La Guerra De Las Sombras

Sangre

Flor despertó en una cama de seda, un material extraño rara vez encontrado en Kima, la chica se sentía dolorida y aturdida. Se toco el abdomen con suavidad para tratar de descubrir el origen de su agudo dolor y fue solo cuando noto la venda de papiro que empezó a recordar lo que había pasado.

Sus ojos recorrieron la habitación con desconfianza, lisas paredes de piedra lisa como la hoja de una espada, la joven podría jurar que había muerto pero el dolor y la ensacion de mareo le decian otra cosa.

Mientras observaba la habitación se detubo en una figura singular en la esquina; Berek estaba dormido, sentado en una silla de madera, no se había movido desde que la llevaron allí

-Berek.... Despierta...-

dijo devilmente, el chico tenia ojeras por lo que parecía que había tratado de mantenerse despierto el máximo tiempo posible pero que no había forma de levantarlo ahora.

Flor busco algo en la habitación con lo que tocarlo a ver si despertaba pero solo encontró una taza, también de madera, con la que probablemente le habían dado de beber.

Estaba en una equina pero afortunadamente la mas cercana y pudo tomarla sin hacer un esfuerzo para levantarse

-¿que rayos voy a hacer con esto?-

dijo mientras la volvía a poner en su lugar

-me levantare sola, mira que tratar de no dormir por mi, que tierno pero que estupido-

la chica puso dos pies en el suelo, sentandose en la cama y luego trato de levantarse pero el agudo doplor regreso tirandola al suelo en un estruendo

Berek despertó sobresaltado

-¡Flor! ¿¡que demonios haces!? Descansa por favor que casi te mueres, no podría perderte-

dijo el chico mientras practicamente la obligaba a quedarse en la cama

-si sigues así te abriras la herida, te juro que no se como te salvaste-

Flor pudo notar que todo el tiempo la ayudaba con el brazo izquierdo y que mantenia oculto el derecho

-¿que le paso a tu brazo?-

-no es nada, descansa por favor-

Flor finalmente decidió hacer caso

-dime Berek ¿lo mate?-

el chico se quedo callado, no sabia si ella soportaria saber la verdad

-no, Sava esta herido pero...-

-dime la verdad-

Berek entonces agacho la cabeza y asintió tristemente. Flor rompio en llanto y adopto una posicion fetal en su cama mojando de lagrimas la seda

-¡lo sabia! ¡sabia que esto pasaría! ¿porque me quede? ¿porque no hice algo para detenerme?-

El chico la abrazo, seaseguro de no lastimer sus heridas pero al mismo tiempo mostrar su apoyo

-no es tu culpa Flor, nadie pudo hacer nada para evitarlo-

La chica noto que el brazo derecho de Berek, ese que no podía ver, se sentía mas pequeño y arrugado que antes, de hecho parecía poder oler la ceniza aun

-En serio ¿que le paso a ti brazo?-

-Flor, no te preocupes, se que ahora todo parece extraño, triste o simplemente mal-

-no, tu brazo nunca sanara, mi hermano nunca volvera a la vida y Nava siempre me odiara-

Un par de voces se acercaron a la vieja puerta de madera junto a la silla en la que Berek se había sentado, Flor pudo captar partes de la conversación

-te digo padre que no se puede seguir enviando leñadores al bosque, perdimos veinte hombres ayer, nos estaos quedando sin leñadores-

-cayate Agator, cuando sea tu reino seran tus leñadores-

La puerta se abrió fuertemente, tanto que uno de los soportes se rompio y el trozo de madera cayo al suelo sujeto unicamente de un extremo.

Un hombre alto, con cara larga y aspecto serio entro en la habitación, Flor lo reconocio como Viuken pero ahora comenzaba a notar mucho mas la semejanza de este a Tom.

Agator fue el primero en notar que había despertado, diciendo que pensaron que no lo logaira pero al mismo tiempo mostrando una extraña alegria, algo raro para alguien que acababa de conocer, Viuken por otro lado no parecía muy contento

-se tendran que ir en un par de días, no me agrada tener Guldavirs en mi reino-

-¡padre!-

exclamo agator ante la forma desagradable en la que su padre había recivido a los invitados

-tu callate, no tienes derecho a hablar después de todos los problemas que me has causado-

Viuken dejo la habitación, caminaba iracundo, había algo en Berek que realmente le molestaba, veía a su hermano en el.

Flor estaba extrañada pero no tenia tiempo de pensar en la relación de los Kervadir

-Agator ¿podrias dejarnos?-

-ehh, si ¿necesitas algo o...?-

La chica le cerro la puerta (la cual seguía rota y no lograba cerrar del todo) Agator decidió espiar a la pareja para saber que secreto era tan importante como para esconderselo

Berek miro a Flor, el no tenia poderes pero sabia lo que iba a decir, simplemente lo sabia

-no puedes hacerlo Flor, mira tu condición, no puedes ir a ver a tu hermano-

-lo se, por eso lo que te voy a pedir es muy importante, asique escuchame bien-

La chica tomo aire y luego hablo tranquilamente

-no soy un Guldavir de sangre, Viuken no tendra problema si me quedo, pero Nava necesita ayuda, aun hay Rokarfer vivos, Agata esta viva. Necesito que los encuentres y acabes con ellos, todos ellos. Necesito que por lo menos te asegures de que Nava este a salvo-

Berek sintió que la responsabilidad que Flor le estaba encomendando era demasiado

-no creo poder hacerlo, no soy tan poderoso, yo...-

La chica lo miro a los ojos, había un brillo peculiar que inspiro a Berek, algo en su mirada le daba confianza

-esta bien, lo hare-

luego el joven se levanto y se dispuso a ir, no sin antes ser detenido por Flor

-no hemos consumado el matrimonio aun-

ambos se sonrojaron, pero Berek trato de evitarlo

-estas herida, no estaría bien-

-sabes que soy fuerte, puedo manejarlo-

Agator dejo de espiar, una ravia enorme le invadia, una de la que no conocía origen, se fue corriendo por los pasillos de piedra y barro de su palacio humeando del enfado.

A la mañana siguiente Berek tomo una espada de la herreria mas cercana y barata que pudo encontrar (no quería gastar mucho del dinero de su primo). Decidio no llevar muchas provisiones, pues el bosque parecía haberse vuelto mucho mas peligroso de lo que era cuando el y Flor lo frecuentaban.

El joven miro esa mañana al bosque, el mismo pero diferente, miro y entro.