Menos mal que no me decanté por esos tacones ortopédicos, porque con el vestido me cuesta ya de por sí moverme con agilidad mientras corro.
Sin saber muy bien cómo, cada uno de los tres se va por un camino distinto. Nos hemos separado no sé si para despistar o para abandonarnos a nuestra suerte.
A mí me persiguen dos hombres y posiblemente los más temibles.
Salto encima de un puesto de fruta que hace que estos dos se lo lleven por delante, perdiendo tiempo en mi captura.
Pero eso no les vale para rendirse, siguen adelante y más decididos.
De pronto, están a un metro y poco detrás de mí. Pero colgado en unas banderas decorativas que adornaban la calle de lado a lado, el profesor Dylle la utiliza cómo si fuese una liana y me coge por la cintura.
Acabamos dentro de una casa en la que, con suerte, no hay nadie. Menos mal que el cristal de la ventana era de mala calidad y endeble.
Me toco la cara, creo que me he cortado con un trozo del vidrio transparente en la mejilla derecha.
El profesor Dylle ha salido peor parado, ya que él ha recibido todo el impacto. Tiene cortes en los dedos, en los brazos, en el muslo y alguno por la cara, pero no profundos.
Bajamos y esperamos arrinconados, detrás de una puerta, esperando a salir en el momento adecuado.
Estamos muy juntos, demasiado pegados... Qué momento más incómodo.
Cuándo él se acerca más aposta, salgo de la vivienda y le cojo de la mano para guiarlo fuera.
No se sí nos habrán visto, pero mejor eso a que... ¿Es qué hay que explicarlo todo? Ya entendéis a lo que me refiero.
Corremos sin mirar atrás y de repente aparece perseguido por los seis hombres Noah. Nos alcanza y volvemos a estar reunidos de nuevo, pero eso da igual sí vamos a morir por esto.
Golpeó a uno de ellos en un descuido y le arrebato la espada.
Corremos hacia un muelle sin querer, que obviamente carece de salida.
Cinco hombres están empuñando sus espadas. Todos piratas.
Sigo empuñando el arma de hoja afilada. Es lo único que tenemos para defendernos de esos imbéciles.
-Mirar, la damita quiere pelea-se ríe el más joven, tal vez atractivo sí no le quisiese matar en este mismo momento. Que sobrado, se cree que soy una inútil.-¿Qué dicen compañeros, le abrimos en canal?
-O podemos llevárnosla para divertirnos-dice el más corpulento y alto de todos con una mirada traviesa. Cerdo.
Veo que el profesor Dylle y Noah da un paso adelante, pero les empujo hacia atrás antes de que puedan acabar heridos sin razón y sin causa.
-Vaya, parece que llegamos tarde, la jovencita está pillada-comenta otra vez ese joven de pelo y ojos negros y tez bronceada.
Nos miramos entre nosotros, sorprendidos por algo que nos confunde oír. Bueno, ya basta.
-Tranquilos, la que se va a divertir con esto soy yo-no se si me acuerdo de mis lecciones de esgrima durante esos tres años de aprendizaje, pero siempre he sabido que fui la mejor. Pero me da igual, es luchar o morir arrodillada, y yo no soy una cobarde.
Me concentro y lucho contra dos hombres a la vez que mato en cuestión de segundos. Luego me tiro al suelo y me agacho, mientras mis rodillas rizan el suelo y le clavo el arma a uno en el cuello y a otro en el estómago.
El curpulento me cuesta un poco más. No consigo matarle pero se cae al suelo inconsciente por un golpe que le proporciono con el mango de la espada en la calvorota.
Después, le toca al piratilla miss universo.
Ahora está el filo de mi espada en su cuello, listo para cortar, pero vienen más piratas con el que parece ser el capitán y me proporcionan un golpe igualito al que yo le he dado al pirata de cerebro de mosquito y caigo al suelo.
Noto que Noah me coge en brazos y mientras se oye al profesor Dylle pidiendo piedad.
Pero después de esto, silencio total.Continuará...
ESTÁS LEYENDO
Lone wolf (loba solitaria)
Teen FictionMaisie es una adolescente que vive en una pequeña localidad perdida en el bosque de el estado de Virginia. Todo el mundo se conoce en Dark Forest y ella de repente empieza a interesarse por el "chico de mala reputación", que se ve obligado a volver...