Entre koseis y risas [Izuocha]

¡Sorpresa!

Un nuevo día de agosto, los pájaros cantando, el sol brillando, la calor derritiendo a todos... Y también el cumpleaños de Iida Tenya. 

Sus compañeros de piso habían intentado hacerle una fiesta sorpresa, pero el cumpleañero les pilló con las manos en la masa mientras escondían las decoraciones, arruinando el efecto sorpresa.

Iida les pidió que no hicieran nada exagerado, pero eso no entraba en los planes del trío calavera –ese apodo se lo ganaron el día que les pillaron con las camisetas robadas, que por cierto han vuelto a hacerlo– e iban a hacer algo grande. Además de que le tenían una sorpresa aparte de los regalos y la tarta, pero eso no iban a mencionarlo a nadie.

Las clases pasaron con normalidad, exceptuando que en inglés Present Mic empezó a cantarle a Iida feliz cumpleaños en inglés, contagiando a casi toda la clase y avergonzando un poco al presidente. Al acabar el entrenamiento con All Might el primero en salir fue Iida, desaparecido del radar de todos sus compañeros de clase, quienes fueron al departamento del Dekusquad a preparar el cumpleaños.

Ya casi iban a ser las seis de la tarde y el gafas no aparecía. Extrañado, Midoriya buscó a Todoroki entre todos sus compañeros.

–Todoroki-kun, ¿has visto a Iida-kun o a Uraraka-san? –preguntó el de pecas.

–Uraraka ha ido a recoger a ya sabes quien a la entrada de la academia, de Iida no se nada aún –informó y luego soltó un bufido, sin cumpleañero era imposible que hubiera fiesta de cumpleaños. Esperaba a que al menos apareciera, mejor tarde que nunca.

–¡Chicos! Ya estamos –exclamó Uraraka entrando por la puerta del apartamento. La persona que venía con ella saludó a todos con una sonrisa.

–¡A esconderse todos, Iida-kun está de camino! –avisó Ashido al divisar al presidente acercándose a la puerta de entrada principal del edificio.

Todos emocionados fueron a esconderse a la espera de que el cumpleañero entrara por la puerta. No tuvieron que esperar mucho para escuchar como el pomo de la puerta se giraba y la persona tanto buscada entraba.

–¿Hola? ¿Hay alguien aquí? –preguntó esperando que alguien le contestara.

–¡SORPRESA! –gritaron todos saliendo de su escondite, sobresaltando al recién llegado. Este se quedó quieto mirando a la persona que se encontraba en medio de la sala. Su hermano.

–Feliz cumpleaños, hermanito –felicitó el ex-héroe profesional con una sonrisa–.  ¿No me das una abrazo?

Dicho y hecho, el más alto se tiró en brazos de su hermano, dejando soltar unas las lágrimas que mojaron sus mejillas. Eso asustó a sus compañeros y a su hermano, pero el el aclaró que eran lágrimas de felicidad. 

Hasta el toque de queda todos celebraron el cumpleaños, riendo, cantando y llenando la cara del cumpleañero de crema de la tarta. La celebración salió mejor de lo esperado, aunque lo cómico sería después de la fiesta recogiendo toda la basura. 

Aunque merecía la pena al ver a Iida sonreír junto a su hermano.