Capítulo 1

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-No te olvides de la merienda Maisie-me grita mi madre desde la puerta de casa.

-No me la olvido, es que no la quiero. Adiós, que tengas un buen día-le digo, gritando más que ella, y me voy corriendo cuándo veo que el bus se para delante de mi casa.

Me subo y me siento en uno de los primeros asientos. El fondo está lleno de gente que me cae mal y a la que no quiero ver.

Mientras espero a que se suban mis tres hermanos al bus, miro mi móvil a ver si hay algún tweet nuevo de Imagine Dragons que no haya leído, pero nada.

Se suben los trillizos (mis hermanos) Sophie, Isaac y Emilia. Es su primer año de instituto, yo en cambio ya estoy en cuarto curso. Con este ya serán cuatro terribles años en el infierno llamado High School. Aún no me creo que haya podido aguantar tanto este insufrible sufrimiento. Desearía acabar ya para poder ir ya a la universidad y olvidarme de todos los idiotas de mis compañeros, preocupados siempre únicamente por hacer gamberradas y salir con alguien. Yo me dedicaré a estudiar y a tener un buen empleo y ellos mientras podrán malgastar su tiempo, pero no, yo no voy hacer tal cosa.

Isaac se sienta con Emilia (ella se pone el pasillo para poder hablar conmigo) y Sophie se pone en el lado de la ventana junto a mí.

Todo cambió desde que nacieron ellos tres. Antes era más fácil, ahora vivimos continuamente intentando gastar lo justo y necesario. Mis padres quieren ahorrar para poder pagarnos la universidad a los cuatro, en la que entremos y si es posible, queramos. Pero yo ya he decidido que este curso me pondré a trabajar para pagármela yo, ya que tengo diecisiete y creo que ya es hora. No quiero ser otra carga más para ellos, ya tienen bastante.

-Maisie, ahora cuándo lleguemos al insti, ¿nos podrás llevar a nuestra clase para saber dónde está?-me pregunta Isaac mientras mis dos hermanas me miran esperando que diga sí.

La verdad es que ellos tienen la suerte de tenerse los unos a los otros en el mismo curso, yo en cambio no tengo mellizos. Y la soledad en el colegio siempre ha sido mi acompañante a todas partes.

Aunque lo que me consuela es leer, así todo me resbala. Mientras lea seré feliz.

-Claro, no tenéis que preguntarlo. No os dejaré tirados por ahí el primer día.

Me dan las gracias los tres.

-Si cambias de idea puedes venirte los recreos con nosotros y a comer también, si te apetece-me dice Sophie mientras Emilia me mira con esa cara de "cachorrillo" que tiene.

La verdad es que prefiero que se junten con los de su edad, que hagan amigos y que no se queden marginados por mi culpa. Quiero que sean más sociales de lo que soy yo. Además, se reirían de mi y tal vez también de ellos si fuésemos todos en pandilla.

-No os preocupéis por mi. Ya soy una veterana en esto. Olvidaos de mi y concentraos en conocer gente nueva-les pido mientras ellos asienten levemente.

-¡Eh Foster! Parece que este año no vienes sola, ¿son tus nuevos amiguitos? Mira que es cutre que vayas con unos de primer curso. Eso si que da pena-me grita mi enemiga, Lorraine, desde el fondo del autobús. Es un claro ejemplo de lo que es una chica pija del siglo XXI. Con pelo rubio teñido, alisado y puntas abiertas, ojos color marrón (para ser exactos, del color de la mierda) y pechos y culo de repollo, pero a pesar de eso guapa. Por la que todos los chicos suelen estar, al menos la mayoría.

-Lo que si que da pena es el nuevo tinte pollo que te has puesto este verano. Prefería el color natural de tu pelo, aunque se pareciese al de un cerdo vietnamita. En cualquier caso creo que deberías plantearte la opción de ponerte una peluca, por que de tanto planchártelo te estás quedando calva-le espeto sin trabarme, no como hacía el primer año. Ya he aprendido a defenderme.

