Fire your guns

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Shem y Boris se dirigieron a prisa a la casa de Arthur, al llegar pudieron ver que el vehículo del ejecutivo no estaba frente a la casa y que habían huellas recientes de neumáticos como si a máxima velocidad se hubiesen alejado.

—Esta raro, Arthur a veces trabaja tarde pero creo que las dos de la mañana ya es demasiado. —Boris miró alrededor y al acercarse a la puerta un olor a gas le llamó la atención.

—¿Qué sucede Boris, encontraste algo? —preguntó Shem al tiempo que Boris con su dedo índice señalaba su nariz.

—¿Hueles eso? Es gas —en ese momento Boris temiendo lo peor y conociendo las artimañas de Scorpion, decidió patear la puerta con fuerza abriéndola sin problemas, corrió por las escaleras encontrando a Arthur en su cama dormido, afortunadamente el olor apenas estaba entrando a la habitación.

—¡Arthur despierta! —Boris agitaba al ejecutivo quien abrió los ojos asustado al ver a Boris en su casa frente a su cama.

—¡Mierda Boris que rayos haces en mi casa! —giró su vista a dónde debía estar Elisa no encontrándola.

—¿Que le hicieron a Elisa? —se levantó molesto de la cama, y al asomarse por la puerta percibió el olor a gas, corrió hacia las habitaciones de sus hijos encontrando las camas vacías.

—¡Mis hijos! ¿Dónde están? —sujetó a Boris de la ropa desesperado.

—No lo sé Arthur, pero de no haber llegado a tiempo ya estarías muerto por inhalación de gas, además de eso tu auto no está pareciera que alguien se lo llevó.— dijo el agente mientras se liberaba del agarre de Arthur.

—¡Me importa un comino mi auto! Quiero saber dónde están mis hijos y mi esposa —decía Arthur mientras se vestía y se pudo dar cuenta que las llaves del auto no estaban en su lugar—. Solo Elisa sabía dónde guardo mis llaves.

—No veo que hayan robado tu auto Arthur, no hay vidrios rotos ni se nota que hayan forzado la entrada de tu casa, creo que sé dónde encontrar a tu esposa e hijos, pero debemos darnos prisa, te iré explicando todo en el camino —dijo Boris mientras le arrojaba el abrigo a Arthur y emprendían el camino hacia la empresa.

Prepararon todo y se dirigieron hacia la sede de Industrias Kovalainen, durante el trayecto Boris le explicó cómo sucedieron las cosas en La Gata Rubia y la nueva evidencia que tenía en su poder.

—Todo eso que me dices es increíble Boris, pero si ya tienes la información que necesitabas en la cámara de White, ¿Por qué debemos ir aún así a Industrias Kovalainen? ¿Y que tiene que ver mi familia en eso? —decía Arthur intrigado ante la situación.

—Shem, muéstrale a Arthur las fotos que hemos podido sacar de la cámara —dijo Boris mientras aceleraba hacia la empresa.

Shem de entre su ropa sacó las instantáneas de la cámara que guardaba la ya fallecida White, para después entregárselas a Arthur, la primera de ellas dejaría boquiabierto al ejecutivo.

—¡No es posible! No me jodas, esto no puede ser verdad, ella...ella no podría ser capaz de eso —soltó la fotografía impávido, la cual mostraba a Elisa su esposa con revolver en mano y varios cadáveres alrededor muy sonriente mientras Siegfried posaba su mano en el hombro, la fotografía tenía como fecha un año antes de que él la hubiese conocido.

—Y no es todo Arthur, Shem escuchó mientras Siegfried la tenía cautiva sobre algo que Ulrich está a punto de hacer en Scorpion Science, de seguro no será algo bueno, parecía ser algo urgente, así que debemos hacer esto de una buena vez —decía el agente mientras a la vista se podía ver la entrada principal de la empresa.

—No puedo creerlo, desde cuándo Elisa era parte de Scorpion y que hizo con mis hijos —apenas salía de su asombro Arthur cuando Boris le puso un arma en sus manos.

—Lo sabremos cuando lleguemos, Shem, es hora de que hagas tú actuación —le hizo la seña a la rubia quien ajustaba el uniforme que llevaba y guardaba su cabello en el sombrero para imitar a White al llegar a la cabina de seguridad, al llegar bajó el cristal lo suficiente para que solo pudiese verse sus ojos azules.

—Tenemos las fotos para el señor Kovalainen, abran la puerta —indicó la rubia haciendo una voz más grave y mirando fijamente al guardia de seguridad quien al escuchar a la rubia y ver el vehículo pudo reconocerlo como de la empresa para posteriormente abrir el acceso sin dudar.

—Qué buena imitación Shem —dijo sonriendo Boris.

—Hay muchas cosas que se hacer además de provocarte suspiros cariño —dijo la rubia al tiempo que al bajar del vehículo también cargó su arma.

Arthur los empezó a dirigir hacia la entrada con acceso restringido que su tarjeta le permitía ingresar, habían pasado desapercibidos hasta encontrarse con Violet quien reconoció de inmediato al ejecutivo.

—Sr. Davenport, ¿no cree que es muy tarde para estar en el trabajo? —dijo al tiempo que miró a los que acompañaban al ejecutivo —parece que trajo compañía y no es precisamente aquella que sea bienvenida aquí —tras decir ésto último sacó su arma de su saco disparándola, haciendo que Arthur y los demás se ocultaran a los costados del pasillo.

—¡Teníamos que encontrarnos con la más loca de Scorpion! —dijo Boris mientras ocultándose tras el muro del pasillo contiguo respondía a los disparos de Violet.

El pasillo se empezaba a llenar de guardias, Boris bloqueó la puerta cercana a ellos para evitar llegar refuerzos de Violet en su retaguardia, Shem y Arthur ayudaban a pesar de su inexperiencia al agente disparando al azar, uno de esos disparos dió justo en un extintor dejando salir el compuesto quitando la visibilidad del pasillo por el polvo químico.

—Excelente tiro Arthur —dijo Boris al ejecutivo.

—Si eh de nada —respondió Arthur a pesar de que el disparo había sido mera suerte.

—¡Se van a morir malditos perros traidores! —gritaba Violet desde el otro extremo disparando a ciegas.

Arthur, Boris y Shem aprovechaban la confusión para tomar el elevador cercano a ellos para dirigirse al sótano en donde buscaban llegar al misterioso laboratorio de Scorpion, Violet al escuchar el sonido del elevador llegar al piso descargó todo el cartucho disparando con enojo sin llegar a herir a ninguno de los tres.

—Que alivio —suspiró Arthur empapado en sudor ante la situación mientras el elevador descendía.

—Espero que los refuerzos lleguen pronto, no tendremos suerte mucho tiempo —decía Boris mientras recargaba el arma.

Mientras tanto en la oficina de los laboratorios, Siegfried recibía la llamada de Violet informándole la filtración, molesto colgó el teléfono para después darle un arma a Elisa Davenport frente a la mirada de sus hijos.

—Si Arthur y sus amigos joden las cosas tú sabes lo que debes hacer —sentenció Siegfried de manera tajante.

—S...i si señor Kovalainen —asintió Elisa al tiempo que apuntó con el arma a sus propios hijos, amordazados y con lágrimas en sus ojos.


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