Invierano... ¡Literalmente!

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Luego de la mudanza y el altercado con Uraraka sonámbula llegó el fin de semana. Ese día habían decidido hacer la comida todos juntos, por lo que cada uno se puso un delantal y empezó a trabajar. Mientras Iida lavaba los platos del desayuno, Todoroki se encargaba de la sartén mientras que Uraraka con Midoriya de las verduras y el arroz.

Todo lo hacían mientras hablaban de cualquier cosa, desde como les va en los entrenamientos hasta cosas algo personales como el estado de la madre de Todoroki.

Hubo un momento en el que Uraraka al estar tan concentrada en cortar la cebolla sin llorar que no se dio cuenta de que había activado su kosei. Los vegetales y la carne que acababa de traer ella misma empezaron a levitar por toda la cocina. El primero en notarlo fue el portador del One for All, quien empezó a reír nervioso.

–Uraraka-san... –llamó el fan número uno de All Might.

Al escuchar a su amigo el más alto y el heterocromático se giraron hacia su dirección. Tenya le tuvo que pedir con una risa bien aguantada a Ochako que bajara los vegetales, mientras Izuku y Shoto los recogían antes de que acabaran en el suelo, estos sí riéndose.

Ya cuando estaban a punto de acabar de hacer el curry, escucharon sonar el timbre. Iida ya había acabado de lavar los platos, así que se dirigió a ver quien era. Al otro lado de la puerta se encontraban un rubio explosivo con el ceño fruncido 24/7, un pelirrojo con dientes de tiburón y otro rubio alias pikachu.

–¡Hey! ¿Que es eso que huele tan bien? –preguntó el pelirrojo luego de oler el aire.

–Curry. ¿Queréis probar un poco? Hemos hecho comida de sobra –ofreció el de herbas verdes recién aparecido por la puerta de la cocina.

-–¡No voy a decir que no! –Y con la respuesta del rubio eléctrico les dejó pasar, el de iris carmesí a regañadientes por ser arrastrado.

–¿Por qué mierda me arrastráis a comer con estos inútiles? –No creo que sea necesario decir quién fue.

–Venga Blasty, no tiene veneno. Ni que te fueras a morir por comer un poco.

–Muérete.

Empezaron a comer todos juntos, disfrutando de lo bien que había salido el curry. Incluso Bakugo se lo comió en silencio, le dolería admitir que había salido bueno.

Pero había un pequeño problema. El hielo para las bebidas se había acabado y era domingo.

El de herbas verdes miraba desilusionado el fondo de su vaso con agua, más caliente que la propia lava. La suerte no estaba de sus lados, pues todos estaban o sudando o pidiendo algo fresco.

A excepción de Todoroki.

Este tenía en su vaso dos grandes cubitos de hielo que él mismo había creado con su kosei.

Midoriya notó eso y amablemente le pidió a su compañero medio albino hielo para su refresco. El aceptó sin darle gran importancia, no le molestaba ayudar a su amigo.

Pero ciertas personas habían visto el truco del heterocromático.

–¿Qué mierda está haciendo el bastardo mitad y mitad? –cuestionó el rubio con sudor de nitroglicerina.

Kaminari y Uraraka estaban idolatrando a Todoroki solo para que este les de el tan preciado hielo. Mientras que el hijo de Endeavor se sentía importante con sus gafas. Nadie sabía de dónde las había sacado, pero allí estaban.

–Creo que esta empezando un negocio –respondió su compañero portador de unos dientes afilados. En su vaso de Fanta de naranja ya habían un par de cubitos.

–¡Invierano, dame dos putos cubitos de hielo! –mandó el de orbes carmesí a gritos.

–A ti te cobraré –informó Todoroki en respuesta.

–¡Vete a la mierda!

Entre koseis y risas  [Izuocha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora