EL PRINCIPIO DE LA UNIÓN DE DOS CAMINOS

3.6K 426 45
                                    

CAPÍTULO CINCO

Sasuke mantenía la mirada a la peliazul, sin saber muy bien que responderle, no entendía porque le preguntaba aquello, relacionarse con la primogénita de los Hyuga le daba demasiados problemas. Esto le parecía tan agotador e innecesario, no sabía que responderle. Ni siquiera sabía porqué no le había cerrado la puerta en la cara o la había echado como con cualquier otra persona.

—Ya te lo dije, no la veo como mujer... Es lo mismo que te pasa con tus compañeros o tu primo—dijo tranquilo, sin saber que con el último mencionado había abierto una herida que ella estaba intentado sobrellevar desde el día que la guerra había finalizado.

—Neji-niisan...—susurró haciendo que una mueca de dolor se formara en su rostro. Ya que el morocho no sabía sobre el fallecimiento del Hyuga.

Un silencio incomodo se formó en la sala, haciendo que Sasuke quisiera que se fuera ya. Hinata solo suspiró y le dio una sonrisa, dejándolo aún más extrañado, ya que no entendía el actuar de la peliazul. De alguna manera era la chica más exasperante que había encontrado, y no porque fuera como las otras chicas, chillonas y gritonas; no, todo lo contrario. Ella era callada y tranquila, pero era un enigma entero y eso lo desubicaba como nunca le había pasado, le hacía dar vueltas la cabeza y que no comprendiera bien sus propias acciones.

—Muchas gracias por todo Uchiha-san—dijo ella inclinándose para luego emprender su marcha dejándolo totalmente descolocado por ese rostro triste.

—Hyuga—le llamó antes de que se marchara del todo.

—Naruto es un idiota y no se da cuenta de muchas cosas, por eso no te frustres porque el dobe no haya entendido correctamente tu confesión o haya sacado conclusiones erróneas, simplemente vuélvelo a intentar. Sé más clara—le aconsejó haciendo que ella sonriera.

—Gracias, U-Sasuke-san—dijo un poco avergonzada, pero con lo último le había dado ánimos.

Cuando vio que la peliazul se había marchado por el pasillo, regresó a su habitación, aquello era demasiado, no volvería a ser amable, era molesto.

Pero entonces al ingresar se topó de frente con un ambu, haciendo que el rostro del chico cambiase a un mucho más serio.

El Hokage le envía este pergamino—dijo el ninja extendiéndoselo, para que luego el morocho se lo quitara y el ambu desapareciera.

Cuando se quedó solo comenzó a leerlo, haciendo que la ira comenzara a volver a él, los malditos ancianos del consejo querían encerrarlo, pero parecía que su exmaestro gracias a la ayuda del Nara había conseguido otro trato, aunque tampoco era como si aquello fuera mucho mejor que el anterior, no quería ninguna estúpida niñera, él se sabía cuidar solo.

Tenía tantas ganas de destruirlo todo, pero no pensaba dejarles salirse con la suya. Haría que lo sacaran del libro Bingo a como diera lugar y se quedaría en la aldea, solo para joderlos. Estaba convencido que los ancianos habían aceptado porque creían que él se pensaba negar a aquella oferta, pero estaban equivocados, si eso significaba hacerles la vida imposible no iba a dejar una oportunidad así, los jodería.

. . . . . . .

Hinata caminaba con tranquilidad hacia la residencia Hyuga, no lo habría dicho antes pero ahora se sentía mucho más a gusto después de hablar con el Uchiha. Era cierto que posiblemente la cosas las podría haber dicho de otra manera, pero al final habían surgido el mismo efecto, la habían animado, aunque no sabía si eso era lo que intentaba el morocho. Rio un poco al recordar la actitud del azabache, de verdad que ahora entendía porque Naruto lo consideraba alguien digno de confianza.

Sus pensamientos regresan al Uzumaki, haciendo que un triste semblante se posara en su rostro solo por recordarlo. Antes, aunque no lo decía abiertamente le molestaba mucho que el azabache insultar a su amor de esa manera, llamándolo idiota, dobe, usuratonkachi, pero ahora mismo era como si aquellas palabras le hubieran dado liberación, como si sus sentimientos no habían sido aceptados por lo atolondrado que era el chico. Tal vez solo era un engaño, un pequeño amago a todo el dolor que en algún momento tendría que afrontar, pero ahora se sentía a gusto.

Otra pequeña risa se forjó en sus labios, le tenía que agradecer de alguna manera toda esa ayuda, aunque no estaba segura de como hacerlo sin que se enfadara, ya que el chico era muy irascible. Entonces recordó lo mucho que le gustaban los onigiris, y la verdad es que ya no le resultaba tan incómodo visitar al morocho. Podría traerles mucho más, ya que parecía que le habían gustado.

Se animó con esa idea, de verdad que le quería agradecer, y tal vez, incluso podían volverse amigos. Sonrió de nuevo por esa idea, el pelinegro de verdad que la había ayudado, además, aunque era un poco tosco, sentía que había bondad en su interior, aunque muy en el fondo.

Y, mientras la peliazul pensaba como agradecer al pelinegro, Naruto consolaba a su compañera de equipo. Él sabía que su amigo y rival no se sentía de aquella manera por la pelirosa, pero aun así... Suspiró con cansancio, por lo menos esta vez no había sido tan borde cuando la había rechazado.

—No llores Sakura-chan—le animaba el rubio, pero ella no podía controlar su llanto.

Sabía que aquello era el final, ella misma se lo había prometido, que si esta vez su confesión no era recibida se rendiría. Por ello es que deseaba desahogarse por completo, quería derramar hasta la última lágrima por su amor no correspondido de tantos años, un último adiós.

. . . . . . .

Kakashi esperaba ansioso la respuesta de su ex alumno, estaba seguro que en cualquier momento... Unos leves picotazos en su ventana lo hicieron centrar su atención en el grueso cristal de la oficina del Hokage, para luego encontrarse con Garuda, que llevaba en su pico un pergamino.

Rápidamente abrió la ventana para que el halcón pudiera ingresar, quien después de entregar el pergamino se fue.

Kakashi abrió con impaciencia aquel rollo de papel, estaba preocupado que justamente fuera Garuda quien se lo entregase, ya que tal vez ahora mismo su exalumno se encontraba alejándose de la aldea. Se tranquilizó, intentando ser todo lo positivo.

"Dile a los malditos ancianos que aceptaré su estúpido castigo", leyó sorprendiendo por completo al peliblanco, que no esperaba aquello. Pero sonrió frente al mensaje, definitivamente el Uchiha había madurado.

—Dile a Hiashi que aceptamos su propuesta—dijo el Hokage a uno de sus ambus. —Que me envié cuanto antes a la persona que se encargará de la supervisión de Uchiha Sasuke—dijo serio, para que después de unos segundos el ninja fuera a cumplir con su misión.

Notas de la autora: Hola, sé que han pasado mil años desde que la publiqué, y es super corto. Pero bueno, el próximo será un poco más largo, no puedo decir que lo tendré pronto porque estoy en exámenes, pero será mucho más rápido que este. De verdad agradezco a todos lo que han leído este fic y lo siguen. Me gusta mucho leer sus reviews.

El principio de algo [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora