Scorpion

Kissin' Dynamite

Arthur no podía creer lo que le estaba sucediendo, después de un día lleno de satisfacción laboral ahora sostenía en sus brazos a un ensangrentado Calvin Harris.

Apenas salía de la impresión cuando pasos apresurados se escuchaban en el estacionamiento acercándose mas y mas, Arthur no tuvo más remedio que subir a su vehículo en la cajuela al ejecutivo.

—No se que mierda está pasando y no sé porque rayos lo estoy ayudando, debo estar loco— Cerró la cajuela y se enfiló hacia la salida donde debía pasar por el guardia de seguridad del estacionamiento.

El guardia salió de su caseta y llevando una linterna en mano se acercó hacia el vehículo de Arthur.

—Buenas noches sr. Davenport— saludó el guardia mientras con la linterna revisaba los asientos.

—Buenas noches Bob— respondió Arthur tratando de disimular el nerviosismo.

—¿Que tal su jornada señor?— comentó mientras revisaba con la linterna debajo del vehículo.

—Muy estresante, me gustaría llegar lo más pronto posible a mi casa— inquirió Arthur para que la revisión terminara lo más pronto posible.

—Disculpe señor Davenport enseguida le abro— comentó para después abrir la pluma de salida.

Apenas Arthur había cruzado la salida cuando del radio del guardia se alcanzó a escuchar una orden autoritaria: ¡Cierren las salidas, nadie sale sin autorización de gerencia de seguridad!

Arthur a través del espejo retrovisor pudo ver cómo la salida del estacionamiento era sellada por una reja y los demás vehículos se frenaban para ser revisados más profundamente.

—¿Qué carajos acaba de suceder aquí?— avanzó un par de kilómetros y se estacionó en el costado de un parque de diversiones cerrado, para después sacar a Calvin de la cajuela.

—Gracias por ayudarme Arthur, se que ya has hecho demasiado salvándome la vida pero te he de pedir otro favor— dijo el hombre mientras ponía su mano sobre la herida en su costado.

—Calvin explícame por favor que sucedió, por qué te hirieron y que mierda está sucediendo, esto es de locos, como se si no cometí un error al ayudarte a salir de ahí— dijo Arthur molesto mientras sacaba a Calvin de la cajuela y le ayudaba a sentarse en el asiento delantero.

Adolorido por la herida que no dejaba de sangrar Calvin se recostó —Te explicaré todo Arthur pero debes llevarme antes a La Gata Rubia—

—¿Acaso estás loco? Estás desangrándote y lo que se te ocurre es ir a ese club nocturno?— le inquirió Arthur desconcertado ante la solicitud.

—No hay tiempo que perder Arthur incluso tu familia correrá peligro— dijo Calvin mirando de una forma sería a un Arthur que tras lo anterior se mostró preocupado.

Se apresuró y aceleró hacia el punto indicado y en un barrio no tan élite como el resto de la ciudad, unas luces de neón iluminaban la entrada de La Gata Rubia.

Bajó entonces con Calvin e ingresaron por la puerta de servicio, de ahí siguieron a un camerino, la puerta decía Shem, Calvin tenía la llave y pudieron ingresar sin problema.

Calvin saco de un gabinete un kit de primeros auxilios y empezó a tratar su herida. —Ve por Shem, no te será difícil encontrarla— le dijo mientras señalaba un cartel con una rubia despampanante en el.

—Dile que Boris está en su camerino— dijo Calvin mientras se vendaba la herida.

—¿Boris?—

Arthur se dirigió al interior del centro nocturno, mujeres atractivas bailaban para deguste de los clientes, entre ellas una figuraba por encima de todas, una rubia que cubría sus llamativos atributos apenas con un conjunto de dos piezas color plateado.

Arthur se acercó a ella y le tocó el hombro interrumpiendo el baile exótico que hacía a un cliente.

—Señorita necesito que me acompañe— le solicitó apurado.

Shem le miró de reojo con una sonrisa pícara —Espera tu turno cariño, hay Shem para todos— dijo mientras movía sus caderas de un lado a otro frente a un embobado cliente.

—Tu no entiendes en verdad necesito que vengas conmigo— le dijo jalándola del brazo. —Boris está en tu camerino— le dijo en voz más baja pero insistente.

Al escuchar lo último cambió el semblante de la bailarina quien después sonrió nuevamente.

—Está bien cariño veamos que es lo que tienes— tomó la rubia a Arthur de la mano llevándolo a una habitación privada ante la protesta del cliente anterior.

—Escucha debemos darnos prisa, está herido y necesita tu ayu...— Arthur es interrumpido por Shem quien le pone un dedo en los labios, posteriormente le empuja a un sillón y se pone encima de él.

—Espera no soy tu cliente— insistió Arthur ante el erótico movimiento de la rubia en sus piernas al tiempo que rozaba más su físico con el de él.

—Y si no eres mi cliente ¿porque me deseabas tanto?— Shem puso su mano izquierda sobre la entrepierna de Arthur apretando lo suficiente para que se sobresaltara.

Le besó de manera apasionada mientras que le abría la camisa acariciando su pecho para después tomar con sus manos su cabeza y apoyarla en su prominente busto.

Antes de que Arthur hiciera algo al respecto, Shem sacó del respaldo del sillón una Bauer colocándola en el cuello apretándole con fuerza.

—Qué le hiciste a Boris maldito nazi de mierda— le presionó el cañón en la garganta de forma que casi le impedía hablar de forma correcta.

—¿Nazi? Espera, no se de que me hablas, el me pidió ayuda y me dijo que te llevara con él— dijo tosiendo un poco por la presión del arma en su garganta.

Shem se incorporó y le apuntó con el arma —Te juro que si me mientes te haré  un agujero en la cabeza— le hace caminar hacia afuera en dirección a su camerino teniendo cuidado de no ser vistos por el resto de la clientela.

Al abrir la puerta Calvin terminaba de vendar la herida a la altura de las costillas, al ver la escena Shem bajó el arma y se acercó a él para revisarlo.

—Boris, estás bien gracias a Dios— dijo Shem al tiempo de abrazar al hombre herido.

—Que rayos sucede Calvin, ahora resulta que eres Boris, ésta mujer me apunta con un arma y tú pareces conocerla más que yo a ti, exijo una explicación y sobretodo ¿¡por qué mi familia corre peligro!?— exclamó Arthur buscando una explicación.

—Tienes razón Arthur— en ese momento sacó de su bolsillo una identificación —Mi nombre no es Calvin Harris, soy Boris Johnson agente del FBI y vamos a ser el antídoto del veneno que hay en esta ciudad.