Admitirlo era vergonzoso, pero no dejaba de ser cierto, Clint Barton, el tercer omega de la manada más poderosa del planeta, los Avengers, creía en los cuentos de hadas.
Patético, lo sabía, pero, ¿qué podía hacer? Fue criado en el núcleo de una típica familia conservadora, con un padre alfa que siempre supo bien su lugar como el proveedor de su manada, en cuyos hombros yacía la enorme responsabilidad de mantenerla segura, bien alimentada, y resguardada; una madre omega que también sabía su lugar en el hogar críando a los cachorros, educándolos, administrando el dinero, limpiando y ordenando la casa, y atendiendo rápida y efícazmente a su esposo bajo la imagen de una esposa dulce, cariñosa, y atenta; y él, como su único hijo omega, fue criado para seguir sus pasos cuando conociera un alfa. De hecho, sus recuerdos más antiguos consisten en su madre intentando enseñarle a mantener la casa limpia y en orden, asegurando que la naturaleza de la mayoría de los alfas era no ser para nada ordenados ni cuidadosos con sus cosas, siendo capaces de dejar todo regado o botado por ahí, y era su deber recorgerlo y ponerlo en su lugar para que éste no tuviera problemas para encontrar lo que necesite cuando lo necesite. También la recuerda compartiendole tips para dejar completamente limpia la ropa, cómo plancharla y ordenarla en la mitad del tiempo estándar, cómo cuidar las plantas que adornarían su hogar, qué hacer en caso de que las tareas se acumulen, o la ropa, o los platos, el truco para tener bien atendido a su esposo, para preparar siempre platillos sencillos pero nuevos para no cansarlo, qué hacer en invierno para tener la casa cálida, y fresca en verano, cómo armar nidos y con qué materiales para hacerlo cómodo, cómo dividirse entre el hogar, el alfa, y los cachorros, cómo saber si está embarazado antes de que su alfa lo noté, porque si se da cuenta primero se considera una grave afrenta ya que indica que no respeta lo suficiente su autoridad como para no preocuparse por saber si le dará cachorros; y, por supuesto, cómo comportarse y tratar a su marido.
Nada de cuestionar, alzar la voz, desobedecer o no acatar las ordenes, no hablar si no te lo piden, ni cuando nadie te ha dirigido la palabra, no mirar de frente a ningún alfa, mantener distancias con otros alfas, caminar siempre dos pasos atrás de él o, si éste lo prefiere, siempre de su brazo, no exigir ni pedir más de lo que recibes, cumplir siempre con tus deberes maritales, cuidar en cada celo de no tener cachorros si no te lo autorizan, y siempre mantener una actitud positiva, amorosa y servicial, no hay excusas para hacer lo contrario.
Por supuesto, él claramente no hizo lo que le enseñó, todas esas ideas y reglamentos para con los omegas le parecían anticuadas, a Clint le desagradaban, y si las aprendió fue solo porque reconoció que su futuro compañero merecía lo mejor. Fuera de eso, no creció como sus padres quisieron, ya que, en lugar de buscar un alfa al alcanzar la edad apropiada, y tras finalizar los estudios básicos, tan pronto tuvo la oportunidad, huyó de casa para buscar su propio camino, teniendo la ferviente certeza de que los omegas podían ser más que esposas amorosas. Él creía que podría ser un gran guerrero, tal y como los caballeros alfas que aparecían en las historias que su madre le contaba por las noches en un intento vano de mostrarle su lugar destinado por nacimiento.
Lo que ella no sabía era que su pequeño cachorro no había errado tanto el camino.
Sí, Clint creía que podía ser lo que quisiera porque su condición omega no debería ser un impedimento para ocupar papeles que normalmente se destinaban a alfas, porque creía que con voluntad y esfuerzo se podría lograr cualquier cosa, y porque no todo debía limitarse a la pareja y al hogar, pero eso no significaba que no quisiera tener un alfa y atenderlo tal y como se merecía. Su forma de pensar era...un tanto peculiar. Liberal, como el Cap, pero solo hasta cierto punto, y conservadora, como su madre, pero con un límite. Difícil de entender.
Él compartía el mismo deseo que su amigo Steve de mostrarle a la sociedad que alfas y omegas podían ser iguales, que ser omega no te hacía menos, y que podías ser más que lo que se esperaba de tí por nacer así, pero, a diferencia del Capitán que pensaba que un omega no tenía por qué cuidar el hogar y atender al alfa, cuando era mejor que ambos se cuidaran y atendieran mutuamente, él tenía la fuerte convicción de que el deber indiscutible del omega, sin importar a qué se dedicara, siempre sería atender al alfa.
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Save me [Superbat] [Crossover DC/Marvel]
FanfictionSuperman y Batman despiertan desorientados y abatidos a mitad del desierto de Nuevo México sin ningún recuerdo de cómo llegaron ahí, y al intentar volver a sus ciudades se topan con que éstas no existen, ni ninguna de las que sus compañeros de la re...