-1.Infinitos en el tiempo

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Capítulo menos uno

'Infinitos en el tiempo'


-¿Puedes cambiar de cara? Me deprimes- dijo Dalia aburrida.

Me había pasado toda la tarde fingiendo que leía un libro cuando en verdad solo me dedicaba en pensar en él.

- No me digas que aún piensas que Rog te llamará.

- Me pidió mi número... Tal vez lo ha...

- Por favor Valen...- Claudia se sentó en mi cama- Es lo típico que se dice después de pasar un buen rato... Te lo digo por tu bien, olvídalo.

- Supongo...- suspiré.

- No te lo quería decir antes, pero como ya hemos llegado a una decisión... ¡Ayer Taylor me ha llamado para preguntarme dónde vivo! Ósea, al final romper con Max no ha sido tan mala idea.

- Clau... Tenemos el mismo número... A lo mejor quería llamarme a mí- dije con esperanza.

- Cariño, no quiero ser borde, pero en ningún momento menciono tu nombre.

- Ya, perdona...

Dalia se levantó de un salto y se dirigió a su cama.

- Buenas noches hermanita- dijo ella.

Sin responder apagué la luz.

...

A las ocho de la mañana del día siguiente ya estaba preparada para ir a las clases de verano de francés. Llevaba puesto unos shorts blancos y una camiseta de estampado guepardo. A punto de colocarme mis pendientes unos extraños golpes, que provenían de mi ventana, empezaron a sonar.

- Joder Valentina, que quieras ir a clase en el puto verano me da igual, pero eso no te da derecho a despertarme- protestó Dalia.

- ¡No soy yo! Viene de la ventana, están tirando... ¿Piedras? - Cuando me acerqué a la ventana mis ojos no daban crédito. Un coche mal aparcado y un chico rubio con camisa Hawaiana se hallaban delante de mi porche- ¡Es, es Roger Taylor! - exclamé.

El sueño de Dalia desapareció de inmediato, se acomodo un poco el pelo y abrió la ventana.

- ¡Dalia que guapa estas!- la mirada de Roger se desvió hacia la camiseta translucida de Claudia, donde se le transparentaban sus senos.

- Gracias Taylor- dijo orgullosamente- ¿Me vienes a buscar?

- En verdad vengo a buscar a tu hermana – contestó incomodo.

El rostro de Dalia se arrugo en una mueca. Tanto a ella como a mí le había sorprendido la respuesta.

- Hola, Roger- dije tímidamente.

- Había pensado que podíamos pasar el día juntos... Dar una vuelta en esta belleza- dio una palmadita al coche.

- Me gustaría mucho... Pero tengo clases de francés.

- Sí, todo el día. Yo no-. Se apresuró a añadir Claudia.

¿Clases? ¡¿En verano?! O es una mierda escusa o te gusta amargarte el verano.

Dalia se río.

- Roger, tienes que irte antes de que mis padres se despierten o... No creo que les haga mucha gracia que un chico mayor que nosotras este plantado delante de su casa.

- Amor, siempre consigo lo que quiero. A si que, tienes dos opciones. Uno, te vienes conmigo y te juro que no te arrepentirás o dos, espero a que tus padres despierten para decirles que vengo a por ti.

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