Es preciso dejarlo así - Parte 2

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Capítulo dedicado a thestonegirl_ por hacer el bello trailer que está en la multimedia 😍


El pasillo está oscuro. Las luces de los celulares a mi espalda proyectan mi sombra en el piso como si se tratara de una criatura de aspecto imponente y terrorífico. De ambiente están los gritos; cientos de ellos que parecen no querer ser apagados.

—En un hogar de este tamaño alguien debió morir, ¿cierto? —se escucha la voz de Katrina, temblorosa del miedo—. Digo, pudo ser en la construcción, alguien enfermo o antes de que se creara el hogar. ¿Qué pasa si nos encontramos su espíritu vagando por el pasillo?

—¿Le temes a los fantaaaasmas, hermanis? —La pregunta está sobrando, pero parece que el tal Amir la ha hecho solo para fastidiarla.

Un gritito es lo que el sujeto obtiene como respuesta. Me doy vuelta cuando las luces se mueven de un lado a otro por el pasillo.

—¡No me asustes así! —alega la castaña, arrimándose al brazo de Hell.

Me doy media vuelta y sigo caminando. Para salir de la sección de clases hacia los dormitorios queda un buen tramo.

—Díganme, qué pasa con los espíritus —insiste Katrina, ya con la voz hecha añicos.

—Pues nada —responde Hell—, esas cosas no existen.

—¿Y si lo hicieran? —pregunta Amir—. A veces el «ver para creer» funciona.

Los dos hermanos son como niños pequeños haciendo un reto con sus amigos. Eso me trae recuerdos que llegan a preguntarme cómo actuarían ellos si se quedaran durante toda una noche en un cementerio.

—Voy a grabar. —Amir parece más confiado y animado—. ¿Se imaginan que cuando cheque la grabación encuentre algo? Lo vendería a esos programas paranormales.

Ah, es porque piensa lucrarse de ello.

Otro gritito por parte de Katrina.

—¡Basta, Amir! —lloriquea ella.

—Antes de llamarte la atención diciéndote algún apodo que denigre tu cerebro prefiero ocupar la poca paciencia que me queda para preguntarte: ¿eres idiota o te haces? —Parece que Hell ha perdido la paciencia—. Deja de asustar a las personas y... ¿Escuchan eso?

Los tres se detienen. Yo lo hago pasos más adelante para agudizar mis sentidos. Lejos se escuchan unos sollozos. Para comprobar que no es la bien llamada Llorona del baño, miro a Katrina.

No, ella está ahí. ¿Entonces quién es la que llora?

—La Llorona real... —murmura la castaña, dirigiéndose a su amiga.

—Claro que no, debe ser algún niño que se quedó en la sala —responde Hell, haciéndose a un lado y dando un paso hacia mí—. Busquémoslo.

—¡No quiero buscar sola! —chilla Katrina.

—Pásale tu celular a Felix y ven conmigo —apremia Hell­—. Debemos buscar en los otros pisos, puede que más de un niño se haya quedado en las salas.

La tímida mano de Katrina me extiende su celular. La luz blanca queda apuntando mi pálida piel un instante hasta que agarro el celular como corresponde. Está sudado, y me es imposible no formar una mueca de disgusto.

Nos separamos por piso. Hell y Katrina buscan en el tercer piso; Amir en el segundo; yo en el primero en caso de que alguien de personal del hogar aparezca.

FelixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora