8.- Nebulosa

21 0 2
                                    

El sonido producto del motor en funcionamiento del autobús era más escandaloso de lo normal, era un sonido molesto, grutural como si estuviera hundiéndose en algún líquido espeso, maquinal como solo podría ser algo construido por el hombre, era irritante, casi enfermo...

El día no se veía como normalmente se ve.

El cielo era azul como siempre

La grava era gris como siempre

Los números de las calles, el color verde del pasto, la temperatura del asfalto, el sonido de la pequeña ciudad, los edificios, los autos, el autobús, están como siempre, siendo factores que rara vez respiran y significan algo.

Pero la gente, los rostros, cuerpos, órganos y paredes musculares de todo ser humano que me rodeaba NO eran como siempre, mientras más avanzaba más lo notaba, unos se veían como masas luminosas andantes sin una forma propia, otros, extintos, caminaban luciendo como golems de roca, apagados, algunos de ellos a veces se encendían y apagaban parpadeando como una bombilla de gas apunto de apagarse definitivamente.

La temperatura dentro del autobús era bochornosa, el sudor volvía a mi piel pegajosa causando una incomodidad terrible al contacto de la ropa, había preferido no sentarme para evitar la desagradable experiencia que era tener que levantarme con la espalda empapada en un sudor vergonzoso, pero estar de pie en ese corto pasillo de división entre una hilera de asientos y otra, me hacía sentir expuesto, y aunque no podía ver los rostros de la gente sentada cerca de mí, sabía que estaban observándome fijamente, extrañados, y quizás temeroso por el estado en el que me encontraba, no estaba de más remarcar que estaba aterrado y seguramente mi cara no cooperaba para ocultarlo, quizás ellos pensaban que estaba bajo el efecto de alguna sustancia nociva, y con el tipo de noche que había tenido, yo estaba comenzando a pensar lo mismo.

Sentía como si por la noche mientras dormía hubiese sido tomado por una mano gigantesca de piel plasmica, transparente y de venas purpuras tremendamente notorias, que con toda la delicadeza existente en el universo concentrada en ella y quizás con miedo a despertarme y que le armara un alboroto, me deposito en una réplica de mi vida, pero con la diferencia de que a pesar de estar rodeado de "personas" me sentía realmente solitario.

Al llegar a mi departamento lo primero que note fue un sobre pegado en la puerta, lo despegue con cuidado de no dañar el papel, o la pintura dela puerta, y entre a mi departamento, deje mis cosas donde acostumbraba; con curiosidad abrí el sobre y saque la hoja con un texto perfectamente escrito, casi como si de una impresión de tratara.

Era una carta de disculpas, era lo único que sabía, era lo único que se me había permitido entender, intente pensar en quien me había lastimado tanto como para escribirme una carta de disculpas y dejarla pegada en la puerta sin poner un nombre o dirección, o si había sido algún error del sistema de correos, que al no encontrar datos claros escogieron mi puerta por pura casualidad.

Me recosté en mi cama dejando la hoja de papel con disculpas a un lado, comencé a pensar que quizás no estaba equivocado y enserio este no era mi lugar, quizás enserio yo había sido puesto aquí mientras dormía y esta era la forma en la que la enorme mano translucida había decidido disculparse, de pronto me encontré viendo fijamente el techo, un techo normal de un apartamento normal, era gris y en la esquina inferior derecha aún tenía esa mancha entre amarillenta y marrón que se había formado por la humedad, si entrecerraba los ojos e ignoraba que estaba adherida al techo podía jurar que era un enorme ojo de dueño desconocido, en ese momento esa mancha se convirtió en algo importante, solo para que yo me diera cuenta de que estaba sobre analizado las cosas, casi para volverme loco.

Me reí...

Estalle en carcajadas de una manera poco saludable, el estómago me ardía y estaba seguro de que mi garganta sufriría después, intente estabilizarme, tome aire varias veces intentando no ahogarme con mi risa; yo era un estudiante ejemplar, independiente, sereno, responsable, no molestaba a nadie, nadie me molestaba, eran contadas las veces que había hecho algo de lo que pudiera arrepentirme, arreglaba mis problemas y conflictos en el momento para evitar malentendidos, no había nada mal conmigo o al menos aun no encontraba el error en mí.

StardustDonde viven las historias. Descúbrelo ahora