This House Is on Fire

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Mientras Arthur apagaba la luz de su habitación y se acostaba con su esposa Elisa, vehículos rodeaban el negocio de La Gata Rubia.

De ellos descendían elementos de seguridad con el logotipo de Scorpion Science en su hombro derecho, Montgomery, encargado de la policía en la ciudad ya había alejado a las unidades de policía del lugar para evitar que hubiese inferencia de la ley en el sitio.

Siegfried bajó de uno de los vehículos, fumaba un cigarrillo al tiempo que con su mano derecha dirigía a sus hombres a los accesos del club nocturno.

Dentro el agente del FBI, Boris, tenía las pruebas que en el transcurso de los días Arthur le había hecho llegar, preparaba todo para darle fuerza a su caso y poderlo llevar como evidencia de la suciedad que había en Scorpion Science.

—Ahora solo hay que hacer que estos documentos lleguen a las personas adecuadas y será el fin de Scorpion —mencionó el agente con seguridad de que podía darle fin a la corrupción que había hecho la compañía en la ciudad.

Justo cuando se disponía a salir del camerino de su aliada Shem, pudo escuchar los gritos de miedo de los presentes además de un par de disparos, Boris antes de esconderse espero a que dentro del pasillo apareciera Shem para poder ayudarla a escapar, sin embargo la escuchó gritar al final de éste.

—¡Sueltame maldito cerdo nazi! ¡Vayanse al infierno todos ustedes! —  gritaba Shem mientras un guardia de Scorpion le jalaba del cabello arrastrándola por el suelo.

—¡Mierda! La atraparon, maldita sea como carajos se enteraron de mi escondite. —Boris se dispuso a salir por una salida de emergencia que tenía en el suelo, la cual le hacía poder salir por la alcantarilla hasta un lugar seguro.

—¡Busquen en todos lados, no dejen ningún rincón sin revisar! —Gritó Siegfried al tiempo que los demás destruían todo el establecimiento, los cuerpos de los dos guardias de seguridad del inmueble estaban muertos junto a la entrada, no habían tenido oportunidad con las armas de poder de los guardias de Scorpion.

Siegfried estaba ansioso de encontrar a quien solía llamarse Calvin Harris en el trabajo, aún desconocía que su verdadero nombre era Boris Johnson, el lugar que con tanto esmero Shem había hecho ahora estaba en ruinas.

Boris logra salir del lugar lleno de suciedad pero a salvo, a lo lejos puede ver como tienen a Shem de rodillas frente a su negocio.

—¿Dónde está Calvin?— preguntó Siegfried a Shem quien con la mirada en el suelo solo negaba, tras esto Siegfried golpea de un puñetazo el estómago de la rubia que cae al suelo adolorida tratando de recobrar el aire.

Boris desde lo lejos empuña su arma, impotente sabe que si acciona el gatillo será descubierto y todos los años de investigación se irán a la basura, aprieta fuerte su mano al punto de temblar del coraje que le provocaba la situación.

—Escucha maldita puta de cabaret de cuarta, no tengo tiempo para niñas que se quieren hacer el héroe, dime dónde está ese traidor y te prometo que me encargaré de que tú sufrimiento no sea largo y doloroso.— dijo Siegfried al tiempo que sujetaba el mentón de la rubia sin obtener respuesta de ella.

—Llevenla adentro de uno de los camiones no quiero que alguien vea lo que haremos, hablará o me encargaré de que se arrepienta de no hacerlo.— acto seguido los guardias la metieron al vehículo y la sentaron en el interior.

—Era un bonito negocio no lo niego, tus amigas serán las putas de mis socios, y tú sucia perra, rogarás por ser parte de ellas cuando termine contigo.— En ese momento los guardias en el exterior prendieron fuego al negocio.

De las mejillas de Shem rodaban sus lágrimas mientras  al ver como su negocio se hacía cenizas, posteriormente con terror pudo ver cómo le ponían una manta sobre el rostro, acto seguido Siegfried virtió agua sobre ella, Shem se atragantaba al tiempo que tosia por la falta de aire y la sensación de estar cerca de ahogarse.

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