Tierra 50.
-¡Bruce!-exclamó la amazona mientras corría a retirar los escombros que aprisionaban al omega-¡¡Zeus bendito, gracias!!
Estaba vivo, apenas, pero por el notable daño que había recibido su cuerpo entendía que moverlo sería peligroso, mas eso no impidió que se arrodillara, (cosa que ninguna amazona que se respetara a sí misma debía hacer ante un omega masculino) y recostara su cabeza en su regazo, apartando con extrema delicadeza el cabello de su rostro.
Estaba tan lastimado, no creía que pudiera enfocarla con todo el polvo y el humo que había en el lugar, y el infierno incandescente que había creado la explosión de su máquina, que, además, había echado abajo todo el Salón de la Justicia. Aún así, sabiendo de antemano los motivos que tuvo para haber hecho eso, ella egoístamente estaba agradecida de haberlo encontrado con vida.
-Gracias... Zeus, gracias... gracias-repetía como un mantra, conteniendo el llanto que amenazaba con caer.
Bruce parpadeó observando con lástima a su amiga. La única que le quedaba después de todo lo que había hecho, después de incluso asesinar a sus propios hijos, aquella poderosa alfa cuyo cuerpo estaba marcado por cicatrices de heridas mortales que en el pasado amenazaron con llevarse su vida, muchas de ellas demasido graves que dejaron marcas tan desagradables que la amazona no se preocupaba por ocultar, pues todas ellas se las había ganado en justas contra su alfa, Lord Superman, a quien desafiaba casi inmediatamente después de sanar de la anterior batalla con el objetivo de reclamarlo en acuerdo con las antiguas leyes de la sociedad griega que permitían al vencedor tomar todo cuanto su rival derrotado poseía, pero ella solo lo deseaba a él, sólo por él no se rendía, por él volvía a luchar hasta caer inconsciente en el campo de batalla.
Para reclamarlo, para liberarlo, para amarlo.
Bruce nunca pudo perdonarse por lastimarla tanto. Jamás pudo dejar de pensar que nada de eso habría pasado si hubiera tenido el valor de aceptar que su amor se había transformado en una obsesión para su alfa y una dependencia para él.
-L-Lo si-ento...
-No, no te disculpes, Bruce. Esto no es tu culpa.
Claro que lo era, pero ella sólo no quería reconocerlo. Diana era la última y la única persona en el mundo que no lo veía como lo que era, un monstruo, un cobarde, un asesino. No. Para la amozona, él era un ángel, ni siquiera un murciélago o un ser de oscuridad, un omega oprimido, una víctima de una sociedad dominada por alfas masculinos cuya doctrina de supremacía de género había cobrado cientos de vidas de omegas, y dejado montañas de cádaveres a lo largo de la historia.
Para la amazona era solo su omega, y Bruce lo sabía. Siempre supo que eran compañeros destinados como era consciente de que Clark y Lois también eran un pareja destinada, y a pesar de saberlo, ambos insistieron en estar juntos.
-Diana...-la llamó obteniendo toda su atención.
Como si alguna vez la hubiera apartado de él.
-Es la primera vez...que te veo llorar...
La alfa respingó abriendo los ojos como platos, para luego tocarse la cara y notar que, efectivamente, había comenzado a llorar.
-Diana...
-Lo siento.
Bruce suspiró al verla desviar la mirada. Las amazonas, a pesar de lo mucho que gritaban estar en contra de los hombres, eran iguales a ellos en muchas cosas. Una de ellas que, por el orgullo de su especie y su tribu, era considerado una debilidad imperdonable mostrarse vulnerable ante un hombre, sea omega, beta, o alfa, pues la naturaleza de éste era siempre la destrucción.
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Save me [Superbat] [Crossover DC/Marvel]
FanfictionSuperman y Batman despiertan desorientados y abatidos a mitad del desierto de Nuevo México sin ningún recuerdo de cómo llegaron ahí, y al intentar volver a sus ciudades se topan con que éstas no existen, ni ninguna de las que sus compañeros de la re...