La gente del bus se ríe, entre ellos algunos de sus amigos y amigas, además de su nuevo novio del mes.

Ella dice algo que no consigo escuchar bien y se ríen solo sus tres amiguitas/lame culos/perritos falderos.

Maisie 1 | Lorraine 0

Mis hermanos ademas de haberse reído se han quedado atónitos ante mi comentario. ¿Qué se creían de mí? Soy una experta en sacar de quicio a Lorraine.

Cuando llegamos nos bajamos rápidamente para llegar pronto el primer día a clase. Cuando apruebe el examen de conducir este año ya no hará falta ir en bus, les podré llevar y traer yo. Si lo paso, claro, porque el año pasado lo suspendí por chocarme con unos contenedores de basura.

Vamos a secretaría para que les den el número de sus taquillas. Este año yo seguiría con la de los otros años, pegada al baño de chicos, un lugar repugnante para que te asignen la taquilla.

Seguido, les llevo a su clase. Me abrazan y les deseo suerte en su primer día.

Luego voy a clase pero paso antes por mi taquilla a dejar algunos de los nuevos libros que llevo en la mochila, porque me sobra tiempo. Hemos ido más rápido de lo que pensaba.

La abro y meto todos mis libros y cuadernos excepto los de clase de español, que la tengo a primera hora.

Voy hacia clase pero alguien que va corriendo se choca conmigo y me tira los libros al suelo.

Es un chico, pero no cualquiera. Es el hijo del alcalde Chapman, Noah. Fui con él al colegio, pero se marchó a estudiar a un internado de Inglaterra por su mal comportamiento. Es un niño rico y malcriado y no es que me haya tratado muy bien en el pasado, la verdad. Tiene suerte de que su padre lleve ocho años seguidos siendo el alcalde.

Su padre y mi padre no se llevan bien, no se por qué, pero así ha sido siempre. ¿Y cómo lo sé? Porque en Dark Forest todo el mundo se conoce, es un pueblo pequeño y todo la gente sabe de quien eres familiar, a qué se dedica tu familia e incluso a que "categoría social" perteneces, como dice Lorraine. Yo soy de las normalillas, por si no lo habéis notado.

-Perdona, iba con prisas a clase princesa-se agacha a coger mis libros y me mira esperando a que yo haga lo mismo y diga que no ha sido nada, como ocurre en las películas o series para adolescentes, pero yo me quedo de pie y dando por entendido que no me pondré arrodillada para recoger lo que él ha tirado. Me ha extrañado que me haya dicho princesa, creo que no se acuerda de mí, porque lo que me llamaba en el colegio era todo lo contrario a bonito, cariñoso y cursi.

Le miro con una cara más cabreada para que se de prisa en darme los libros.

-Vale...Aquí tienes, perdona otra vez por tirártelos-dice con esa cara de chico guapetón y con cerebro del tamaño de un neutron.

-No me lo repitas más, quieres. Solo deja que me vaya a clase. A mí no me apetece llegar tarde como a otros-digo lo más borde que puedo y rezo al mismo tiempo para que haya elegido francés y no español, no quiero tener que coincidir con él al menos en idiomas.

-De acuerdo princesa, te veo luego a ver si estás de mejor humor para tomarnos un café después de clase. No suelo invitar a una chica que acabo de conocer a una cita, pero por ser tú haré una pequeña excepción-me dice mientras me mira de arriba abajo con una amplia sonrisa. Ahora esta claro, no me recuerda. Es verdad que he cambiado desde el colegio bastante en lo que se refiere al aspecto físico. Pero se como es él, porque sigue siendo igual, solo que con otro corte de pelo y un poco de músculo.

-Hazme un favor, no me llames más así, no soy tu princesa ¿esta claro? Y no, paso de quedar para tomar un café. Así que hazte a un lado y déjame en paz.

Mientras me marcho hacia clase él insiste en seguir hablando.

-Entonces, ¿no te gusta el café?-me grita desde el otro lado del pasillo.

-¡Ag!, inaf. Déjame-le grito frustrada y él se ríe.

Continuará...

Lone wolf (loba solitaria)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora