Un Alfa Para Mis Días De Celo (ZIAM)

18

Gemidos cortos y acelerados escapaban de los acolchados labios de un Zayn delirante que se encontraba entre los brazos de su alfa, disfrutando de una nueva oleada de deseo.

Besos eran depositados por su mentón, mientras las estocadas del Alfa lo llenaban. Zayn estaba inclinado sobre el borde de la gran bañera, mientras el Alfa lo penetraba con embestidas profundas y rápidas. El agua jabonosa rebalsándose por el movimiento de sus cuerpos. El aroma a frutas del omega se mezclaba con el aroma del Alfa, por las horas y horas interminables de placer en las que, ni por un segundo, abandonó los brazos de Liam.

¿Cuantos horas, días o semanas habían pasado? Solo la luna sabía.

—¡Li... ah... justo ahi...!

El omega curvo su cuerpo, formando una sensual S, cuando fue penetrado de una sola estocada en su punto dulce y sensible, las manos del Alfa se aferraron a su cintura, una rodeando sus caderas y la otra masturbándolo, lo incitaba a moverse en un mismo compás.

—Espera... despacio... ¡Así...! —Zayn jadeó—¡Ah, Li!

Zayn inclinó la cabeza hacia un lado, dejando expuesto su cuello, Liam dejó un reguero de besos sobre la piel morena. Dedicó especial atención al lugar donde le hizo aquella marca superficial, que comenzaba a desvanecerse.

—¿Recuerdas lo que te dije acerca de marcarte, Zaynie?—
Zayn murmuró algo ininteligible, perdido entre la neblina de su excitation. —Algo había de estar desnudo y en mis brazos. ¿Te acuerdas?

—¿Ah... que?

Zayn ronroneó cuando sintió los colmillos de Liam rozar su piel, su corazón se aceleró ante lo que vendría. Pero los colmillos no se enterraron tan profundo en su piel. La marca temporal fue renovada otra vez, no era la permanente que esperaba.

Giró su rostro y pudo ver la necesidad en los ojos de su alfa.

Ambos eran vulnerables por la situación, en los brazos del otro luego de disfrutar de los placeres del celo.

—¿Cuando me vas a reclamar?

—Eso ya lo hice.—Bromeó mientras le daba una nalgada que provocó un quejidito por parte del omega.

—Eres un salvaje, no has perdido la oportunidad de marcar cada parte de mi cuerpo. —Se quejó Zayn haciendo un puchero.—¡Parezco un durazno magullado!

—No recuerdo que te quejaras mientras te las hacia.

A decir verdad la piel de Zayn estaba enrojecida en varios lugares. Las marcas de los dedos del Alfa y leves señales de mordiscos decoraban su tersa piel. No es que Liam tuviera el fetiche de dejarle chupetones. La idea de marcarle la piel de esa manera no le agradaba, pero hubieron momentos tan intensos, en los que le fue difícil controlar sus manos y su boca.

El omega no se quedaba atrás, Liam estaba bastante seguro de que un par de arañazos decoraban su espalda. A diferencia de él, Zayn no era tan considerado y le clavó las uñas varias veces. Y no se iba a quejar, le gustaba la idea de tener las marcas del omega sobre su piel.

—¿Tendré una marca formal de emparejamiento algún día?—Preguntó Zayn, algo exasperado.

Ahora que reconocía que eran destinados, anhelaba su marca.

La pregunta trajo de vuelta a la realidad a Liam. Una realidad en la que él era un alfa rechazado por la manada, que no tenía ni siquiera honor para ofrecerle.

(Una realidad en la que Zayn aún no le decía que su lobo reconoció su lazo de destinados ). Soñó, en innumerables ocasiones, con ver su marca sobre la piel de Zayn.

La luciría orgulloso, porque pertenecía a un Alfa de valor.

No quería marcarlo ahora, mientras era un marginado social. Su pequeño moreno se merecía una bonita ceremonia de emparejamiento, en la que estuviera rodeado de su familia y amigos. No el simple acuerdo que hicieron en medio del bosque y sin testigos, a escondidas, como si estuvieran cometiendo un pecado.

—Tendrás la ceremonia que te mereces, Zaynie. —Le prometió.—Hasta entonces, no te marcaré.

—Sabes que no me importa lo que piensen los demás.

—Pero es lo que siempre quise darte. Y te mereces compartir algo tan especial con tus amigos, sin miradas de rechazo y desaprobación.

Zayn se recostó hacia atrás, sobre el pecho de su alfa y llevo una de sus manos al cabello castaño de Liam, dejándole la frente descubierta sobre la que depósito un suave beso.

—Supe escoger a mi alfa...—Canturreo, orgulloso.

—El destino nos escogió a ambos, pero tú te empeñas en negarlo.

Alfa tonto, si vieras que la verdad está escrita en mis ojos.

Con otro beso arrollador, el alfa reanudó sus estocadas hasta que le arrancó suspiros de locura a su omega. Se quedaron abrazados esperando a que la hinchazón del nudo bajara, mientras se murmuraban elogios ardientes.

Saciado y adormilado, Zayn se dejó hacer por Liam mientras este lo sacaba de la bañera, lo secaba y lo llevaba a la cama.

No hicieron nada más que abrazarse hasta que otra oleada de calor hizo a Zayn retorcerse.

—¡Alfa...!—Chilló ante el insoportable calor en sus partes bajas, su entrada lubricada de nuevo, su cuerpo listo para recibirlo, su piel anhelando sus caricias...

—Ven aquí, caprichoso...

Atrayéndolo a sus brazos y devorando su boca, el alfa estaba más que listo para complacer a Zayn, las veces que fueran necesarias.