3.La cita (I). El escondite

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Capítulo tres

'La cita (I). El escondite'

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<<Beep,Beep,Beep...>>

Mi mano salió de debajo de mis sabanas en busca desesperada de mi despertador. Cuando por fin logré a pagarlo, me senté en la esquina de mi cama y me quede mirando el suelo. Normalmente en las mañanas necesito un momento para mentalizarme que tengo que incorporarme al mundo. En esos minutos aproveche para recordar lo bien que me lo había pasado los días anteriores con Brian, Freddie, Deaky...

-¡Roger! - me puse las manos en la cara- .Hoy tengo que hacer la "cita" con él...

Sinceramente no se me había olvidado, pero tenía la ligera esperanza qué el mundo explotara antes del 23. Ni siquiera habíamos hablado de dónde nos encontraríamos. Di por sentado que mi momento de reflexión se había acabado. Seguidamente, levantándome a regañadientes, me dirigí a coger mi diario que guardaba en el cajón de mi mesita de noche. En él tenía apuntado el número de Roger. Sin embargo cuando me dispuse a sacar mi cuaderno, no se hallaba ahí. Parecía cosa del destino que no debíamos quedar. Pero me gustará o no, Roger era parte del grupo y no podía ignorarlo. Me puse a buscar en todo mi departamento pero el maldito diario no aparecía. << ¡Solo te pasa a ti, Valentina! ¡Esto es por ser desordenada! ¿A hora que representa que digo, eh? ¡Perder un número es la excusa más barata que hay!>>


Ya sentada en el sofá, con la esperanza perdida, sonó el teléfono. Estiré mi brazo lo más que pude, para evitar levantarme, y contesté:

- ¿Valentina, con quien hablo?

- ¡Sí! - gritó una voz aguda que me hizo apartar el teléfono de mi oreja- ¡Rogy Rog, era un 8 no un 6! ¡Es ella!

- Perdona ¿pero quién eres?

- ¡Ay! ¡Qué tonta soy! Me llamo Daisy, soy la novia de Roger.

Sin que me diera tiempo a contestar escuche una voz de fondo que decía <<Muy bien amor, ves a la ducha, en unos min voy. >>

- ¡Evans! Pensé que me llamarías.

- Sí, he perdido tu número...

- ¿Cómo puedes perder tal reliquia?- me dijo con arrogancia.

- Siempre tan modesto- le contesté mientras ponía los ojos en blanco.

- En fin, te llamaba para decirte que te recojo hoy a las 18:15 de tu casa.

- ¡Tu no vienes a mi casa! Para empezar no sabes donde vivo.- dije indignada.

- Uno, yo lo sé todo. Dos, amor, no era una pregunta. Y tres, me voy, que tengo un plan en la ducha.

- ¡Roger! ¡Ni te se ocurra col...! ¿Roger?

¡Era increíble! Me había dejado con la palabra en la boca. ¿¡Se podía odiar tanto a una persona!? Por pena no podía hacer nada más que aceptar la derrota, ya que no había guardado el número. Solo me quedaba esperar.

...

Me encontraba apoyada en la mesa de la cocina esperando que en cualquier momento tocara el timbre. Estaba especialmente nerviosa. Pero no malinterpretéis mi sentimiento, yo estaba nerviosa porqué no me esperaba nada bueno de una tarde a solas con Taylor...

Iba un poco arreglada (un vestido rojo, bastante escotado, y unas botas largas de cuero), porque no sabía dónde me llevaría, y quería estar preparada para la ocasión. El timbre sonó y al poco rato estaba abriendo la puerta.

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