le hizo caer al suelo.

Con el impacto, la profecía voló por los aires unos segundos hasta que se hizo mil pedazos contra el frío suelo.
Poco a poco, los miembros de la orden comenzaron a aparecer a nuestro alrededor para ayudarnos.
-Escúchame pequeña- habló mi padrino mientras nos escondíamos -ahora tenemos que iros de aquí, nosotros nos ocuparemos-
-No- respondí -yo me quedo con vosotros, sé que va a venir-
-Lo habéis hecho muy bien- sonrió -pero de esto nos tenemos que encargar nosotros-

Sin esperarlo, Adler y otro mortifago comenzaron a atacarnos.

Scorpius y yo comenzamos a defendernos con soltura de sus ataques logrando derribar a uno de ellos e hicimos que Adler saliese por aires.
Cuando Delphi apareció en una roca, invocó un Avada Kedabra.

Rápidamente, me precipité sobre Scorpius logrando esquivar el hechizo.
La rabia comenzó a consumirme y corrí tras la horrible mujer ajena a los demás y a los gritos de mi padrino.

Nos encontrábamos en el pasillo central del ministerio, el cual estaba sumido en una parcial oscuridad, y la bruja no dejaba de incitarme a que la siguiese.
Lancé un Desmaius que la hizo caer al suelo de bruces soltando su varita.
Al girarse, el terror brillaba en el rostro de la malvada mujer mientras el odio y la ira corrían por mis venas.
-Vamos- dijo una voz silbante en mi oído mientras apuntaba a la mujer con mi varita -sabes que quieres hacerlo. Casi mata a tu padrino y a tus amigos ¡Se lo merece!. Conoces el conjuro (T/N)_____ ¡Hazlo!-

Giré mi rostro y contemplé como Voldemort estaba detrás de mí.

Al intentar defenderme este se deshizo de mi varita fácilmente.
-Eres débil- habló el hombre.
-No debiste haber venido esta noche Tom- escuché la voz de McGonagall a mi espalda -los aurores ya están viniendo-
-Cuando lleguen ya me habré ido- sonrió el villano -y tú estarás muerta-

La magia de la deducción (Parte 5) (Sherlock Holmes y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora