No cabía duda de que había cosas que escapaban a su entendimiento. Las emociones por ejemplo, así como los instintos básicos y primitivos de las castas Alfa y Omega. Es decir, él por supuesto que sabía a lo que se reducían los de su especie al aspirar aunque fuera un poco del aroma de un omega, sabía lo que era un vínculo, lo que era un anidamiento, un celo, y el estado salvaje, porque, al final de todo, era un Alfa, uno de enorme dominio, y como tal, era natural tener ese tipo de conocimiento. El problema real radicaba en que, a pesar de saberlo, no le daba la suficiente importancia al tema, ya que él nunca se había visto a sí mismo como un alfa, sino como un hombre con objetivos y metas claras, y un sentido de justicia muy arraigado. Razón por la que, no solo aprendió a dominar sus instintos, sino también a suprimirlos.
Nick Fury estaba orgulloso de decir que nunca en su vida había pasado por el estado salvaje, que nunca había compartido un celo con un omega, que nunca había perdido el control por uno, y eso, contrario a lo que podían creer, no dependió de supresores de aroma, sino a la alta concentración que poseía de forma nata. Y nunca se había cuestionado por eso, nunca le había importado. ¿Por qué lo haría? Su instinto animal habría sido una carga para sus objetivos, lo era para todos, y poder suprimirlo casi por completo era una bendición que supo aprovechar. Gracias a eso llegó a completar cientos de misiones con éxito, nunca tuvo incidentes, nunca dió problemas, su opinión siempre fue imparcial, y llegó a ser Director de la agencia más grande protección mundial. ¿Para qué le serviría el instinto ahora si nunca le había sido de utilidad? Para nada. Ser un alfa normal solo le traería problemas.
Pero, (porque siempre tenía que haber un pero), esto no duró para siempre. Fury siempre lo había sabido, no pasaría toda una vida sin ser capaz de reaccionar a un omega, o de sentirse atraído por una beta, era obvio que llegaría el día en que apareciera quien lograra lo que, hasta ese momento, parecía imposible: sacudir al iceberg que era Nick Fury, el hombre de los misterios, los secretos, la moral dudosa, la desconfianza, la frialdad, y la mirada calculadora.
Y llegó ese día, y Fury no lograba entender por qué, de todos los omegas que pudieron despertar a su lado animal, tenía que ser precisamente el que amenazaba su realidad.
Mismo que, en ese instante, lo miraba con suficiencia y burla, restregándole en la cara el haber sido vencido en su propio juego.
Mismo que lo había superado en estrátegia.
Mismo que lo había burlado con maestría, y lo había engañado con el mismo truco que él solía aplicar cuando combatía el mal.
Y el mismo que, solo con su simple presencia, lo había reducido al típico alfa carvenícola que se estupidiza cuando vé a su hembra.
Y maldijo a todos los omegas.
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Horas antes-
Había pensado en cientos de planes, estudió los pros y los contras, y al final, ese había resultado el más víable. Cierto, no le hacía ninguna gracia tener que recurrir a algo tan primitivo, pero tenía pocas opciones, poco tiempo, y honestamente, era también una forma de evitar lo que inevitablemente sucedería.
Y por eso estaba ahí, en el suelo, empapado en una fina capa de sudor que poco a poco se iba haciendo más gruesa, jadeándo, con las mejillas rojas, y con su entrada lubricándose con más abundancia a cada segundo. Su celo había comenzado y no dudaba en que su aroma ya se hubiera desplegado lo suficiente para traspasar su confinamiento.
"Joder", gruñó en medio de espasmos. Todo su cuerpo estaba ya demasiado caliente y, de no ser porque sería perjudicial, ya se habría arrancado la ropa, pero debía resistir, al menos, lo suficiente para poner en marcha su plan. Aún así, y a pesar del entrenamiento psicológico al que se sometió por años para aumentar su concentración ante sus instintos primitivos, le estaba resultándo muy difícil mantenerse conciente. Quizá, pensó, se debía a que en los últimos meses en su dimensión había consumido una cantidad peligrosa de supresores de aroma, los cuales, bien pudieron haberle causado un desequilibrio hormonal que estaba repercutiendo en este primer celo sin supresores que tenía en meses.
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Save me [Superbat] [Crossover DC/Marvel]
FanfictionSuperman y Batman despiertan desorientados y abatidos a mitad del desierto de Nuevo México sin ningún recuerdo de cómo llegaron ahí, y al intentar volver a sus ciudades se topan con que éstas no existen, ni ninguna de las que sus compañeros de la re...