Entre koseis y risas [Izuocha]

Confusión

Acababa de empezar el segundo trimestre. El pequeño brócoli llegó a la entrada de la institución logrando divisar a dos de sus compañeros, pero antes de decir nada vio como la castaña se sonrojó, probablemente gracias al medio albino.

–Uraraka-san, Todoroki-kun. Buenos días –saludó ignorando la incomodidad que sentía en el estómago.

–Buenos días, Deku-kun –respondió la de iris chocolate intentando disimular el sonrojo. No quería que el de pecas supiera que estaban hablando de él, la causa de su sonrojo.

–Buenos días, Midoriya –devolvió el saludo el medio albino.

Comenzaron a hablar sobre los entrenamientos, llegando velozmente a su clase. Saludaron a todos sus compañeros, se sentaron y empezaron a sacar sus libros, preparándose para la clase.

Como los cuatro tenían el bento de casa, decidieron que iban a comer bajo unos árboles fuera del edificio. Mientras comían Todoroki se ofreció a traer un refresco para cada uno, pues ya había terminado de comer su soba.

–Todoroki-kun, espérame. Necesito hablar contigo –exclamó la única chica del grupo levantándose de su asiento. El nombrado asintió esperando a que llegara para renovar de nuevo el paso.

El presidente de la clase vio como el pecoso fruncía el ceño, algo extraño en él.

–Midoriya-kun, ¿te ocurre algo? –preguntó preocupado por su amigo. Éste se giró hacia su amigo cambiando su expresión a una más tranquila.

–No és nada importante, Iida-kun. Solo me extraña que Uraraka-san pase tanto tiempo con Todoroki-kun –confesó murmurando, pero el más alto logró escucharlo.

Él y Todoroki crearon un plan para juntar al pupilo de All Might y a la controladora de la gravedad. Por eso mismo el de kosei doble pasaba tanto tiempo con la de iris chocolate, para hacer que Deku sienta celos y se confiese, pero a la vez ayudaba a la chica a que intentara perder la vergüenza delante del de pelo rizado, pues le había cogido cariño a Uravity y la veía como a una hermana menor.

Dejando eso de lado, Shoto ya había conseguido que la máquina le detectara el billete, por lo que empezaron a elegir bebidas.

–¿Aún no te atreves? –preguntó el de pelo desigual mientras sacaba una gaseosa de la máquina.

–No puedo decir nada delante de Deku-kun sin tartamudear o sonrojarme. Al menos no me desmayo... –suspiró mientras aguantaba las dos latas de té frío.

–Eso digamos que es un avance. Lo siguiente son los tartamudeos –exclamó el chico sacando la última bebida y empezando a caminar.

Por otro lado, el de pelo ondulado empezó a murmurar teorías sobre la relación entre sus dos compañeros, poniéndolo más nervioso con cada idea. El de kosei Engine suspiró mientras pedía a todos los dioses que su plan funcionara.

–Todo esto acabará siendo un desastre –murmuró consiguiendo que el de pelo verde no le escuchara.