13. "Pee"

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Capítulo trece

"Pee"

Abrí los ojos lentamente, me dolía la cabeza. Pero rápidamente, como una bofetada, me vinieron los calurosos recuerdos de la noche anterior a la mente. <<¿Qué has hecho valentina?>> me preguntaba. Necesitaba tomar aire, sentía que el coche cada vez se hacia más pequeño. Pero cuando intente moverme, un extraño bulto con cabellos casi dorados me impedía levantarme. Era Roger. Estaba acurrucado en mi pecho, seguía dormido. Finalmente, logré escabullirme sin despertarlo, cogí mi vestido que se hallaba tirado en el tapis del coche y me vestí. Después de cerrar el coche con delicadeza empecé andar sin rumbo. Eran las ocho de la mañana y la brisa londinense era bastante gélida, así que me obligaba aférrame a mis brazos para poder encontrar una pisca de calor. Seguí caminado hasta encontrar un pequeño banco donde me senté. El frio era cada vez más fuerte y me planteaba si seria más sensato volver al coche. Sin embargo, recordé cual era el motivo por el cual no podía volver al coche. Necesitaba aclarar las ideas. Me había acostado con Roger Taylor. Mas por sorpresa esa idea no me causaba asco, sino un gran sentimiento de felicidad evadió mi cuerpo. Una sonrisa se dibujo en la cara y también se me ruborizaron las mejillas al recordad todas las cosas que hicimos en el coche. Pero una vez más mi conciencia me arrebato ese momento... Había engañado a Dylan. La culpa se apoderó de mi, Dylan no se merecía esto, era un buen chico, me había echo sentir que valía. << En que persona me he convertido?>>, mis ojos se humedecieron. Pero por mucho que me diera vergüenza, un pensamiento caminaba por mi mente: Dylan no es como él. No es Roger. Pero otra vez más mi conciencia me castigo: BRIAN. Nuestra relación ya estaba en una situación muy delicada. Si casi lo pierdo por besar a Roger que pasara cuando se entere que me he follado a su amigo!?. Me sentía estúpida. Pero todos esos sentimientos encontrados se esfumaron cuando mi mejilla recibió un cálido beso. Levante la cabeza tímidamente para míralo, era Roger. Lucia un pelo alborotado, llevaba la camisa abierta y la clara luz de la mañana resaltaban sus ojos azules.

-Buenos días Evans- dijo con su estúpida sonrisa. Esa sonrisa que me volvía loca.

Sin poder responder nada, Roger medio otro beso en la mejilla, seguidamente sus labios recorrieron todo mi cuello. Sentí un cosquilleo, pero antes de que sus labios se toparan con los míos me levante bruscamente.

-Eh Roger... Me he acordado que tengo... que tengo que devolverle una cosa a Geor, una cosa súper importante- mentí- Creo que deberíamos irnos.

-Ah entiendo- sabia que le había mentido.

Minutos más tarde ya estábamos en el coche yendo al centro. Hasta a hora no nos habíamos vuelto a hablar. Este silencio no era como el de ayer, en este silencio se respiraba un aire de tención. Faltaban dos cuadras para llegar a mi casa cuando Roger decidió hablarme:

-¿No vas a decir nada sobre lo que pasó a noche, no? – dijo con un tono un poco decepcionado.

-Rog... Lo de ayer estuvo bien y me gustó pero...

-¿Pero que?- dijo secante.

-Pero estoy confundida.

-Es por ese pijo ¿no?- me preguntó. Mi mirada me delató. Seguidamente dio un golpe al volante-¡Joder! Puto Dylan. Valentina, si te gusta porqué no te lo follas a él ¿eh?. ¡¿No te había dejado plantada para ir a la fiesta!? ¿Por qué coño lo prefieres a él? Joder Evans, no soy una puta ONG que cuando hay problemas con el novia puedes venir a utilizarme- respiró profundo- creí que lo de anoche había significado algo- en sus palabras se notaba dolor.

Mis ojos empezaron a brotar lágrimas. Quería decirle que no lo había utilizado, que esa noche si que había significado algo para mí y mucho. Pero también quería decirle que lo nuestra era algo más complicado de lo que parecía. Pero me había quedado en blanco no sabia como reaccionar.

PecadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora