Rising Power

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Un nuevo día amanecía en Kovareicht, Arthur sabía que formalmente iniciaba su labor como gerente general en Scorpion Science, se dispuso entonces tras darse un baño a vestirse y estar listo para lo que pudiera esperarle, aún en su cabeza hacían eco las dudas y preguntas de la noche anterior.

Elisa ya había mandado a los niños en el autobús que puntualmente había llegado por ellos a las 7:30 AM , pudo notar algo distraído a su esposo por lo que se acercó a él.

—¿Todo bien Arthur?— apoyó sus manos sobre los hombros de él y recargó su cabeza en la espalda.

—Por supuesto amor, todo bien— contestó serenamente Arthur, era un nuevo día y no tenía argumentos sólidos para estar preocupado, debía ocupar su cabeza en el negocio y no en las especulaciones que le rondaban el pensamiento.

—Solo pensaba en algunas cosas, no te preocupes— giró para verla de frente y poderla besar delicadamente.

Tras un rápido e improvisado desayuno hecho por las prisas se dispuso a emprender su camino hacia la empresa.

Ahora libre de la oscuridad de la noche pudo ver la majestuosidad de el edificio donde trabajaría, una torre de acero de al menos 100 metros y en cada esquina un pequeño edificio de 30 metros conectado al principal.

—Bueno es más grande que las oficinas de Nueva York sin duda—

Ingresó al edificio y tras subir al piso que le habían indicado pudo ver una oficina amplia con paredes de cristal, al frente de ella en un escritorio de cristal estaba Violet mirándolo alegremente.

—¿Violet?— dijo extrañado Arthur al verla frente a su oficina.

—Pensé que era la asistente del sr. Kovalainen— dijo Arthur al momento que se postraba frente a la puerta de su oficina  la cual venía escrito en el cristal elegantemente "Arthur Davenport Gerente General"

—¿Le molesta que sea yo su asistente?— Le dijo con una sonrisa burlona.

—Oh para nada Violet no quise ofenderla  es solo que ayer usted estaba en la del sr. Kovalainen— reviró rápido Arthur tratando de no faltarle el respeto.

—Tranquilo sr. Davenport estoy bromeando— dijo entre risas la atractiva rubia —El sr. Kovalainen me asignó a usted para ayudarle en todo lo que necesite, así que estaré a su servicio, por favor avíseme si necesita algo— dijo al tiempo que le abría las puertas de su oficina.

Arthur agradeció el gesto a la vez que respiraba aliviado de que las cosas se tornaran más agradables y menos sombrías.

Al momento de entrar pudo ver cómo la oficina tenía un escritorio de mármol color negro, muebles de ébano en los cuales estaban los registros de ingresos y egresos de la compañía, tenía a sus espaldas la vista de la metrópoli y un acuario al otro costado.

Arthur estaba más que satisfecho y procedió a revisar los datos que tenía a su disposición y tratar de hacer lo mismo que hizo en Nueva York, incrementar las ganancias.

Mientras en el penthouse Siegfried durante el día manejaba la empresa en ausencia de su padre durante ese horario.

—Muy bien White, supongo que te has divertido escarbando en la intimidad de los Davenport, recuerda transmitir esa información a Violet, entre más hilos tengamos más fácil será manejar la marioneta— dijo el corpulento vástago del millonario mientras un escorpión emperador se posaba en su mano.

—Asi es ya tengo algunos datos interesantes, en el transcurso de los días reuniré más información y se la haré llegar señor— dijo White en un particular vestido ejecutivo color blanco sentada al frente de él.

—¿Sabes de qué se alimentan los escorpiones emperador?— dijo Siegfried mientras acercaba su mano a su rostro para ver más de cerca a su mascota.

—De seres inferiores, inyecta su veneno y los empieza a destruir por dentro derritiendo sus entrañas con su veneno.... White espero ese veneno para los Davenport para utilizarlo en caso de ser necesario— se levantó de su silla y puso al escorpión en un terrario de la oficina.

—Por supuesto señor cuente con ello— tomó sus cosas y se dirigió a la salida de la oficina la cual estuvo a punto de alcanzar antes de ser interrumpida.

—Y por favor no olvide alimentar a los insectos, entre más gordos estén más fácil será cazarlos— dijo Siegfried para después descolgar el teléfono y disponerse a hacer una llamada.

—Si señor— White apresuró el paso y salió de la oficina.

6  meses  después Arthur pudo ver en su cuenta bancaria varios miles de dólares de diferencia a favor, las llaves de un auto último modelo en su escritorio y unos boletos en un palco VIP para ver a los Yankees en su próximo juego ante Boston.

Apenas salía de su asombro cuando Siegfried entro a la oficina.

—Parece que ya viste tu regalo Arthur— dijo Siegfried se sentaba al frente del escritorio de Arthur.

—Si, créame que esto me ha dejado perplejo no pensé que en solo seis meses aquí tuviera esta clase de detalles en la empresa, estoy muy agradecido— dijo Arthur notablemente complacido.

—Tranquilo, estos 6 meses se notaron en esos aventurados ajustes que hiciste en los proveedores, bajaste los costos y lo menos que podíamos hacer para recompensarte fue esto— dijo Siegfried orgulloso.

—Su padre, el señor Ulrich,  hace mucho que no lo veo, ¿se encuentra bien?—

—Claro el solo está atendiendo otros negocios mientras yo me ocupo de sus asuntos aquí— dijo Siegfried mientras se disponía a retirarse.

—Muchas gracias Siegfried verás que las cosas aquí seguirán mejorando— dijo Arthur comprometido.

Siegfried dió media vuelta antes de cruzar la puerta — No tienes nada que agradecer Arthur, después de todo eso hace una familia— se retiró tras lo último.

Arthur tras terminar su jornada se dirigió hacia la salida con una sonrisa de satisfacción, quería contarle a su esposa lo que había ocurrido, estaba cerca de llegar cuando alguien puso su mano llena de sangre sobre la suya.

Calvin Harris aquella persona que conoció alegre  en su llegada a Kovareicht al darle las llaves de su casa, ahora le miraba con angustia y desesperación mientras con una mano tapaba una mancha roja en su traje.

—¡Ayúdame Arthur quieren matarme!—

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