12.Grita

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Capítulo 12

"Grita"

Me bajé del coche y empecé andar. Esta vez no habíamos cogido el camino "peligroso" para llegar al mirador. Una ola de recuerdos impacto sobre mi pecho, una sonrisa nostálgica apareció en mi cara. Pero tan rápido como se dibujaba tan rápido desaparecía, ya que este lugar hizo que me enamorara de la única persona que podía romperme el corazón. Roger Taylor.

-Roger, ¿Qué hacemos aquí?- pregunté.

-Escapar de la fiesta- evitaba mi mirada, me estaba mintiendo.

-No, ¿Qué hacemos realmenteaquí?- dije mirándole a los ojos.

Hubo un instante de silencio.

-Rog... A Dylan no creo que le haga mucha gracia que esté aquí- miré al suelo-, contigo. Debería volver a la fiesta.

-Joder Evans, siempre tan aguafiestas. En esta vida no todo va con segundas, solo quería posar un buen rato con la chica más guapa de la fiesta y ya esta, nada más.

Sonreí.

-A demás, no veo que Dylan esté para impedírmelo. - dijo arqueando una ceja.

En verdad tenía razón, Dylan no estaba. Prefería dejarme sola esta noche sabiendo perfectamente lo mucho que significaba para mí. Me sentía dolida, necesitaba compañía. A lo mejor Roger no era la persona más indicada, pero era él quien estaba.

Sin poder decir nada, Taylor me cogió de la mano y me llevo a un banco que estaba a un par de metros de nosotros. Desde ese lugar Londres se veía magnifica, una ciudad donde vivían millones de luces.

-Esta como lo recuerdo- dije fascinada.

- No ha cambiado nada- Rog susurró, mirándome fijamente.

Por unos instantes parecía que hablara de mí i no de la ciudad.

-Emm Evans, esto es para ti.

Seguidamente, Roger sacó de su chaqueta, un objeto envuelto en un papel verdoso que despertaba curiosidad en mí.

-¿Qué es?

-Ábrelo tu misma- me guiño un ojo.

-No puedo aceptarlo...

-Considéralo un regalo adelantado de tu cumpleaños. - sonrió.

No muy segura, acepté el objeto misterioso. Cuando logré abrir el regalo, no podía creérmelo... Era una instantánea. Un sentimiento de felicidad (sentimiento que no experimentaba hace un par de días), llenó mi cuerpo.

-Gracias Roger, es simplemente perfecta.

Aún embobada con el regalo, me di cuenta de que Roger no paraba de observarme.

-¿Qué?- pregunté confusa.

- Estas preciosa.

Me ruboricé.

-Lo digo en serio, lo estas a hora y siempre- no sabía que decir-. Pero especialmente con el vestido que te he comprado.

<<¡Qué!>> exclamé en mi interior. No dije nada, pero mi expresión de sorpresa basto para que Roger siguiera hablando.

-¿De quien crees que era la nota que dejé en la caja del vestido- dijo decepcionado

-De Geor... ¿Pero, por qué no me entregaste tu mismo el vestido?

-Porque si me presentaba en tu casa ni te molestarías en abrirme la puerta. Y sería injusto que por un capullo como yo no llevaras este vestido.

-Roger no eres ningún capullo – A continuación, me incliné para darle un dulce beso en su mejilla. Él sonrió. Seguidamente, cogí la botella de tequila que guardaba en el bolso y la levanté- . Brindemos por...

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